Alma raspada

En un libro bien encuadernado y editado por el Ministerio de industria, Comercio y Turismo se recoge el borrador del Plan Energ¨¦tico Nacional, llamado vulgar mente el PEN. En ¨¦l se explica cu¨¢l va a ser el aprovechamiento de los recursos energ¨¦ticos en los a?os noventa y, m¨¢s o menos, se entiende. Pero el texto est¨¢ lleno de latiguillos y barbarismos que muestran con qu¨¦ poca energ¨ªa escriben en castellano sus -auto res. Veamos una muestra: montones de veces se habla de demanda tendencial, adjetivo que raspa el t¨ªmpano, de veras. Sin contar el abuso con ciertas palabras de moda entre quien no tiene otras, tales como contexto y escenario.Pero donde la lectura raspa, no el o¨ªdo sino el alma, es con ocasi¨®n de los t¨¦rminos ingleses, o lo que sean, colocados sin antes pedir perd¨®n, como si los lectores estuvi¨¦ramos obligados no s¨®lo a conocer, sino tambi¨¦n a ingerir un plato de tan mal gusto. Se repite hasta el aburrimiento el t¨¦rmino mix por mezcla, tan bonita ¨¦sta. No digamos cuando, para indicar un aumento de potencia, van y ponen repowering. ?Se creer¨¢n que haci¨¦ndolo tan feo no les vamos a entender? A¨²n hay m¨¢s: hablan de un evidente trade-pff; de evidente, nada, y si no que lo pregunten por la calle. ?Y sobre los acuerdos swap? Es como para desconfiar de todo el PEN. S¨®lo. los muy interesados por la energ¨ªa solar o por la permanencia del castellano son capaces de continuar la lectura hasta-el final.

Hay tambi¨¦n una ecolog¨ªa, una energ¨ªa y un medio ambiente en el uso del lenguaje; quien la pierda no tendr¨¢ recursos energ¨¦ticos ni para encender una vela... en su cabeza. ?O ser¨¢ que el MINER -y el PEN necesitan un PLIN (Plan Lingu¨ªstico Nacional)?- Carmen Palomo Garc¨ªa.