Dire Straits ampl¨ªa su gira por Espa?a
El grupo brit¨¢nico da hoy en San Sebasti¨¢n su primer recital
La gira m¨¢s larga de la historia del rock llega por fin a Espa?a. Dire Straits, la banda de Mark Knopfler, ofrece esta noche en San Sebasti¨¢n el primerode una serie de seis recitales (hoy y ma?ana, en San Sebasti¨¢n, vel¨®dromo de Anoeta; los d¨ªas 8, 9 y 10, en Barcelona, plaza de toros Monumental, y el 13, en Madrid, estadio Vicente Calder¨®n). Debido a la expectaci¨®n y al hecho de que las entradas est¨¦n agotadas desde hace varios meses, los organizadores han confirmado una nueva serie de conciertos: el 31 de agosto estar¨¢n en Pamplona; el 1 de septiembre, en Bilbao, y los d¨ªas 2 y 6 de octubre, en Barcelona y Madrid, respectivamente. Es muy posible que en los pr¨®ximos d¨ªas se ampl¨ªe esta gira en cinco ciudades m¨¢s.
Aproximadamente unas 135.000 personas asistir¨¢n en Espa?a a los recitales del grupo brit¨¢nico Dire Straits. La banda de Mark Knopfler, sumergida en una de las giras m¨¢s ambiciosas de todos los tiempos, rompe as¨ª un silencio de, m¨¢s de seis a?os. Los autores de canciones tan populares como Sultans of swing o Money for nothing. presentaron su nuevo espect¨¢culo el pasado 23 de agosto en Dubl¨ªn, y tienen previsto finalizar a mediados del pr¨®ximo a?o. Para entonces se habr¨¢n batido numerosos r¨¦cords, pues el grupo se mueve entre cifras mastod¨®nticas: tiene previsto ofrecer alrededor de 300 recitales en todo el mundo, a los que asistir¨¢n aproximadamente siete millones de personas. El precio medio de las entradas es de 3.500 pesetas.Dire Straits ha colocado en s¨®lo unas semanas el cartel de no hay billetes en las taquillas espa?olas. Esta noche y ma?ana act¨²an en San Sebastian (Vel¨®dromo de Anoeta). Los pr¨®ximos d¨ªas 8, 9 y 10 estar¨¢n en Barcelona (Plaza de Toros Monumental), y el 13 en Madrid (Estadio Vicente Calder¨®n). El precio de las entradas (3.800 pesetas) sit¨²a la recaudaci¨®n total de su gira espa?ola en m¨¢s de 500 millones de pesetas.
M¨¢s actuaciones
Debido a la gran demanda de entregas y al car¨¢cter maratoniano d¨¦ la gira, los organizadores espa?oles han a?adido cuatro nuevas fechas a las ya cerradas. Dire Straits regresan a Espa?a a finales de agosto, concretamente el d¨ªa 31, para actuar en la plaza de toros de Pamplona. El d¨ªa 1 de septiembre estar¨¢ en la plaza de toros de Bilbao, el 2 de octubre en el Palau Sant Jordi de Barcelona y el 6 de ese mismo mes en la plaza de toros de Madrid. En Madrid las entradas se pondr¨¢n a la venta ma?ana, en las tiendas de la cadena VIPS, al precio de 3.800 pesetas la general y 4.800 pesetas la numerada.
Esta segunda parte de la gira espa?ola de Dire Straits se ver¨¢ ampl¨ªada, si los planes de la promotora de conciertos Dr. Music se desarrollan con normalidad, a cinco ciudades m¨¢s. Locales y fechas se dar¨¢n a conocer en los pr¨®ximos d¨ªas.
Y es que despu¨¦s de doce a?os como grupo, Dire Straits no ve el final de su carrera ascendente. Desde la edici¨®n en 1978 de su primer disco, el grupo se ha movido entre canciones de ¨¦xito y cifras millonarias. Temas como Sultans of swing, So far away, Moneyfor nothing o Lady writer son considerados cl¨¢sicos del rock de los ochenta, y su pen¨²ltimo ¨¢lbum, Brothers in arms, vendi¨® en todo el mundo m¨¢s de 20 millones de ejemplares. On every street, el disco que presenta en esta interminable gira, rompi¨® un silencio de seis a?os y les devolvi¨® a la primera l¨ªnea de actualidad.
"Dire Straits es una banda que logra ¨¦xitos de forma insconsciente", declaraba Mark Knopfler a EL PA?S en una entrevista concedida poco antes de comenzar la gira que ahora les acerca a Espa?a. "Eso es lo mejor que le puede pasar a una banda de rock" contin¨²a Knopfler. "Entrar en la Mec¨¢nica contraria, es decir, trabajar para las listas de ¨¦xitos, es aceptar el principio del fin".
Abrumado por la repercusi¨®n de sus grababionies y conciertos, Knopfler ha vivido. profundas crisis personales. A sus 42 a?os, este licenciado en literatura ingles ha creado un grupo con vocaci¨®n minoritaria (The Notting illbillys), ha colaborado con alguno de sus viejos maestros (Chet Atkins) y se ha centrado durante media d¨¦cada en la grabaci¨®n de bandas sonoras (The Color of money de Martin Scorsese y The Price bride de Rob Reiner, entre otras. "Quiero recuperar el placer de la musica", ha llegado a decir, "porque es la ¨²nica forma, de que este negocio no te domine, porque si lo hace es capaz de chuparte hasta la ¨²ltima gota de sangre". Con On every street y su correspondiente gira, Knopfier ha tratado de "reencontrarse con el pasado". "Por eso escogimos como primer sencillo un toma te¨®ricamente nost¨¢lgico (Calling Elvis), y por eso recuperamos en cada uno de nuestros conciertos viejas canciones. Todos debemos volver la vista atr¨¢s en alg¨²n momento, mirar nuestras ra¨ªces y no perder la perspectiva. Es la ¨²nica forma de encauzar de forma correcta tu futuro; es la ¨²nica forma de no dar traspi¨¦s".
De nuevo al frente de Dire Straits, Knopfler asume su papel de l¨ªder "sin demasiado estusiasmo". "S¨¦ que un grupo de estas caracter¨ªsticas se convierte, cuando est¨¢ en la carretera en un monstruo de proporciones incre¨ªbles", afirma Knopfler, "y no hay que perderle de vista si no quieres que te engulla. T¨² eres el que mandas, y debes olvidar las cifras y los kil¨®metros. S¨®lo tie nes que pensar en la m¨²sica". . Escoc¨¦s de Glasgow, enemigo de la pol¨ªtica y de los pol¨ªticos, Knopfler tiene como ¨²nica obse si¨®n evadirse de las situaciones meramente cotidianas. Conf¨ªa en la pureza de los sentimientos sencillos", y piensa que su actual gira "no va a ser para cambiar la opini¨®n que la gente tiene de Dire Straits".
"Formamos un grupo imperfecto y lo sabemos. Conocemos nuestras. limitaciones y tenemos como ¨²nica obsesi¨®n mejorar d¨ªa tras d¨ªa, concierto tras concierto. Personalmente como m¨¢s disfruto es con mi guitarra: cada vez paso m¨¢s tiempo con ella, y cada vez estoy m¨¢s convencido de que me queda mucho por aprender. Eso es maravilloso", finaliza. "Quiero sonar cada d¨ªa un poco mejor, hacer canciones con algo m¨¢s de sentimiento y lograr un directo m¨¢s intenso".
La obsesi¨®n del sonido
Dire Straits ofrece en directo un espect¨¢culo sobrio y compensado, con un gran sonido y un juego de luces no demasiado rimbombante. Las variaciones entre cada recital son m¨ªnimas. Poco m¨¢s de 15 canciones, algunas en largas versiones de m¨¢s de 15 minutos (como es el caso de un interminable Brothers in arms), constituyen su repertorio. Calling Elvis abre la primera parte del recital, que se completa con Walk of life, Sofar away, Romeo and Juliet, Love you too much, Sultans of swing, Private investigations, Telegraph road y media docena de temas m¨¢s.En la segunda mitad suelen sonar, por este orden, Setting me up, Money for nothing y Brothers in arms. Son algunos de sus grandes ¨¦xitos. Solid rock pone punto final, despu¨¦s de m¨¢s de dos horas de m¨²sica, a unos recitales repletos de detalles instrumentales.
Mark Knopfler, que ha llegado a confesar sentirse "obsesionado por la calidad del sonido", cuida al m¨¢ximo este aspecto de sus actuaciones. Alardea de hacerse acompa?ar por los mejores m¨²sicos y ha formado una banda de lujo: John llIsley (bajo), Alan Clark (teclados), Guy Fletcher (teclados y coros), Chris White (saxo y coros), Paul Franklin (pedal steel guitar), Phil Palmer (guitarra y coros), Chris Whit ten (bater¨ªa) y Danny Cummings (percusi¨®n y coros). Knopfler se encarga de la guitarra y la Voz solista.
"Es un error pensar que en un recital es m¨¢s importante el sentimiento que el sonido", dice el l¨ªder de Dire Straits. "Ambos aspectos son perfectamente compatibles, y el p¨²blico paga demasiado como para escamotearle una de las dos partes, las dos columnas sobre las que se mantiene todo buen espect¨¢culo de pop-rock".
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