Butros Gali pide a Bush que EE UU pague sus deudas a las Naciones Unidas
El secretario general de las Naciones Unidas, el egipcio Butros Gali, lleg¨® ayer a Washington como un molesto recaudador de deudas dispuesto a convencer al presidente George Bush y al Congreso norteamericano de que, si no pagan sus contribuciones, la ONU no podr¨¢ cumplir con las misiones de paz en las que est¨¢ comprometida.
Preocupado por la amenaza de bancarrota que pesa sobre su organizaci¨®n, Gali se entrevist¨® ayer con el presidente Bush, el secretario de Estado, James Baker, y las comisiones de Asuntos Exteriores del Senado y la C¨¢mara de Representantes, en lo que se interpreta como el esfuerzo m¨¢s decidido hecho hasta ahora por el secretario general para conseguir el dinero que necesitan las fuerzas de paz.Estados Unidos es el principal contribuyente de la ONU, pero tambi¨¦n el principal deudor. El Gobierno norteamericano adeuda 667 millones de d¨®lares (66.700 millones de pesetas), 555 millones al presupuesto ordinario y 112 millones al fondo para los cascos azules. Con estas deudas, que se repiten en los casos de otros grandes contribuyentes, la ONU es incapaz de cumplir sus dos principales misiones pendientes, Yugoslavia y Camboya, donde tiene que gastar m¨¢s de 2.500 millones de d¨®lares (250.000 millones de pesetas).
La visita de Butros Gali se produce en un momento en el que tanto la Administraci¨®n como el Congreso est¨¢n m¨¢s preocupados por aumentar los presupuestos para los programas nacionales que por incrementar la ayuda exterior, mas a¨²n despu¨¦s de que los sucesos de Los ?ngeles revelasen las necesidades urbanas norteamericanas.
Recortes en el Congreso
Aunque p¨²blicamente tanto el Congreso como el presidente reconocen la trascendencia de las misiones de los cascos azules, nadie quiere tomar la iniciativa de pedir m¨¢s dinero. De la ¨²ltima cantidad solicitada por Bush para la ONU, 350 millones de d¨®lares, el Congreso recort¨® 80 millones, y es previsible que esa cifra se rebaje a¨²n m¨¢s en el pr¨®ximo presupuesto.El presidente Bush, atrapado por la corriente aislacionista que domina este a?o electoral, tampoco se ha decidido a aparecer claramente ante la opini¨®n p¨²blica como un partidario de incrementar la aportaci¨®n a las Naciones Unidas.
Tal vez el mejor aliado que pueda encontrar Gali en Washington, donde permanecer¨¢ hasta hoy, sea el secretario de Estado, Baker, quien ha defendido en ocasiones anteriores a los cascos azules como una garant¨ªa para la seguridad nacional.
El diario The New York Times ha sugerido en un editorial que, si no se puede dar m¨¢s dinero, Estados Unidos podr¨ªa transferir parte de su equipo militar a los cascos azules, en la creencia de que "el Ej¨¦rcito del ma?ana no es el Ej¨¦rcito Rojo ni el Ej¨¦rcito de Estados Unidos, sino el de las Naciones Unidas".
Actualmente, la ONU tiene presencia militar en 14 ¨¢reas conflictivas del mundo, lo que supone un gasto de 3.000 millones de d¨®lares. De esa cantidad, a esta altura del a?o s¨®lo se ha recaudado el 40%.
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