'Pic-nic' en San Pedro
ENVIADO ESPECIAL"Son las cuatro, son las cuatro". Los responsables del Opus Del para la peregrinaci¨®n a bordo del Lilly Rodr¨ªguez, barco que inici¨® en Barcelona el pasado viernes su traves¨ªa hacia Roma, golpean las puertas de los camarotes. El minuto heroico -levantarse con presteza, decir servir¨¦ en voz alta y ducharse con agua fr¨ªa-, habitual para los miembros de la Obra, lo fue ayer por triple motivo. Por prescripci¨®n, porque pocos de los 500 peregrinos consiguieron dormir m¨¢s de cuatro horas, y finalmente, porque la coincidencia horaria hizo que el agua de las duchas de los camarotes saliera con poca presi¨®n, lo que obligaba pr¨¢cticamente a asearse de rodillas.
Tras el desayuno -caf¨¦, cruas¨¢n y yogur-, a los nueve autobuses, ya dispuestos en el muelle para desplazar a los peregrinos de Civitavecchia, donde recal¨® el Lilly Rodr¨ªguez, hasta Roma, a unos 100 kil¨®metros. Pocos duermen en el trayecto. La gu¨ªa, una profesional que no es de la Obra, engancha enseguida el micr¨®fono del autob¨²s, hace callar a los charlatanes y advierte machaconamente al pasaje despu¨¦s de alternar el t¨² con el ustedes en diversas ocasiones. "He asistido a muchas beatificaciones, pero ¨¦sta ser¨¢ excepcional. No sabemos qu¨¦ nos podremos encontrar al llegar a Roma, ni cu¨¢nta gente habr¨¢. Tengan cuidado".
Quiz¨¢ por ello, un probable numerario de la Obra coge poco despu¨¦s el micr¨®fono y reza con los pasajeros del autob¨²s un padrenuestro y una salve "para que Dios nos ayude en esta jornada". A continuaci¨®n reparte entre los peregrinos las entradas para el acto de beatificaci¨®n, para la misa de acci¨®n de gracias que oficia hoy el prelado de la Obra, ?lvaro del Portillo, en la plaza de San Pedro, donde los fieles ser¨¢n recibidos por Juan Pablo II, y el bono que permit¨ªa visitar ayer por la tarde los restos de Escriv¨¢, expuestos en la iglesia de San Eugenio. "Nosotros no iremos, por los ni?os; es muy macabro", dice una peregrina.
Los alrededores de la plaza de San Pedro est¨¢n abarrotados a las siete y media de la ma?ana, cuando la temperatura alcanza ya 18 grados. Los devotos van, no obstante, preparados. Llevan bolsas con comida y sillas de campo de tijera. Se dir¨ªa que van pertrechados para un pic-nic. A las diez comienza la ceremonia, y 20 minutos despu¨¦s Escriv¨¢ de Balaguer y la monja Giuseppina Bakhita son beatos. Los pasajeros del Lilly Rodr¨ªguez estaban ah¨ª: "Ir¨¦ aunque sea arrastr¨¢ndome", dec¨ªa uno de ellos que hab¨ªa sufrido un ataque de gota en la v¨ªspera. Y este barco pasar¨¢ a la historia por llevar a 500 miembros de la Obra a Roma para asistir a la beatificaci¨®n de su maestro. Como tambi¨¦n pas? a la historia el J. J. Sister, el barco que traslad¨® en 1946 por ve2 primera a Italia a Escriv¨¢.
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