La hora de Andreotti llega tras la dimisi¨®n de Forlani al frente de la DC
Giulio Andreotti, presidente en funciones de] Gobierno italiano, era ayer candidato in p¨¦ctore a presidente de la Rep¨²blica a propuesta de la Democracia Cristiana (DC), su partido, y tras la dimisi¨®n del secretario de ¨¦sta, Arnaldo Forlani. Los otros candidatos con mayor consenso en principio eran el presidente del Senado y presidente de la Rep¨²blica en funciones, el republic2ino Giovanni Spadolini, y el tambi¨¦n democristiano Oscar Luigi Scalfaro, presidente de la C¨¢mara de Diputados. Pero ¨¦ste, por su car¨¢cter intransigente y riguroso, despierta grandes reticencias en la propia DC, que nada desear¨ªa menos que tener que lidiar con un nuevo presidente fuerte.
La candidatura de Andreotti sufri¨®, sin embargo, un duro golpe ayer mismo por la tarde con el asesinato de] juez palermitano Glovanni Falcone, en un nuevo y sangriento desflo mafioso al Estado ante el que, en tanto que presidente del Gobierno, Andreotti aparece como primer responsable.La DC propuso a Andreotti, en sus conversaciones con los dem¨¢s partidos, como un candidato institucional o superpartes, en virtud de su actual funci¨®n de presidente del Consejo de Ministros, al mismo nivel que Scalfaro o Spadolini. Y sin embargo, parece imposible que, en la consideraci¨®n de Andreotti, los aspectos institucionales pesen m¨¢s que los pol¨ªticos. Por esa raz¨®n, la propuesta de la DC mereci¨® el rechazo inicial, por lo que se refiere al primer ministro, de socialistas, ex comunistas y republicanos.
Una opini¨®n muy extendida, estima que este pol¨ªtico "para todas las estaciones" ha sido el gran tejedor de la saga de los Diez negritos que se ha vivido durante los 10 primeros d¨ªas de la elecci¨®n del presidente. Aunque la dimisi¨®n que Forlani present¨® en la noche del viernes, m¨¢s que un asesinato, fue un suicidio, pues incluso antes de la votaci¨®n de ese d¨ªa era claro que el socialista Giullano Vassalli, cuya candidatura sostuvo, no ser¨ªa elegido. El l¨ªder de la izquierda de la DC, Cirlaco de Mita, hab¨ªa sido suficientemente expl¨ªcito al respecto. Lo cierto es que el asesinato de Forlani se hab¨ªa producido ya hace una semana, cuando su candidatura a la presidencia fue boicoteada por su propio partido.
Otro pol¨ªtico arrastrado porel fracaso de Vassalli es el l¨ªder socialista, Bettino Craxi, gran aliado de Forlani.
A Andreotti, que desde el descalabro electoral del pasado 5 de abril mantiene un silencio s¨®lo roto para llamar "imb¨¦ciles" a los que han sugerido que ha maniobrado en secreto contra Forlani, se le ha atribu¨ªdo, en principio, la capacidad de lograr apoyos tanto en la derecha como en la izquierda del Parlamento.
Un hecho curioso es que la alternativa que se plantea ahora, b¨¢sicamente entre Andreotti y Spadolini, estaba prevista desde el comienzo de estas votaciones, de manera que las confabulaciones e intrincados juegos presenciados en d¨ªas pasados s¨®lo han servido para desvelar las cartas que se intu¨ªan de antemano.
Divisi¨®n interna
Por otra parte, la dimisi¨®n de Forlani coloca en una circunstancia dif¨ªcil a la DC, que se encuentra en la tesitura de tener que reorganizar su c¨²pula con prisas, ante la perspectiva de pr¨®ximas negociaciones para la formaci¨®n del Gobierno, y con una divisi¨®n interna como nunca hab¨ªa conocido.
En cualquier caso, los tr¨¢gico acontecimientos de ayer parecen haber metido prisas a un Parlamento que, en d¨ªas pasados, se comportaba como si hubiera perdido la noci¨®n del tiempo. Anoche, tras hablar por tel¨¦fono con Craxi, el l¨ªder del Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (PDS), Achille Occhetto, asegur¨® que los probemas para la elecci¨®n del presidente se est¨¢n resolviendo y que Italia podr¨ªa tener jefe de Estado hoy mismo o ma?ana, como muy tarde.
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