"El Estado debe castigar a los insumisos"
La coincidencia del D¨ªa de las Fuerzas Armadas con la huelga ha rodeado este a?o de pol¨¦mica una fiesta que pretende reducir la evidente distancia entre la sociedad y los ej¨¦rcitos.Pregunta. ?No es una muestra de obstinaci¨®n negarse a cambiar la fecha?
Respuesta. Yo no quisiera a?adir m¨¢s comentarios sobre esta coincidencia de fechas, pues ya ha habido muchos y algunos subidos de tono. Recientemente indiqu¨¦ que no es razonable someter una decisi¨®n del Gobierno, y menos una de este tipo, a las decisiones de otras entidades de car¨¢cter privado, en este caso los sindicatos. Tambi¨¦n dije que ser¨ªa preferible que no existiera dicha coincidencia. Creo que con ello queda cancelada la cuesti¨®n.
P. Una de las razones del distanciamiento entre las Fuerzas Armadas y la sociedad es la impopularidad, sobre todo entre los j¨®venes, del servicio militar obligatorio. No parece que encarcelar a los insumisos sea la mejor soluci¨®n para ello.
R. Como antiguo inspector de Hacienda debo decir que tan impopular es el servicio militar como los impuestos. La realizaci¨®n del servicio militar o de la prestaci¨®n sustitutoria siempre supone un cierto sacrificio para quien lo lleva a cabo y, por tanto, es humanamente comprensible que haya una actitud, si no de rechazo, tampoco de aceptaci¨®n acr¨ªtica. Pero la realidad es que otra alternativa, econ¨®mica y demogr¨¢ficamente, no es posible, si queremos tener unas Fuerzas Armadas.Directiva de Defensa
Lo que no quisiera es incidir en el debate t¨¦cnico-jur¨ªdico abierto tras la instrucci¨®n del fiscal general del Estado sobre la insumisi¨®n, porque no me corresponde dilucidarlo. Pero s¨ª quiero decir que, globalmente, el Estado debe conseguir que se sancionen y se disuadan las actitudes delictivas y, seg¨²n el ordenamiento vigente, la insumisi¨®n lo es. No hay que confundirla, aunque a veces se haga, con la objeci¨®n de conciencia, que es absolutamente legal y tiene como consecuencia la realizaci¨®n de una prestaci¨®n social, que puede ser muy ¨²til.
P. Pero no hay, seg¨²n las encuestas, una percepci¨®n social de la insumisi¨®n como delito.
R. Lamentablemente, los espa?oles tambi¨¦n son muy permisivos con la evasi¨®n fiscal, que, cuando supera cierta cuant¨ªa, constituye delito.
P. El Gobierno ha difundido la Directiva de Defensa Nacional, hasta ahora secreta.
R. La directiva es un documento sencillo, que traza las grandes l¨ªneas de la pol¨ªtica de defensa y seguridad y, por sucar¨¢cter general, podr¨¢ aplicarse durante un largo periodo de tiempo. Yo creo que no se ha destacado suficientemente que este documento introduce en nuestro pa¨ªs un nuevo concepto de la seguridad que es cooperativo, compartido con nuestros socios y aliados. La consecuencia es que nuestras FF AA tienen que abrirse al mundo en actuaciones complementarlas de la pol¨ªtica exterior.
P. ?Cu¨¢les ser¨ªan esas actuaciones? ?Qu¨¦ condiciones deben darse para que las Fuerzas Armadas espa?olas inter-vengan fuera de su territorio?
R. Espa?a va a participar en misiones de la ONU cuando sea requerida por esta organizaci¨®n, en cumplimiento de resoluciones del Consejo de Seguridad. Tarribi¨¦n va a participar en misiones de la OTAN, siguendo su particular f¨®rmula de integraci¨®n y, finalmente, lo har¨¢ en misiones de la Uni¨®n Europea Occidental cuando este organismo se institucionalice y determine cu¨¢les son esas actividades que, seg¨²n los primeros documentos, tendr¨¢n car¨¢cter humanitario, de mantenimiento de la paz o de interposici¨®n. Nos podemos imaginarmuchas situaciones, pero en todas ellas se seguir¨¢n los principios del derecho internacional.
P. La directiva insiste gastar en defensa el 2% del Producto Inten*or Bruto, pero este prop¨®sito tropieza, a la hora de la verdad, con los presupuestos.
R. No es un objetivo para el a?o que viene ni para el 94, sino para el final de la d¨¦cada. Ese porcentaje supone una aproximaci¨®n a la media de los socios de la CE y la OTAN, con los que habr¨¢ que compartir los gastos de la seguridad colectiva. Hay una situaci¨®n presupuestaria dif¨ªcil en todos los pa¨ªses y especialmente en EE UU, que sosten¨ªa el esfuerzo defensivo aliado.
Eso supone que, desde ahora, el esfuerzo se va a repartir de forma m¨¢s equitativa y ello ser¨¢ especialmente claro cuando se institucionalicen los mecanismos de seguridad de la CE, donde hay un reparto de los gastos proporcional al peso de cada pa¨ªs. No se trata de un objetivo caprichoso, sino de un porcentaje al que tenemos que acercarnos por las obligaciones que ya hemos contraido.
P. Hay dos posiciones en la UEO: la del Reino Unido, queha asignado fuerzas a la orga?izaci¨®n, siempre que la OTAN no las necesite; y la de Francia y Alemania, que han creado un Cuerpo de Ej¨¦rcito Europeo.
R. Yo no creo que haya una diferencia tan grande. La iniciativa franco-alemana supone que unidades de esos dos pa¨ªses y de otros que se incorporen en el futuro se unen formando un cuerpo de ej¨¦rcito que luego se asigna globalmente a la UEO. La propuesta brit¨¢nica supone que cada pa¨ªs asigna individualmente sus fuerzas y es la UEO quien las integra en un solo colectivo. Se trata de dos sistemas para hacer lo mismo: construir unos mecanismos europeos de seguridad y, al mismo tiempo, reforzar la relaci¨®n con EE UU y la OTAN, que durante mucho tiempo ser¨¢ indispensable para aportar la log¨ªstica, comunicaciones y soporte para cualquier actuaci¨®n en el campo de la defensa.
re to europeo
P. ?Y Espa?a?
R. Espa?a tomar¨¢ una decisi¨®n respecto a ese cuerpo de ej¨¦rcito cuando el proceso de institucionalizaci¨®n de la UEO se complete. Proceso que, por cierto, va bastante m¨¢s r¨¢pido de lo que esper¨¢bamos y en el que Espa?a juega un papel de animador. Desde el principio hemos mirado con simpat¨ªa la iniciativa franco-alemana y en su momento tomaremos una decisi¨®n positiva al respecto. Nos estamos preparando para ello y la constituci¨®n de la Fuerza de Acci¨®n R¨¢pida supone un paso en esa direcci¨®n. En todo caso, lo haremos en las condiciones m¨¢s adecuadas para Espa?a: no desplazaremos de forma perinamente unidades fuera nuestro territorio y asignaremos unidades que tambi¨¦n estar¨¢n a disposici¨®n de la OTAN, porque no podemos, con dificultades presupuestarias, duplicar esfuerzos.
P. ?Qu¨¦ va acurrir con el Avi¨®n de Combate Europeo?
R. Hay que reconocer que el ACE ha perdido parte de su importancia militar y es preciso, por tanto, simplificar las especificaciones t¨¦cnicas del avi¨®n, abaratar su coste y alargar el periodo de fabricaci¨®n. Esta es nuestra postura, que ha sido bien recibida por Alemania y quiz¨¢ no tanto por el Reino Unido e Italia. Nadie ha decidido todav¨ªa cancelar el proyecto y creo que, antes de hacerlo, se evaluar¨¢n las repercusiones tecnol¨®gicas, industriales y econ¨®micas, porque puede darse la paradoja de que anularlo en estos momentos signifique un coste econ¨®mico muy elevado, dif¨ªcilmente soportable para el pa¨ªs que tome la decisi¨®n. Desde luego, si uno de los socios importantes renuncia, el proyecto ser¨ªa altamente inviable.
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