A Espa?a le asusta una CE ampliada
Profunda divisi¨®n entre los Doce ante el inminente ingreso de nuevos socios
El ingreso de nuevos socios en la Comunidad Europea (CE), en particular los pa¨ªses de la Asociaci¨®n Europea de Libre Comercio (EFTA), es considerado "un hecho inevitable" por los Gobiernos de los Doce. Sin embargo, diversos informes confidenciales reflejan la profunda divisi¨®n en la CE sobre la estrategia a seguir, las fronteras de la futura Europa y las consecuencias de la adhesi¨®n en la construcci¨®n europea. La posici¨®n del Gobierno es que "Espa?a deber¨ªa mantenerse al margen de una batalla que puede ser feroz".
El Gobierno espa?ol pretende enarbolar la bandera de la neutralidad ante una batalla, la de la inminente ampliaci¨®n de la Comunidad Europea (CE), que "puede ser feroz y producir heridas que tarden muchos a?os en cicatrizar". "Espa?a deber¨ªa mantenerse al margen", se agrega en un documento de nueve p¨¢ginas remitido por la Secretar¨ªa de Estado para la CE a los dos comisarios espa?oles (Manuel Mar¨ªn y Abel Matutes) con el objetivo de fijar y salvaguardar los intereses de Madrid. Una nota interna de la C¨¦lula de Prospectiva de la Comisi¨®n Europea da cuenta tambi¨¦n de las conversaciones mantenidas con diversos responsables del Ministerio de Exteriores y del Departamento de Estudios de la Presidencia del Gobierno (Carlos Alonso Zald¨ªvar y Andr¨¦s Ortega, en este ¨²ltimo caso)."El feeling espa?ol sobre la ampliaci¨®n", dice textualmente esta comunicaci¨®n confidencial, "es que no se produce en el mejor momento para los intereses estrat¨¦gicos espa?oles porque podr¨ªa solidificar los puntos de vista nordistas (sic) en la Comunidad en relaci¨®n a los intereses econ¨®micos (cohesi¨®n frente a libre competencia) y estrat¨¦gicos (Mediterr¨¢neo frente al Este) de los pa¨ªses del sur de la CE y, especialmente, de los m¨¢s perif¨¦ricos".
La Secretar¨ªa de Estado para la CE tiene un enfoque pragm¨¢tico de desmarque "ante los enfrentamientos que ya se dibujan en el horizonte", pero reconoce que no se podr¨¢ ser neutral siempre y habr¨¢ que decantarse "una vez que avancen los debates". El objetivo es "asegurar la profundizaci¨®n y la integraci¨®n comunitaria, porque la experiencia de los ¨²ltimos a?os nos ha demostrado que lo que es bueno para la Comunidad es tambi¨¦n bueno para Espa?a".
La ampliaci¨®n, seg¨²n Espa?a, debe estar condicionada a la ratificaci¨®n previa del Tratado de Maastricht y a la aprobaci¨®n del dinero para la cohesi¨®n. Las otras prioridades son mantener el peso de Espa?a en las instituciones comunitarias, reforzar los mecanismos de compensaci¨®n interestatal "en la Comunidad ampliada", mantener el espa?ol como lengua de trabajo y "asegurar la estabilidad y prosperidad del flanco sur, especialmente el Magreb".
El Forward Studies Unit (Unidad de Estudios Avanzados) de la CE ha hecho un balance detallado de las posiciones de todos las naciones. La ¨²nica coincidencia es que los pa¨ªses candidatos de la EFTA deben pasar a ser socios sin problemas. La divisi¨®n surge a la hora de precisar el calendario y el n¨²mero de candidatos de la primera ola de la ampliaci¨®n. El punto de encuentro posible es que, si son tres (Austria, Suecia y Finlandia), no har¨ªa falta modificar las actuales instituciones, y, por tanto, el nuevo debate sobre m¨¢s transferencias de soberan¨ªa podr¨ªa esperar. La candidatura, este a?o, de Suiza y probablemente de Noruega lo complica. Los otros tres aspirantes oficiales (Malta, Chipre y Turqu¨ªa) generan, o bien la tesis del aplazamiento sin fecha, o bien (en el caso turco) la de la adhesi¨®n imposible, suavizada con una cooperaci¨®n creciente para anclarla en una posici¨®n europea. Turqu¨ªa juega un papel de potencia media frente a Ir¨¢n.
La Comisi¨®n Europea realiz¨® un primer seminario de reflexi¨®n sobre la ampliaci¨®n el 11 de mayo, que tendr¨¢ continuidad los pr¨®ximos 3 y 17 de junio. El Ejecutivo de la CE tiene el encargo de presentar un informe en la cumbre de Lisboa a los jefes de Estado y de Gobierno. La confusi¨®n y las posturas divididas en el colegio de comisarios hacen entrever que se limitar¨¢ a "evocar ciertos problemas institucionales sin mencionar su soluci¨®n", seg¨²n el acta de la primera reuni¨®n.
Jacques Delors limita ahora el acuerdo de Lisboa a la simple creaci¨®n de un comit¨¦ de representantes personales de los Doce o a un nuevo mandato a la Comisi¨®n para "proseguir el estudio de los problemas ligados a la ampliaci¨®n". La tormenta que ha provocado en Dinamarca una de las alternativas a debate, transformar la Comisi¨®n en un verdadero Gobierno europeo, ha contribuido a echar el freno de mano. El Gobierno dan¨¦s ha amenazado incluso con vetar la reelecci¨®n de Delors para los dos pr¨®ximos a?os.
La babel comunitaria
Nunca en su historia la CE hab¨ªa tenido una lista de espera tan larga. Los candidatos oficiales al ingreso son seis (Austria, Suecia, Finlandia, Malta, Chipre y Turqu¨ªa), a los que se a?adir¨¢n pronto Suiza y quiz¨¢ Noruega. Como el mensaje de la adhesi¨®n no puede ser exclusivo, la hip¨®tesis con la que la Comisi¨®n Europea trabaja es la de una ampliaci¨®n abierta a 18 pa¨ªses: cinco de la EFTA (todos menos Islandia y Liechtenstein), cuatro mediterr¨¢neos (Turqu¨ªa, Malta, Chipre y, contadas de momento como una, las diferentes rep¨²blicas yugoslavas), seis del Este (Polonia, Hungr¨ªa, Checoslovaquia, Rumania, Bulgaria y Albania) y las tres rep¨²blicas b¨¢lticas (Letonia, Estonia y Lituania).Sin contar las rep¨²blicas yugoslavas, esa Europa sin fronteras, con el esquema institucional actual, ser¨ªa una Babel: 29 pa¨ªses, 149 votos en el Consejo, 36 comisarios y 933 eurodiputados. La Comisi¨®n Europea plantea varias alternativas al caos. Primero, reducir el n¨²mero por pa¨ªs de eurodiputados y comisarios. La presidencia de la CE, adem¨¢s, deber¨ªa ser asumida por un triunvirato de pa¨ªses, pero evitando la a coincidencia alfab¨¦tica de tres muy d¨¦biles (Letonia, Lituania y Luxemburgo ser¨ªan el a ejemplo extremo). Tambi¨¦n habr¨ªa que reforzar el Gobierno de la CE y cambiar el y sistema de toma de decisiones de la mayo r¨ªa cualificada a la mayor¨ªa simple.
La gobernabilidad de la CE exige la res forma, pero, por un lado, los pa¨ªses peque?os se niegan a perder peso, y, por otro, los grandes argumentan -como refleja un informe espa?ol- que el 5,5% de la poblaci¨®n comunitaria, que representan Suecia, Austria y Finlandia, no puede disponer del a 14,8% del poder de voto en el Consejo. La reforma institucional es el principal problema a resolver, porque lleva aparejado nuevas transferencias de soberan¨ªa, a las que se oponen el Reino Unido y Dinamarca.
La tesis de la Comisi¨®n es que la ampliaci¨®n se haga por fases, y la negociaci¨®n del ingreso, "caso por caso". Las condiciones de entrada son la convergencia econ¨®mica, aceptar todo el derecho comunitario y el nuevo Tratado de Uni¨®n Europea.
Las lenguas oficiales (nueve actualmente) representan un factor nacional y psicol¨®gico a?adido para una Comunidad con un servicio de interpretaci¨®n mucho m¨¢s caro y complejo que el de la ONU. Actualmente son necesarias 72 combinaciones de int¨¦rpretes para nueve lenguas. Con una CE ampliada a 17 pa¨ªses y 12 lenguas (se a?adir¨ªan el sueco, el noruego y el finland¨¦s) har¨ªan falta 132. Una CE de 33 pa¨ªses (34 al final, si se acaba reconociendo a Serbia-Montenegro y Macedonia) y 25 lenguas exigir¨ªa 600 combinaciones de equipos de int¨¦rpretes.
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