Sale a subasta la agencia UPI, una leyenda en la historia del periodismo
La sigla UPI, correspondiente a la agencia norteamericana United Press International, una leyenda en la historia del periodismo, puede desaparecer si no acaba con ¨¦xito la subasta que comenz¨® ayer en Rutland (EE UU) y que puede durar varios d¨ªas. Ochenta y cinco a?os del mejor periodismo pueden terminar tras ordenar un juez la venta de la empresa, arruinada por continuas p¨¦rdidas.
En el primer d¨ªa de subasta s¨®lo apareci¨® un comprador dispuesto a pagar seis millones de d¨¦lares por todos los servicios de la agencia. El resto de los que pujaron lo hicieron por algunos departamentos espec¨ªficos. El aspirante a quedarse con UPI es Pat Robertson, un empresario de prensa de conocida filiaci¨®n religiosa, due?o de la US Media Corporation, y que fue candidato republicano en las elecciones primarias de 1988. Su ¨²nica condici¨®n fue que se llegue a un acuerdo final antes de un mes. Robertson prometi¨® que su, ideolog¨ªa religiosa conservadora no afectar¨ªa a la l¨ªnea editorial de UPI.UPI tiene hoy m¨¢s de 4.000 acreedores en cerca de 50 pa¨ªses y unas p¨¦rdidas mensuales de m¨¢s de 100.000 d¨®lares (algo m¨¢s de 10 millones de pesetas). Cuenta con 22 millones de d¨®lares en activos y cerca de 600 empleados repartidos por 140 oficinas en 90 ciudades del mundo, n¨²mero. muy inferior a los 6.000, traba adores de los que lleg¨® disponer hace 30 a?os.
Comparado con los 5.000 peri¨®dicos y emisoras de radio y televisi¨®n que estaban abonados hace un par de d¨¦cadas, UPI s¨®lo cuenta hoy con un centenar de clientes, la mayor¨ªa en Am¨¦rica Latina. Ninguno de los prestigiosos peri¨®dicos The New York Times, Los Angeles Times o The Washington Post est¨¢n abonados a su servicio general. Associated Press, la primera agencia de noticias de Estados Unidos y probablemente la mayor del mundo, cuenta con cerca de 1.600 clientes s¨®lo en este pa¨ªs.
Asesinato de Kennedy
Entre los ¨¦xitos de UPI, cuyos reporteros ganaron nueve Premios Pulitzer, destaca la primicia sobre el atentado contra el presidente Kennedy. En sus oficinas se han formado periodistas como Walter Cronkite o David Brinkley, pero nadie es m¨¢s famoso en estos momentos que la corresponsal de UPI en la Casa Blanca, Helen Thomas. Sentada desde hace casi 30 a?os en la primera fila en las conferencias de prensa del presidente, Helen Thomas es una verdadera instituci¨®n en Washington. Sus preguntas son todav¨ªa un permanente dolor de cabeza para Bush y un modelo para sus colegas.La crisis econ¨®mica de UPI comenz¨® a principios de los a?os ochenta. En 1985 se acogi¨® por primera vez a la normativa de empresas en quiebra para resurgir un a?o despu¨¦s con una estructura mucho m¨¢s modesta. En 1991, sin embargo, las dificultades llevaron de nuevo a la empresa a la bancarrota.
El juez Francis Conrad, que lleva el caso de UPI, decidi¨® el mes pasado, presionado por los acreedores y convencido de la inviabilidad de la compa?¨ªa, sacar la agencia a subasta. Despu¨¦s de varios cambios de due?o en la ¨²ltima d¨¦cada, UPI sale ahora en busca del mejor postor.
Con el fin de salvar la compa?¨ªa, los trabajadores de la agencia se hab¨ªan recortado voluntariamente sus sueldos en varias ocasiones y hab¨ªan renunciado, incluso, a sus seguros. Uno de los periodistas de UPI que cubri¨® la guerra del golfo P¨¦rsico cuenta que cuando le dijo a sus jefes que sus compa?eros de la agencia Associated Press viajaban con seguros de vida de un mill¨®n de d¨®lares le respondieron que ellos s¨®lo le pod¨ªan desear un mill¨®n de suerte.
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