El fil¨®sofo Emilio Lled¨® obtiene el Premio Nacional de Ensayo
Ellacur¨ªa y La¨ªn Entralgo fueron finalistas
FRANCESC ARROYO Emilio Lled¨®, uno de los fil¨®sofos m¨¢s influyentes del presente espa?ol, aunque residente en Berl¨ªn, colaborador de EL PA?S, fue galardonado ayer con el Premio Nacional de Ensayo por El silencio de la escritura. La elecci¨®n, seg¨²n fuentes del jurado, fue muy re?ida ya que todas las obras eran de gran calidad. Con Lled¨®, explicaron, se ha hecho justicia. Quedaron finalistas Juan David Garc¨ªa Bacca, con Sobre El Quijote y Don Qijote de la Mancha; Ignacio Ellacur¨ªa, con Filosof¨ªa de la realidad hist¨®rica; Pedro La¨ªn Entralgo, por su libro Cuerpo y alma; ?ngel L¨®pez Garc¨ªa, con El sue?o hispano, y Joaquim Mallafr¨¦, con Llengua de tribu i llengua de polis.
"Es posible que se convierta en un asunto urgente el reflexionar sobre la memoria y la escritura". As¨ª se abre el libro de Emilio Lled¨® El silencio de la escritura, que ayer obtuvo el Premio Nacional de ensayo. Se trata de una obra de corta extensi¨®n -102 p¨¢ginas- editada por el Centro de Estudios Constitucionales en la primavera pasada. Con ella romp¨ªa Lled¨® un largo silencio tras su obra inmediatamente anterior, La memoria del Logos (Taurus, 1984). En medio quedaban dos hechos muy dispares entre s¨ª: la negativa de un tribunal de la Complutense a concederle una c¨¢tedra y un homenaje de sus amigos y alumnos, categor¨ªas ambas que con frecuencia se confunden.Poco antes de la aparici¨®n del volumen que le ha valido el Nacional de ensayo, Lled¨® obten¨ªa el Premio Humboldt, siendo el primer humanista espa?ol que lo lograba, y era reclamado por el Wissenchaft Kolleg de Berl¨ªn.
El silencio de la escritura, dedicado a reflexionar sobre la palabra y la memoria que la escritura preserva, sobre la urgencia de no perder la capacidad de evocar y de proyectar en el futuro, es un libro total. Inclasificable desde los esquemas tradicionales de las disciplinas filos¨®ficas. Y no pod¨ªa ser de otra manera, porque Lled¨® nunca ha concebido la actividad filos¨®fica de manera disciplinar. Quiz¨¢ por eso algunos departamentos no pueden acogerlo, porque su pensamiento es una especie de palanca que hace saltar los barrotes en los que otros quieren encerrar la filosof¨ªa.
Pero el libro hac¨ªa m¨¢s: abr¨ªa nuevas puertas a la producci¨®n de Lled¨®, que acaba de publicar hace pocas semanas un segundo texto, El surco del tiempo (Cr¨ªtica), en el que prosigue la reflexi¨®n presente en El silencio de la escritura. Parte de un mito plat¨®nico de Theuth y Thamus, sobre la invenci¨®n de la escritura. De la discusi¨®n sobre si esta innovaci¨®n ser¨ªa la muerte de la memoria. Asume, pues, Lled¨® el propio reto con el que abr¨ªa el libro ahora premiado.
El Premio Nacional de Ensayo a Emilio Lled¨® es "un reconocimiento tard¨ªo a nivel oficial", seg¨²n Javier Muguerza, "pero, quiz¨¢, eso no importa demasiado. Lo importante es que el profesor Lled¨® siempre ha tenido el reconocimiento de todos sus alumnos, entre los que me cuento". Lo grave, dijo Muguerza, "es que Lled¨® no est¨¢ en Espa?a. ?Qu¨¦ ha pasado en nuestro pa¨ªs para que un hombre como Lled¨® se haya tenido que ir?. Los que le hemos conocido en tiempos dif¨ªciles, sabemos que siempre se resisti¨® a irse, aunque tuvo numerosas ofertas y aunque las condiciones para trabajar en el extranjero hubieran sido mucho mejores que las de Espa?a. Y no quiso irse porque quer¨ªa estar aqu¨ª. Ahora, sin embargo, y con la democracia, se ha ido. Para nosostros, f¨ªsicamente est¨¢ en Berl¨ªn, pero ¨¦l, el maestro de la joven filosof¨ªa, sigue estando aqu¨ª, absolutamente presente". Emilio Lled¨® es profesor permanente en el Wisseschaft Kolleg, en Berl¨ªn, al que asiste como invitado este a?o el escritor peruano Mario Vargas Llosa.
Babelia
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