Bush declarar¨¢ Los ?ngeles zona de cat¨¢strofe
Desapareci¨® el humo del cielo de Los ?ngeles y volvi¨® a brillar el sol sobre las colinas. La ciudad recupera su apariencia tradicional, pero se tardar¨¢n anos en reconstruir lo destruido durante los disturbios de la pasada semana. Para ayudar a la recuperaci¨®n, el presidente George Bush, que se desplazar¨¢ a la ciudad a finales de esta semana, ha declarado Los ?ngeles zona de cat¨¢strofe nacional, lo que da derecho a los propietarios de los negocios arrasados a solicitar ayuda federal. El alcalde, Tom Bradley, anunci¨® que hoy se levantar¨¢ el toque de queda.
La declaraci¨®n del alcalde choc¨® con las del controvertido jefe de la polic¨ªa local, Daryl Gates, quien hab¨ªa sugerido en una entrevista televisada que se mantuviera el toque de queda al menos tres d¨ªas m¨¢s, hasta que haya una "paz total"."Ni en mis peores pesadillas pude imaginar que presenciar¨ªa lo que estoy viendo", comentaba Charles Doane, un productor de cine blanco que el s¨¢bado se sum¨® a los pelotones de limpieza que recorren la ciudad, integrados por miles de voluntarios llegados incluso desde fuera del ¨¢rea de Los ?ngeles.
El desastre causado en la segunda mayor ciudad de Estados Unidos parece peor de lo que una cat¨¢strofe natural es capaz de provocar. Manzanas enteras han sido convertidas en cenizas. El n¨²mero final de muertos, 49, convierte, adem¨¢s, los sucesos de Los ?ngeles en los m¨¢s sangrientos de la historia contempor¨¢nea norteamericana, por encima de los de Detroit en 1967, donde murieron 43 personas.
El s¨¢bado, por primera vez desde que la revuelta se inici¨®, cuatro d¨ªas antes, no hubo nuevas v¨ªctimas mortales, aunque fue encontrado el cuerpo de un hombre, muerto d¨ªas antes, bajo los escombros de un edificio incendiado. Todav¨ªa bajo toque de queda, la noche del s¨¢bado al domingo transcurri¨® con casi total tranquilidad, interrumpida ¨²nicamente por algunos disparos aislados que no obligaron en ning¨²n momento a las fuerzas militares que patrullan la ciudad a responder con fuego.
Esa noche se sumaron por primera vez al patrullaje los 1.500 marines enviados por el presidente Bush para garantizar la seguridad de los angelinos.
Las autoridades de Los ?ngeles siguen considerando todav¨ªa necesaria la exhibici¨®n de fuerza militar para evitar la reanudaci¨®n de la violencia. "Hemos hecho algunos progresos, pero no soy tan optimista como para pensar que esto se ha acabado" declar¨® el gobernador de California, Pete Wilgon.
En el bulevar Hollywood, Maomi Hern¨¢ndez, camarera de un restaurante que abri¨® sus puertas el s¨¢bado despu¨¦s de tres d¨ªas de cierre, comparte el temor de que la ciudad vuelva a ser escenario de violencia una vez que las tropas se retiren: "Hay mucha gente con deseos de venganza. Mucha gente armada y capaz de todo"
Estas amenazas no han disuadido al presidente sovi¨¦tico Mija¨ªl Gorbachov, que lleg¨® ayer con su esposa, Ra¨ªsa, dispuesto a pasar unos d¨ªas con sus amigos Ronald y Nancy Reagan en su rancho de Santa B¨¢rbara.
Tambi¨¦n lleg¨® ayer a Los ?ngeles el principal candidato dem¨®crata a la presidencia, Bill Clinton, quien recorri¨® las principales zonas afectadas por los sucesos de la pasada semana y compar¨® el sentimiento de verg¨¹enza nacional por estos conflictos raciales con la verg¨¹enza hist¨®rica de EE UU por la esclavitud.
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