El 'rock torero' llega a Londres

Mientras en las librer¨ªas brit¨¢nicas se ofrecen novelas de historia-ficci¨®n que retratan la vida en el Reino Unido tras una hipot¨¦tica victoria de la Armada Invencible, un peque?o grupo de artistas espa?oles realizaron un desembarco mucho m¨¢s modesto. El recibimiento fue casi tan poco cordial como el reservado a los hombres de Felipe II: un perro adiestrado para detectar drogas inspeccion¨® detenidamente el equipaje y a los viajeros procedentes de Madrid, entre los que destacaban Jaime Urrutia, solista de Gabinete Caligari, y Aurora, la cantante flamenca. No hubo disgustos y as¨ª, la noche del viernes, se pudo celebrar, ante menos de 200 personas, la primera de las Spanish nights, que prometen traer regularmente programas de m¨²sica popular espa?ola a un teatro londinense.

Jaime Urrutia no las ten¨ªa todas consigo: hab¨ªa retrasado el viaje a Londres hasta el ¨²ltimo momento, alegando el hecho de poseer un abono para toda la Feria de San Isidro. Espa?olista convencido, el portavoz del llamado rock torero no cre¨ªa, adem¨¢s, que su presentaci¨®n en el Reino Unido tuviera especial trascendencia. "Aqu¨ª no quieren saber nada del rock espa?ol, hemos estado grabando en Londres y est¨¢ claro que no hay inter¨¦s ni en la calle ni en las discogr¨¢ficas". Pero, cuando le lleg¨® el momento, ten¨ªa el est¨®mago lleno de mariposas: "Despu¨¦s de todo, ¨¦sta es la capital donde se desarroll¨® la m¨²sica que nos influy¨® a todos. Otros m¨²sicos espa?oles han tocado en el Marquee, que es un club peque?o: nosotros estamos en un teatro con todas las de la ley. Y eso te intimida". El Astoria Theatre, situado en la libresca calle de Charing Cross, va a ser escenario de las descargas londinenses de conjuntos y solistas espa?oles. Seg¨²n los organizadores, el qui¨¦n es qui¨¦n de la m¨²sica popular espafiola desfilar¨¢ por all¨ª: est¨¢n previstas las actuaciones de H¨¦roes del Silencio, Fangoria, Loquillo, Ketama, Duncan Dhu, Paco de Luc¨ªa, El ¨²ltimo de la Fila, Mecano, La Frontera, Az¨²car Moreno, Los Manolos, Miguel Bos¨¦ "y otros que se anunciar¨¢n oportunamente". Es una iniciativa de la Sociedad General de Autores de Espa?a, respaldada por la Embajada de Espa?a, Iberia y el Instituto de Espa?a, para ofrecer una plataforma a la exportaci¨®n del talento nacional.

Impenetrable mercado

En Londres, ese objetivo qued¨® diluido. El impenetrable mercado musical brit¨¢nico, ajeno al esp¨ªritu de Maastricht, no se enter¨® de la celebraci¨®n de la primera noche espa?ola: colocar un par de peque?os anuncios y repartir octavillas en calles tur¨ªsticas es una campa?a de promoci¨®n insuficiente que ni siquiera lleg¨® al n¨²cleo de la world music, esos aficionados a los sonidos ex¨®ticos. La actuaci¨®n de Aurora y Gabinete Caligari ni siquiera estaba incluida en las densas listas de conciertos de Time Out o Melody Maker, donde s¨ª aparec¨ªa otro nombre espa?ol: curiosamente, esa misma noche, en un local perif¨¦rico, Celtas Cortos ejerc¨ªan de teloneros de The Oyster Band, notables del folk-rock brit¨¢nico que mantienen relaciones de amistad con los m¨²sicos vallisoletanos. Seg¨²n el representante de una discogr¨¢fica madrilefia, "tal vez sea ¨¦sa una forma m¨¢s razonable de entrar en contacto con los brit¨¢nicos". Menos de 200 personas acudieron a la cita con Gabinete Caligari y Aurora. Un p¨²blico casi totalmente espa?ol, que demostraba su entusiasmo enarbolando banderas y lanzando raciales gritos de aprobaci¨®n. Aurora, la gitana de Cafiorroto, sab¨ªa que jugaba en campo ajeno -en el exterior del Astoria estaba anunciada como Auropa- y se defendi¨® con su exuberancia natural y el respaldo de una eficaz formaci¨®n reducida.

Serios y cohibidos, los seis m¨²sicos de Gabinete Caligari salieron al escenario con un sonido espl¨¦ndido y se fueron calentando seg¨²n ca¨ªan los grandes ¨¦xitos de su repertorio. Entre felicitaciones al Bar?a y dedicatorias a amigos londinenses, Jaime Urrutia se hizo con un p¨²blico feliz. Una seguidora, que no paraba de solicitar a gritos Camino Soria, explicaba tal ardor: "Esto podr¨ªa estar lleno si lo hubieran anunciado suficientemente, s¨®lo costaba siete libras la entrada; as¨ª que no es justo que en Espa?a piensen que Gabinete Caligari pincharon en Londres".

Los adictos se quedaron ligeramente frustrados: las inflexibles normas brit¨¢nicas exig¨ªan el fin del concierto y Gabinete Caligari no pudieron extenderse en bises. "Ha sido bonito", comentaba Jaime Urrutia. "Como en los d¨ªas de Rock-Ola, cuando pod¨ªas ver la expresi¨®n de la cara de todas las personas que hab¨ªan ido y sab¨ªas que estaban all¨ª por pura devoci¨®n".