Intimidad a la venta
'Pinchazos' telef¨®nicos desvelan los manejos de vendedores de datos personales
Cuatro meses despu¨¦s de que se descubriera la existencia de una empresa que vend¨ªa datos personales de 21 millones de espa?oles, las diligencias correspondientes duermen en un juzgado de M¨®stoles (Madrid). Todos los implicados est¨¢n en libertad y el juez ha denegado la intervenci¨®n de la base inform¨¢tica sobre la cual hab¨ªan montado su negocio. Tambi¨¦n duerme en el Congreso el proyecto de ley de protecci¨®n de datos informatizados.
Joaqu¨ªn Gonz¨¢lez L¨®pez, de 56 a?os, parece haber tenido varias obsesiones en los ¨²ltimos a?os: los funcionarios, los coches de Andaluc¨ªa, los DNI y las viudas. Propietario de la empresa Publigest, ingres¨® en la prisi¨®n de Carabanchel, en Madrid, el pasado 10 de enero como presunto jefe de una red de venta de datos inform¨¢ticos. Junto a ¨¦l fueron detenidas otras 10 personas.Pero antes de este traspi¨¦ carcelario, las investigaciones judiciales, entre las que se,incluye la grabaci¨®n de las conversaciones telef¨®nicas de Gonz¨¢lez L¨®pez, a la que ha tenido acceso EL PA?S, pon¨ªan en evidencia un submundo en el que la venta de datos personales se ha convertido en moneda corriente, alentada adem¨¢s por un mercado en el que participan desde empresas conocidas hasta cajas de ahorro o bancos.
S¨®lo cinco d¨ªas despu¨¦s de estallar este esc¨¢ndalo, que evidenciaba la indefensi¨®n de los ciudadanos espa?oles ante los traficantes de datos personales, todos los detenidos estaban en libertad. Las 2.000 cintas magn¨¦ticas con millones de datos decomisadas por la polic¨ªa no fueron suficientes para mantenerlos en prisi¨®n, ante la inexistencia de una ley en vigor que proteja los datos inform¨¢ticos.
Presiones a un funcionario
Las conversaciones de Joaqu¨ªn Gonz¨¢lez L¨®pez describen un mundo competitivo y duro, con millones de pesetas en juego. Una de las charlas intervenidas con una trabajadora de la Presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa, Rosario, "una sobrina de un arnigo", est¨¢ destinada a conseguir su intermediaci¨®n para que otro funcionario entregue pl listado de los coches de Andaluc¨ªa. Se desarroll¨® as¨ª:Joaqu¨ªn. Mira, no s¨¦ c¨®mo decirte, ah¨ª hay unos millones de pesetas, ?comprendes?, o sea que... si ves que puedes hablar, ya sabes que eso es delito.
Charo. S¨ª, ya, pero el problema es que este hombre es muy estricto.
J. Bueno no s¨¦, pero...
Ch. Es que es de estos funcionarios que son cerrados a cal y canto. Le veo muy estricto, muy antip¨¢tico, es que es un problema que no da buena facilidad para introducirse, eso es lo que yo vi cuando fui a hablar con ¨¦l. (... ) Me dijo que esto no pod¨ªa ser, me lo dijo as¨ª de una forma como muy sin posibilidades (...)
J. Mira, si te parece, t¨² puedes concertar con ¨¦l una entrevista conmigo, donde yo, con un PC de esos transportables, un ordenadorcito, con cualquier tel¨¦fono, me conecto con mi despacho y le demuestro que tengo el resto de Espa?a, ?comprendes? O sea, que me pregunta por esta matr¨ªcula, por esta otra, por este se?or, por el que sea y vemos que todo eso est¨¢ all¨ª. Que se le puede hacer una demostraci¨®n, y claro, ve que falta Andaluc¨ªa, y es que los andaluces somos menos. T¨², como andaluza que eres...
Ch. Otra cosa que se puede hacer es ( ... ) comentarle que est¨¢s dispuesto a hablar con el director general de Industria.
J. Vale, como t¨² lo veas; pero que lo consigamos, porque hay un dinero ah¨ª que...
Ch. ?Y por. otros contactos no se puede conseguir?
J. Si es que, mira, ahora, este mismo hombre que lo tiene ah¨ª.... Pues yo se lo ped¨ª para hacer unos estudios para una cuesti¨®n... que es mentira, para una cuesti¨®n de seguros...
La conversaci¨®n contin¨²a por otros temas hasta que Joaqu¨ªn Gonz¨¢lez pide a la mujer que insista ante el funcionario.
J. ( ... ) Entonces, a ver si por casualidad me arreglas eso..., par a la semana pr¨®xima no, la otra; pues o bien desplazarme all¨ª para finiquitar y hablar de pelas en condiciones,porque es delito, en cuanto t¨² dices: "Oye, esto vale tantas pesetas", es delito de esas pesetas, ?comprendes?, entonces hablar de que pod¨ªa haber, pero no.... Claro, eso ser¨ªa...
J. Extorsi¨®n.
Joaqu¨ªn sabe que sobornar a un funcionario es delito (no extorsi¨®n, sino cohecho), pero quiere la relaci¨®n de coches de Andaluc¨ªa, la ¨²nica que le falta a este hombre, que se define como industrial, para tener el censo total de autom¨®viles.
Pero ¨¦sta no es su ¨²nica aproximaci¨®n a un funcionario. Joaqu¨ªn Gonz¨¢lez reconoce que en 1985 compr¨® "por 150.000 pesetas a una persona que trabaja en el Ministerio de Hacienda, que posiblemente sea funcionario del mismo, un listado sobre empresas jur¨ªdicas". Y tambi¨¦n reconoce que tiene contactos con C¨¦sar Cabeza ?lvarez, otro funcionario del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, jefe de una secci¨®n de inform¨¢tica, al que conoci¨® a trav¨¦s de Javier el Ruedas, "un amigo com¨²n de la infancia", seg¨²n C¨¦sar Cabeza.
De este funcionario, Gonz¨¢lez afirma que le entreg¨® "personalmente una cinta magn¨¦tica conteniendo unos n¨²meros de afiliaci¨®n a la Seguridad Social para que ¨¦ste los completase con el n¨²mero de identificaci¨®n fiscal (DNI m¨¢s una letra). Que este trabajo "era gratuito", y que no se lo hab¨ªa devuelto. Una entrega que no es reconocida por el funcionario en su declaraci¨®n a la polic¨ªa.
Pero hay m¨¢s. Seg¨²n la denuncia presentada por ?scar Gallardo, director t¨¦cnico de la empresa de ordenadores controlada por Gonz¨¢lez L¨®pez, ¨¦ste tambi¨¦n "se interes¨® por establecer una relaci¨®n entre las declaraciones de la renta y el resto de los datos de la base, "para establecer las posibles anomal¨ªas a nivel de empresas e individuos". Un trabajo que qued¨® sin hacer, pero que deja patente que la intimidad de los espa?oles hace ya mucho tiempo que se compra y se vende.
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