El elevangelista ultraconservador Pat Robertson, pr¨®ximo due?o de la agencia prensa UPI

Las siglas UPI que hace algunas d¨¦cadas fueron s¨ªmbolo del periodismo m¨¢s objetivo, independiente y profesional del mundo, estar¨¢n ahora en manos de un televangelista ultraconservador que, m¨¢s que periodistas, lo que est¨¢ acostrumbrado a dirigir es soldados de un nuevo fundamentalismo protestante. Pat Robertson, uno de esos predicadores del apocalipsis que hizo millones de d¨®lares con sus sermones en televisi¨®n, est¨¢ a punto de convertirse en el due?o de la agencia de noticias norteamericana United Press International (UPI), que ha sido sacada a subasta tras caer en la bancarrota.

Los abogados de Robertson y de UPI negocian con el juez encargado del caso los ¨²ltimos detalles de la compra, que parece ya firme, puesto que no ha habido nadie m¨¢s que pujase por el total de los bienes de la agencia. Las otras ofertas surgidas en la subasta mostraron inter¨¦s ¨²nicamente en algunos servicios de UPI, lo que casi obliga al juez a optar por la propuesta de seis millones de d¨®lares (600 millones de pesetas) presentada por Robertson. El televangelista empresario tiene un plazo de un mes para revisar la situaci¨®n actual de la agencia antes de que la compra se haga firme.Pat Robertson ha prometido que intentar¨¢ expandir la agencia, en lugar de reducirla, y ha asegurado que su ideolog¨ªa y sus puntos de vista religiosos no influir¨¢n en la l¨ªnea ideol¨®gica de UPI. Algunos expertos reconocen que desde que abandon¨® su puesto de ministro de la Iglesia de los baptistas del sur para presentarse a las elecciones presidenciales en 1988 Robertson se ha ido consolidando en su papel de empresario. Actualmente recibe un sueldo de mas de 350.000 d¨®lares al a?o como presidente de la compa?¨ªa Intern¨¢tional Fafflily Entertainment un holding. del que dependen varias emisoras de radio, un peque?o grupo de peri¨®dicos y, lo m¨¢s, famoso, el canal de televisi¨®n The Family Channel.

Nuevo orden

Nacido hace 61 a?os y educado en la exclusiva Universidad de Yale, Robertson ha perdido cierta relevancia como predicador televisivo en los ¨²ltimos a?os, en los que tambi¨¦n ha moderado un poco sus puntos de vista pol¨ªticos. Robertson no ha abandonado, sin embargo sus charlas religiosas en el programa Club 700, desde el que continuamente arremete contra el aborto, la homos¨¦xualidad y la pornograf¨ªa, y anuncia terribles cat¨¢strofes sobre la Tierra si el mundo contin¨²a cayendo en el pecado.Recientemente public¨® un libro en el que advert¨ªa que el nuevo orden internacional promovido por el presidente George Bush no era m¨¢s que el cumplimiento de la profec¨ªa sobre el nacimiento de un nuevo Anticristo en Oriente Pr¨®ximo.

La reacci¨®n en el mundo period¨ªstico a esta extra?a incursi¨®n del fanatismo religioso ha sido de asombro. Algunos de los principales redactores de UPI creen que, por el momento, lo m¨¢s importante es que la agencia pueda mantenerse abierta. Otros. han advertido que abandonar¨¢n la compa?¨ªa si Roberts¨®n pretende ponerlos al servicio de sus ideas.

La agencia japonesa Kyodo el principal cliente de UPI en la actualidad, ha anunciado que le va a ser muy dificil continuar su relaci¨®n con la que un d¨ªa fue la primera agencia de noticias del mundo en la nueva situaci¨®n. En un momento en el que los principales medios de comunicaci¨®n de Estados Unidos, tanto los grandes peri¨®dicos como las cadenas de televisi¨®n, atraviesan por dificultades econ¨®micas, la compra de UPI por Robertson puede ser un signo de la capacidad de penetraci¨®n en ese ¨¢mbito de millonarios recientes con claros intereses ideol¨®gicos.

"Lo que est¨¢ ocurriendo es escandaloso. Pat Robertson est¨¢ construyendo un imperio con el dinero que ha ganado como ministro religioso", advert¨ªa recientemente The New York Times. Se calcula que, adem¨¢s de Robertson, los predicadores televisivos, entre los que destacan tambi¨¦n Jimmy Swaggart y Jim Bakker, todos ellos en la misma l¨ªnea de protestantismo ultraconservador, pueden llegar a ganar unos 15.000 millones de d¨®lares al a?o.

Los grandes medios estadounidenses, casi todos ellos de tendencia liberal, temen que la ofensiva de esos sectores ultras pueda llegar a calar en la sociedad. La defensa que Robertson hizo del concepto de familia religiosa durante su campa?a. de 1988 lleg¨® a poner en aprietos a Bush en algunos Estados.