El cardenal Sin pide a los cat¨®licos filipinos que impidan los intentos de fraude electoral
ENVIADO ESPECIALEl influyente cardenal Jaime Sin, considerado por muchos como el Richelieu de Asia, ha pedido la movilizaci¨®n de todos los cat¨®licos para abortar cualquier intento de fraude en las elecciones locales y presidenciales que hoy se celebran en Filipinas. Toda la plantilla del Cuerpo de Polic¨ªa Nacional ha entrado en alerta roja para asegurar que la votaci¨®n se desarrolle pac¨ªficamente despu¨¦s de una campa?a electoral con una lista de 74 muertos, tras la suma de 17 polic¨ªas emboscados ayer por la guerrilla comunista en Luz¨®n y los otros siete que perecieron al estallar dos bombas. Ninguno de los siete candidatos a la sucesi¨®n de Coraz¨®n Aquino ha conseguido una ventaja clara en las encuestas.
En una homil¨ªa pronunciada ayer en la iglesia de Santa Ana, el arzobispo de Manila inst¨® a la feligres¨ªa de este pa¨ªs de m¨¢s de 52 millones de cat¨®licos a no dejar que la pol¨ªtica "quede en manos de esa cala?a de pol¨ªticos que la han ensuciado". Carteles en contra de la compra de votos y una gran pantalla luminosa con un texto en contra de la corrupci¨®n flanqueaban al prelado, que denunci¨® indirectamente a los candidatos presidenciales Imelda Marcos y al hombre de negocios Eduardo Danding Cojuangco, huido del pa¨ªs en 1986 a bordo del mismo avi¨®n en que parti¨® al exilio el matrimonio Marcos. Fidel Ramos, ministro de Defensa durante el r¨¦gimen que m¨¢s tarde ayud¨® a derribar, y aspirante tambi¨¦n a la presidencia, tampoco cuenta con las simpat¨ªas del cardenal.La previsible dispersi¨®n del voto en la consulta de hoy, con 32 millones de personas con derecho a sufragio y alrededor de 800.000 vigilando el escrutinio, ha alarmado a algunos conocidos comentaristas locales, que aconsejan cerrar filas contra quienes se manifiestan por un Gobierno autoritario. Max Soliven advierte en la portada del diario The Philippine Star que la divisi¨®n de los votos "entre los candidatos que se identifican como defesores de la libertad, la vida y la dernocracia" facilitar¨¢ el triunfo de Cojuangco. "Para nuestra sorpresa y horror, est¨¢ superando a sus rivales en algunos sondeos". Seg¨²n Soliven, Fidel Ramos, un protestante apoyado por Coraz¨®n Aquino, es el ¨²nico candidato que aventaja "por muy poco" al hombre acusado de buscar la presidencia para recuperar los negocios y los Ferraris perdidos en la fuga.
" Oro, trampas y matones". Esta temible trilog¨ªa constituye todav¨ªa en Filipinas una de las referencias m¨¢s determinantes en los resultados electorales. La Iglesia cat¨®lica, en cuyos templos comulgan tambi¨¦n reputados pistoleros y tramposos, ha exigido p¨²blicamente que cesen estas pr¨¢cticas mafiosas para que las umas reflejen la voluntad nacional. "Se han desembolsado cuantiosas sumas de dinero para comprar o sobornar a los pol¨ªticos, y muchos intentan impedir el normal ejercicio del voto mediante la actuaci¨®n de grupos armados", denunci¨® el arzobispo de Manila. El perfil del candidato Ram¨®n Mitra, portavoz del Senado y representante del principal partido filipino (LPD), se ajusta m¨¢s que ninguno a las directrices del cardenal.
Pese a las indicaciones del arzobispo que un d¨ªa irrit¨® a los no creyentes al conceder a la Virgen Mar¨ªa todo el protagonismo en la ca¨ªda de los Marcos, los cat¨®licos filipinos no votar¨¢n en bloque, como har¨¢n otras confesiones cristianas. La Iglesia Ni Cristo, una secta nacional con 78 a?os de existencia y 700.000 devotos con acceso a los colegios electorales, ha anunciado su preferencia por Cojuangco, mientras que el Movimiento por Jes¨²s, que reclama 1,3 millones de seguidores, apoyar¨¢ a Ramos. "Dios ha ungido a este hombre" asegur¨® uno de sus pastores.
Tres millones de musulmanes
Las jerarqu¨ªas de los 2,4 millones de protestantes parecen dudar entre el marquista arrepentido y el ex senador Jovito Salonga. Ram¨®n Mitra afirma contar con las simpat¨ªas de los tres millones de musulmanes filipinos.La ausencia de un candidato presidencial con reconocida superioridad sobre el resto hace temer un escrutinio tenso y protestas entre los derrotados. Las declaraciones y muestreos grotescamente triunfalistas se suceden entre los contendientes, y todos prometen convertir Filipinas en un emporio. "?Qu¨¦ pronto se olvidar¨¢n de los pobres!", comentaba uno de ellos en el t¨®rrido malec¨®n de Manila. Imelda, magistral, canta baladas de amor a los arrabaleros filipinos y les promete el pronto advenimiento de la Nueva Sociedad que un d¨ªa de inspiraci¨®n dise?¨® su difunto esposo en el trono de Manila. De un plumazo, con los ojos entornados y mirando al cielo, Imelda anuncia contratos por m¨¢s de 20.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de dos billones de pesetas) y la muchedumbre ruge complacida exigiendo nuevas mentiras y adormideras. "?Pero qu¨¦ guapa est¨¢!". Es lo ¨²nico que le piden los leales m¨¢s humildes. Que se conserve guapa y que no olvide la peri¨®dica administraci¨®n del narc¨®tico, imprescindible cuando se ha perdido toda esperanza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.