La saludable danza del bajo vientre
La mitad de las mujeres sufre p¨¦rdidas de orina, primer paso hacia la incontinencia
El 49,3% de las mujeres sufre p¨¦rdidas involuntarias de orina en alguna ocasi¨®n. Un 39% sufre incontinencia al re¨ªr y un 35% al toser. Estos sorprendentes datos han sido presentados en un curso sobre urodin¨¢mica que se ha celebrado en la ciudad sanitaria de Vall d'Hebron, en Barcelona, y revela que la incontinencia urinaria femenina es mucho m¨¢s frecuente de lo que se cre¨ªa. La mujer incontinente tiende a esconder el problema incluso a su propia pareja. Ese molesto y desagradable contratiempo ocasional la convierte en candidata al dodotis, pero existen tratamientos preventivos que, aplicados a tiempo, pueden detener el proceso y evitar una intervenci¨®n quir¨²rgica.
Perder un poco de orina al toser o no llegar a tiempo al lavabo despu¨¦s de aguantarse durante horas constituye el primer s¨ªntoma de un proceso que, con el paso de los a?os, puede conducir a una incontinencia severa, seg¨²n el ginec¨®logo Josep Garriga, responsable de la unidad de urodin¨¢mica de Vall d'Hebron."Doctor, me ha cambiado hasta el car¨¢cter. Ya no me atrevo a re¨ªr en p¨²blico. Sue?o que se me deslizan regueros de orina piernas abajo en los momentos m¨¢s comprometidos. No puedo seguir con esta angustia". As¨ª se expresaba una mujer de 35 a?os, de vida profesional activa y madre de tres hijos, para justificar el repentino a premio para ser atendida despu¨¦s de varios a?os de llevar en silencio su problema. Hac¨ªa tiempo que hab¨ªa dejado el gimnasio y los viajes se le hac¨ªan una monta?a.
"Muchas mujeres consideran que eso que les pasa es normal, pero no lo es", afirma Rosa Ar¨¢n, enfermera de Vall d'Hebron y autora, junto a Luis Ortega, de la encuesta efectuada a 500 trabajadoras de la ciudad sanitaria. "Hay dos grandes tipos de incontinencia urinaria", explica Josep Garriga, "la producida por contracci¨®n involuntaria de la vejiga y la que es consecuencia de un debilitamiento del mecanismo que abre y cierra el paso de la orina".
Danzas del bajo vientre
La contracci¨®n involuntaria de la vejiga puede ser consecuencia de un trastorno neurol¨®gico como la enfermedad de Parkinson o un derrame cerebral. En estos casos la intervenci¨®n quir¨²rgica no est¨¢ indicada, pero puede ser eficaz un tratamiento farmacol¨®gico.La incontinencia m¨¢s frecuente, es la provocada por debilitamiento del mecanismo que cierra y abre la vejiga, incapaz de aguantar la presi¨®n de un golpe de tos, de las convulsiones de la risa o el peso de una vejiga demasiado llena. A este debilitamiento concurren varias circunstancias. La primera es la atrofia del suelo p¨¦lvico. Para ilustrarla, el doctor Garriga recurre a un ejemplo muy pl¨¢stico: "Emmanuelle nunca ser¨ªa incontinente". Quiere decir que la protagonista de la famosa pel¨ªcula er¨®tica ten¨ªa tal dominio de la musculatura p¨¦lvica que era capaz de llegar al orgasmo con la simple contracci¨®n vaginal y sin necesidad de est¨ªmulos exteriores, porque su pelvis estaba suficientemente reforzada para resistir cualquier envite urinario.
"No es casualidad que en determinadas culturas orientales y africanas no exista pr¨¢cticamente incontinencia urinaria", insiste el doctor Garriga. Se refiere a las culturas en que las mujeres son entrenadas a reforzar su suelo p¨¦lvico con las famosas danzas del bajo vientre, movimientos tradicionalmente contemplados en Occidente como licenciosos. El tab¨² que ha pesado sobre todo lo genital ha conducido a una atrofia de esta musculatura.
Pero muchas mujeres no s¨®lo no han sido entrenadas para reforzar su suelo p¨¦lvico, sino que han crecido da?¨¢ndolo. El 88,8% de las mujeres se aguanta la orina. Este mal h¨¢bito se inicia ya en la primera infancia. La imagen de la ni?ita bailando sobre una pierna es algo que nunca sorprende y casi siempre se tolera. Nefasto error que ya cometieron sus madres. La desidia y la suciedad de los lavabos p¨²blicos ha contribuido a consolidar ese pernicioso h¨¢bito en la edad adulta, de modo que muchas mujeres orinan dos o tres veces al d¨ªa cuando deber¨ªan hacerlo cada tres o cuatro horas.
Entrenamiento p¨¦lvico
Aguantarse la orina significa entrenar la vejiga para que se dilate y sea capaz de contener mayor cantidad de l¨ªquido. Lo cual implica que pesar¨¢ cada vez m¨¢s y obligar¨¢ a la musculatura p¨¦lvica a realizar un sobreesfuerzo. A ello hay que a?adir el efecto compresivo de las fajas. Y los partos. "El estudio ha revelado que existe una relaci¨®n entre mayor incontinencia, y mayor n¨²mero de partos", afirma Rosa Ar¨¢n.Tambi¨¦n hay que tener cuidado con los ejercicios abdominales que se hacen despu¨¦s del parto, porque pueden da?ar la pelvis", advierte el doctor Garriga. Finalmente, los efectos hormonales de la menopausia pueden acelerar el proceso, de ah¨ª que la incontinencia se agrave a partir de esa edad.
Hasta ahora, la incontinencia severa se combat¨ªa con intervenci¨®n quir¨²rgica. Pero las m¨¢s de cien t¨¦cnicas existentes indican que ninguna de ellas es plenamente satisfactoria. De hecho, entre un 15% y un 30% de las mujeres operadas no resuelven su incontinencia. Adem¨¢s, la operaci¨®n tiene efecto durante un tiempo variable, que puede oscilar desde meses hasta d¨¦cadas. "Lo mejor, como siempre, es la prevenci¨®n. Y hoy es posible. Existen tratamientos de fisioterapia que pueden reforzar la musculatura p¨¦lvica, pero debe aplicarse pronto", afirma Garriga.
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