Un juez a prueba de bombas

Antonio di Pietro, de 41 a?os, el magistrado que dirige la investigaci¨®n del esc¨¢ndalo de Mil¨¢n, tiene desde el jueves coche blindado y escolta, pero hasta ahora nadie ha osado ni siquiera poner en duda su imparcialidad. Y eso que, en Italia, el juez que intenta meter entre rejas a un pol¨ªtico suele sufrir de inmediato la agresividad y las descalificaciones m¨¢s despiadadas.

Posiblemente le ha ayudado el hecho de que no se le conozcan conexiones con ning¨²n partido y de que en sus numerosas investigaciones nunca haya hecho distingos entre siglas. Pero tambi¨¦n su perfil poco preciso, incluso en estos momentos de celebridad. Se ha dicho, por ejemplo, que fue seminarista, pero no est¨¢ claro. M¨¢s seguro es que naci¨® en una familia campesina de la regi¨®n de Molise. (centro del pa¨ªs) y que a los 20 a?os trabaj¨® de metal¨²rgico en Alemania. Hasta los 25 no empez¨® la carrera universitaria. Se licenci¨® en Derecho, pero sus primeras experiencias con la ley fueron de polic¨ªa. Ejerci¨® de comisario en Mil¨¢n, donde combati¨® la droga. En 1981 accedi¨® a la magistratura, y en 1985 pas¨® a Mil¨¢n, donde, como teniente fiscal, ha investigado varios casos de corrupci¨®n similares, aunque menos espectaculares, al de ahora.

Su m¨¦todo es la tenacidad. La investigaci¨®n en curso comenz¨® el pasado 17 de febrero con la detenci¨®n de Mario Chiesa, socialista y presidente de un centro municipal milan¨¦s para el cuidado de ancianos. Chiesa hab¨ªa sido previamente denunciado por un peque?o empresario que se resist¨ªa a pagarle 600.000 pesetas por una comisi¨®n solicitada. Tres d¨ªas m¨¢s tarde, Di Pietro hab¨ªa descubierto y congelado 12.000 millones de liras en cuentas relacionadas con el socialista, y para el 12 de marzo hab¨ªa llamado a declarar a buena parte de los empresarios que hab¨ªan obtenido comisiones de Chiesa.

Los que confesaban volv¨ªan a casa. Los que no, quedaban entre rejas hasta que, abrumados por el encierro y la presentaci¨®n de pruebas complementarias, hablaban.