Crecen las acusaciones de corrupci¨®n contra Craxi tras el lanzamiento de su candidatura de Gobierno

Bettino Craxi, el l¨ªder del Partido Socialista Italiano (PSI), se encontr¨® ayer con que todos los peri¨®dicos -menos el, suyo, L'Avanti- abr¨ªan sus primeras p¨¢ginas con una informaci¨®n que le implicaba en el esc¨¢ndalo de la corrupci¨®n de Mil¨¢n. El mi¨¦rcoles hab¨ªa circulado la noticia de que el presidente de la Rep¨²blica, Oscar Luigi Scalfaro, le encargar¨ªa la formaci¨®n del pr¨®ximo Gobierno. Y junto a la informaci¨®n de ayer, la prensa ofrec¨ªa una conclusi¨®n un¨¢nime: la candidatura de Craxi decae vertiginosamente.

Es dif¨ªcil saber, por ello, si la noticia de que Oscar Luigi Scalfaro se decantar¨ªa por el l¨ªder del PSI, Bettino Craxi pretendi¨® promover esa candidatura o m¨¢s bien abortar las tentaciones que el presidente de la Rep¨²blica pudiera tener al respecto. La informaci¨®n la lanz¨®, de fuentes pr¨®ximas a Scalfaro, La Stampa, peri¨®dico turin¨¦s del grupo Fiat, en el que Craxi suele ser bien visto.Ayer, el mismo diario titulaba en primera p¨¢gina: Hurac¨¢n sobre Craxi. La noticia en cuesti¨®n fue dada a los periodista, en la C¨¢mara, por un miembro de la comisi¨®n parlamentaria que cuida del fuero de los diputados, no identificado en las informaciones. El diputado sac¨® unos folios de la petici¨®n de autorizaci¨®n para proceder contra cinco "honorables" remitida a la C¨¢mara por la magistratura milanesa el pasado martes, y comenz¨® a leer trozos de una declaraci¨®n del socialista Mario Chiesa, el primer acusado en el esc¨¢ndalo que ayer alcanz¨® al presidente de la Democracia Cristiana milanesa, Alberto Mongini.

Chiesa habr¨ªa declarado, ante el juez, seg¨²n la lectura del diputado, que Craxi le asegur¨® su continuidad como director de un instituto para ancianos a cambio de que ¨¦l financiara la campa?a electoral de Vittorio Bobo Craxi, hijo del l¨ªder, cosa que Chiesa dijo haber hecho generosamente.

"Falso como Judas", respondi¨® Craxi cuando fue informado de lo que se estaba diciendo y luego vino la confusi¨®n habitual en estos casos. Chiesa se apresur¨® a puntualizar que sus declaraciones hab¨ªan sido sacadas de contexto. El juez Antonio di Pietro afirm¨® que no hay indicios penales contra ning¨²n miembro de la familia Craxi, hablando evidentemente en t¨¦rminos estrictos, ya que uno de los principales implicados en el caso es el cu?ado del l¨ªder, Antonio Pillitteri. No obstante, el impacto pol¨ªtico estaba logrado.

La noticia de la candidatura de Craxi era ya de por, s¨ª sorprendente, pues resultaba dif¨ªcil creer que, tras el varapalo electoral a la partitocracia y el esc¨¢ndalo de las comisiones en Mil¨¢n, el nuevo presidente fuera a recurrir a alguien tan identificado con el sistema como el l¨ªder del PSI.

Esa elecci¨®n dejar¨ªa, adem¨¢s, una sensaci¨®n de intercambio de favores, ya que Craxi dio en 1983 a Scalfaro la cartera de Interior, la ¨²nica importante que ¨¦ste ha tenido. Y ello casar¨ªa mal con la imagen de un presidente legal por encima de todo y tan conservador y cat¨®lico que es el menos sospechoso de proclividad hacia las logias secretas que han hecho furor entre los pol¨ªticos italianos.

Por otra parte, la mayor¨ªa de los partidos han acogido favorablemente la perspectiva de que Scalfaro aplique con rigor la Constituci¨®n, para romper la costumbre de encargar a un pol¨ªtico la formaci¨®n de un Gobierno y designar, en cambio, directamente al presidente del Consejo de Ministros.