El 'marcapasos' de la cohesi¨®n

Espa?a es uno de los pa¨ªses en los que la ratificaci¨®n parlamentaria del Tratado de Maastricht apenas plantea dificultades. La mayor¨ªa socialista se aferra a "la satisfacci¨®n razonable" con que el presidente del Gobierno Felipe Gonz¨¢lez recibi¨® la obtenci¨®n del acuerdo. En la oposici¨®n, tanto el Partido Popular como los partidos nacionalistas han expresado un "optimisino moderado", mientras Izquierda Unida no est¨¢ "totalmente satisfecha".El principal problema lo plantean los sindicatos, por los sacrificios a?adidos que impondr¨¢ el programa de convergencia. Igual que el mercado ¨²nico duplic¨® las ayudas regionales de la CE para compensar a los m¨¢s d¨¦biles por la apertura de fronteras, Maastricht supone para los cuatro pa¨ªses m¨¢s pobres el paquete de la cohesi¨®n para paliar, en parte, el cors¨¦ al crecimiento que impondr¨¢ una pol¨ªtica monetaria ¨²nica. La uni¨®n monetaria exige recortar la inflaci¨®n y el d¨¦ficit, limitar el endeudamiento, rebajar los tipos de inter¨¦s y reducir primero y eliminar despu¨¦s los m¨¢rgenes de fluctuaci¨®n de la peseta.

El Gobierno espa?ol confiaba en la actual presidencia portuguesa para sacar adelante un compromiso firme sobre el dinero de la cohesi¨®n, incluida la creaci¨®n del nuevo fondo de convergencia prometido en Maastricht. Con ello, Espa?a espera duplicar los m¨¢s de 300.000 millones de pesetas que recibe al a?o de la CE y mantener los planes de infraestructuras.

Compromiso pol¨ªtico

Tras el revuelo que han armado en Lisboa las cr¨ªticas a la "timidez" de la gesti¨®n portuguesa, el Gobierno parece haber renunciado a pisar a fondo el pedal de la presi¨®n y conformarse con que en la cumbre de Lisboa se alcance un compromiso pol¨ªtico sobre la cohesi¨®n, pero sin cifras. Parece haber triunfado ya la tesis brit¨¢nica de no hablar ahora de dinero hasta, conseguida la ratificaci¨®n, tener las manos libres para los "bussiness as usual". Despu¨¦s de Portugal, asumir¨¢n la presidencia el Reino Unido y Dinamarca, los dos m¨¢s reacios.

"La ratificaci¨®n del tratado se va a hacer porque a nadie le interesa que Maastricht no salga, salvo a grupos marginales", afirma el secretario de Estado para la CE, Carlos Westendorp. Para el ministro de Exteriores Francisco Fern¨¢ndez 0rd¨¦?ez, "aunque no es elegante sacar ahora este argumento, no se pueden olvidar los problemas que una falta de garant¨ªas sobre la cohesi¨®n puede plantear en las Cortes."

Con esta perpectiva, la ratificici¨®n tendr¨¢ que postergarse en Espa?a a las vacaciones parlamentarias. S¨®lo tras la cumbre de Lisboa, a finales de junio, se podr¨¢ evaluar la verdadera voluntad financiera de los Doce. El marcapasos de la cohesi¨®n sigue siendo el principal argumento para presionar al resto de la CE y para calibrar mejor dentro las ventajas de un acuerdo que no puede rechazarse.