'Stock'de im¨¢genes
Tito InchaurraldeGaler¨ªa Arteunido. Plaza de Sant Gregori Taurnaturg, 1. Barcelona. Hasta el 2 de junio.
Dado a conocer en aquella muestra colectiva que, titulada Usuca,pientes y celebrada en Barcelona el verano pasado, tomaba un t¨¦rmino jur¨ªdico, la usucapi¨®n (o prescripci¨®n adquisitiva), como elemento amalgamador de una serie de propuestas que se sirven del "adue?amiento" de las im¨¢genes de los mass media, o de la publicidad en general, para la confecci¨®n del discurso pl¨¢stico, el de Tito Inchaurralde (Logro?o, 1963) se nos revela ya, sin duda, plenamente asentado.
Distanciado a todas luces tanto del simple acopio de im¨¢genes "mediales", como de su mera y fr¨ªa transposici¨®n -es decir, eludiendo el mero revivalismo de corte "popero"-, varias son de entrada, las cuestiones que la obra de Inchaurralde plantea: ?puede hablarse de usucapi¨®n de im¨¢genes desde la pintura? ?Es la imagen seriada de la que se parte susceptible de ser usucapida como se usucapa, por ejemplo, un reloj al haber pasado el tiempo legal para que pueda reclamarla su anterior leg¨ªtimo due?o? o, finalmente, ?es posible, desde ¨®pticas apropiacionistas, construir nuevos discursos que hagan olvidar la denotaci¨®n originaria para pasar a considerarlos originales? A tenor de los resultados logrados por Inchaurralde, a caballo entre la dependencia m¨¢s o menos sutil de las fuentes originales y el nuevo giro, c¨ªnico, ir¨®nico, que se desprende, s¨®lo cabe, en mi opini¨®n, la afirmaci¨®n como respuesta. As¨ª, parece que la retina deba estar siempre re?ida con las intenciones, el cerebro con el ojo y cierto modus facere, inteligentemente continuista, con una larga historia art¨ªstica de fedatarlos del mundo que se pierde en la noche de los tiempos.
Inchaurralde (como Martorell, Porcar, o Mostow) es de los que han decidido usucapir el stock de im¨¢genes del mundo m¨¢s que el del arte, de ah¨ª que, con el a?adido de cierto voluntarismo objetivo como f¨®rmula radiogr¨¢fica para analizarlo, ello presuponga cierta implicaci¨®n emergente entre el punto de vista de las im¨¢genes pintadas y el n¨²cleo social en el cual se gestan.
Por eso su "realismo" lo es por duplicado: tanto por las derivaciones que lo ?c¨®nico establece con su entorno, como por la no ocultaci¨®n de un sistema, la usucapi¨®n, vigente en todas aquellas otras l¨ªneas pl¨¢sticas que hoy se quieren originales siendo, finalmente, deudoras y acad¨¦micas, ciegas.
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