Las estafas de Mil¨¢n
Italia "descubre" que las contratas p¨²blicas exig¨ªan el pago de comisiones multimillonarias
Mil¨¢n, y con ella toda Italia, sufre el trauma de haber descubierto lo que los italianos, incluidos los milaneses, sab¨ªan: que las adjudicaciones de obras y servicios p¨²blicos se logran mediante el pago de una comisi¨®n al pol¨ªtico que las otorga. Pero el resultado de 11 pol¨ªticos detenidos, pertenecientes a los tres partidos mayoritarios -Democracia Cristiana (DC), Partido Socialista Italiano (PSI) y Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (PDS)-, otros cinco formalmente sospechosos y 15 empresarios encarcelados eleva el descubrimiento a unas cotas de esc¨¢ndalo desconocidas.
El esc¨¢ndalo ha provocado la dimisi¨®n de la Junta Regional de Lombard¨ªa y plantea una certeza tambi¨¦n in¨¦dita: el tr¨¢fico de estas comisiones constituye una monumental estafa al contribuyente, dado que los empresarios facturan a los organismos p¨²blicos que les contratan las cantidades pagadas en demas¨ªa. Lo ha dicho uno de los implicados, el ministro socialista Carlo Tognoli, ex alcalde milan¨¦s, quien, aun negando las responsabilidades que se le imputan, afirma: "Estas cosas ocurren tambi¨¦n en otros pa¨ªses, como Francia o Estados Unidos. La diferencia es que all¨ª los costes reales se respetan".En Italia no es as¨ª. La nueva sede del Piccolo Teatro di Milano, la c¨¦lebre compa?¨ªa que dirige Giorgio Strehler, ha costado ya a la comunidad 72.000 millones de liras (6.000 millones de pesetas). En 1978, su presupuesto era de 10.000 millones de liras. Y al hilo de esas obras siempre sospechosamente lentas, tres pol¨ªticos de relieve pasan ahora apuros ante el juez Antonio di Pietro, porque uno de los contructores del Piccolo se ha declarado "cansado de la ley del 5%" y ha cantado las cuarenta.
El juez investiga, en efecto, si es verdad, como dice el empresario mencionado, que Paolo Pillitteri, alcalde milan¨¦s despu¨¦s de Tognoli y cu?ado del l¨ªder socialista, Bettino Craxi, percibi¨® una comisi¨®n cobrada por Epifanio li Calzi, arquitecto ex comunista y ex responsable municipal de obras p¨²blicas, que posteriormente, al parecer, actu¨® de intermediario en otro pago relacionado con las mismas obras destinado al concejal del PDS Massimo Ferlini. El denunciante sostiene adem¨¢s que tanto Pilliteri como Ferlini y Li Calzi utilizaron toda su capacidad de coacci¨®n para que pagara.
La construci¨®n de una tercera l¨ªnea metropolitana ha sido otro fil¨®n importante de estos presuntos pagos ilegales, pero Di Pietro, que investiga una suma global pr¨®xima a los 15.000 millones de pesetas, tiene a su disposici¨®n toda clase de historias. La prueba es que en sus archivos figuran desde Franco Uboldi, un modesto empresario de limpiezas que estaba pagando una comisi¨®n de 600.000 pesetas, hasta los consejeros delegados de tres de las mayores constructoras italianas. Simult¨¢neamente, en el sector de los pol¨ªticos han ca¨ªdo los dos ex alcaldes socialistas citados y Gianstefano Frigerio, secretario regional de la Democracia Cristiana lombarda, por citar algunas de las figuras destacadas, junto a otros modestos desconocidos.
De la investigaci¨®n judicial se deduce que en Mil¨¢n -y nadie piensa que ¨¦ste sea un caso aislado- operaba todo un sistema por el que los pol¨ªticos, y probablemente los partidos, lograban saltarse los l¨ªmites de unos presupuestos ya generosos y la ley de financiaci¨®n p¨²blica. En dicho sistema han confluido empresarios, que falseaban los concursos mediante acuerdos de ofertas m¨¢ximas y m¨ªnimas, con los que se repart¨ªan las adjudicaciones y absorb¨ªan como coste facturable las comisiones pagadas. Y tambi¨¦n hay indicios de la existencia de compromisos entre los partidos para el reparto de esos fondos, como es el hecho de que un asesor comunista cobrara comisiones por cuenta del alcalde socialista, o como la confesi¨®n de Sergio Soave, un dirigente ex comunista detenido, que ha admitido haber cobrado m¨¢s de 1.000 millones de pesetas en comisiones para repartirlas entre el PCI y la DC en a?os en que esas dos formaciones se enfrentaban duramente en las tribunas pol¨ªticas.
Por todo ello, el esc¨¢ndalo de Mil¨¢n representa para los pol¨ªticos italianos un mazazo a¨²n m¨¢s fuerte que el voto de castigo a la partitocracia que encajaron mal el pasado 5 de abril. Craxi y los socialistas han sido inicialmente los m¨¢s perjudicados por este nuevo golpe, ya que, con su mensaje de modernidad, fueron los rectores de los destinos de la capital lombarda en los opulentos a?os ochenta. Pero las cr¨ªticas de los otros grandes partidos han amainado, a medida que esta ola de corrupci¨®n les alcanzaba.
El hijo de Craxi
El PSI y la DC han tenido que cambiar apresuradamente las c¨²spides de sus organizaciones regionales, lo que para Craxi ha supuesto apartar a su propio hijo, Bobo, de 28 a?os, de la secretar¨ªa milanesa. El PDS ha propuesto la salida inmediata de todos los pol¨ªticos de las empresas municipales, que mueven al a?o m¨¢s de 300.000 millones de pesetas.Pero lo que cada vez m¨¢s se reclama es la revisi¨®n de la ley de financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos, en la que se inspir¨® la espa?ola, para atajar una situaci¨®n que ahora todos lamentan y de la que nadie se responsabiliza en primera persona. Incluso los empresarios tienden a suspender los ataques a una clase pol¨ªtica a la que ¨²ltimamente hab¨ªan fustigado con insistencia y apoyan esta propuesta.
Quedan dos grandes interrogantes: ?d¨®nde terminar¨¢ la investigaci¨®n judicial?, ?qui¨¦n en estas circunstancias se atraver¨¢ a presentarse como candidato a la presidencia de la Rep¨²blica?.
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