Los Doce, obligados a partir de cero
El no de los daneses invalida el Tratado de Maastricht. Los Doce se ven obligados a partir de cero y quedan en manos de Dinamarca para cualquier iniciativa futura de relanzar la Uni¨®n Europea. Fuentes de la Comunidad Europea (CE) afirmaron en la madrugada de hoy que incluso para una aplicaci¨®n del tratado a 11, igual que sucede con la exclusi¨®n del Reino Unido de la Carta Social, "hace falta un acuerdo a 12".El Tratado de Uni¨®n Europea aprobado en la cumbre de Maastricht el pasado 11 de diciembre establece que, para su entrada en vigor, debe ser ratificado por los parlamentos de los 12 Estados miembros. Desde un punto de vista formal el refer¨¦ndum carece de valor jur¨ªdico, pero pol¨ªticamente es impensable que, tras la decisi¨®n del Gobierno de someter a consulta el Tratado, el ejecutivo y el Parlamento decidan actuar en contra de la opini¨®n mayoritaria del pueblo.
Sentado el valor pol¨ªtico del no en las urnas, Maastricht es como si no hubiera existido y la construcci¨®n europea tendr¨¢ que volver otra vez a su fase de proyecto. Seg¨²n fuentes comunitarias, "ni la presidencia de la Comunidad [actualmente Portugal] ni la Comisi¨®n Europea pueden tomar la iniciativa". Es Dinamarca la que pasa a tener la llave del proceso, y el resto est¨¢ en sus manos a la espera de que decida si rectifica o da su acuerdo para no bloquear al resto.
La Comisi¨®n Europea remiti¨® su posici¨®n al comunicado que emitir¨¢ al mediod¨ªa de hoy tras una reuni¨®n en la que estar¨¢n ausentes los dos comisarlos espa?oles, Manuel Mar¨ªn y Abel Matutes, ambos de viaje fuera de Bruselas. Sin embargo, nadie hab¨ªa pensado en las posibles consecuencias, confiados en que los daneses, como sucedi¨® en el refer¨¦ndum para el ingreso en la CE en 1973, acabar¨ªan optando por el s¨ª.
Pero el no significa que la Comunidad se queda reducida a lo que era antes de la cumbre de Maastricht, con el ¨²nico proyecto pendiente de crear el mercado ¨²nico el pr¨®ximo 1 de enero. En Copenhague ha triunfado el anhelo de Londres de una Europa econ¨®mica reducida a una zona de libre cambio. El no significa el freno a la ilusi¨®n de la construcci¨®n europea, al esbozo de una Europa federal. Se abandona as¨ª, al menos de momento, la moneda ¨²nica, el proyecto de una pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n, la cooperaci¨®n judicial y policial, y el reforzamiento de las competencias de la CE. Para Espa?a, adem¨¢s, representa que el compromiso de la cohesi¨®n logrado en Maastricht se convierte en letra muerta.
El resultado del refer¨¦ndum deja en evidencia el lado malo de la regla de la unanimidad para las decisiones importantes. Tambi¨¦n la gran debilidad de la CE, que consiste en que se negocia el ingreso pero jam¨¢s se ha previsto la posibilidad de excluir a un Estado miembro. Dinamarca es uno de los m¨¢ximos defensores de la ampliaci¨®n de la Comunidad, para, con el ingreso de Suecia, Finlandia y quiz¨¢ Noruega, afianzar su posici¨®n peculiar de pa¨ªs n¨®rdico. Con su decisi¨®n puede querer obligar a los Doce a una comunidad exclusivamente econ¨®mica, hecha a la medida para pa¨ªses con alto nivel de desarrollo.
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