Unos ladrones saquean limpiamente las cajas privadas de un banco pese al ruido de la alarma
El argumento de este robo tuvo todos los ingredientes de esas pel¨ªculas que presentan a los ladrones como si fueran la parte buena. Incluso la polic¨ªa aport¨® el suspense: la alarma hab¨ªa sonado, y los agentes acudieron a la sucursal el domingo por la ma?ana, pero no vieron nada extra?o. Gracias a eso, los ladrones horadaron casi medio metro de hormig¨®n y se llevaron 20 millones, adem¨¢s del contenido de unas 50 cajas privadas. Nadie sabe a¨²n lo que ten¨ªan dentro, salvo sus due?os. Todo ocurri¨® este fin de semana en una oficina del Banco Santander en pleno centro de la ciudad: Gran V¨ªa esquina a plaza de Espa?a.
Los empleados del banco Santander observaron ayer at¨®nitos, al entrar como cualquier otro d¨ªa en la caja acorazada que a¨²n quedaban billetes esparcidos por el suelo y que todas las cajas de seguridad privadas hab¨ªan sido reventadas. En la pared, un agujero por el que apenas cab¨ªa una persona despej¨® s¨®lo las primeras dudas. M¨¢s tarde comprobar¨ªan que fue efectuado desde la cafeter¨ªa contigua, que se halla en obras.Los empledos no acertaban a comprender qu¨¦ utensilio hab¨ªan empleado los ladrones para taladrar el casi medio metro de hormig¨®n, reforzado con hierro, que separa la caja acorazada del bar Inter, cerrado desde hace a?os y en plena reforma.
El Banco Santander emiti¨® ayer un comunicado en el que indica que la alarma de la sucursal se dispar¨® sobre las doce de la ma?ana del domingo. La empresa de seguridad que vigila el local alert¨® a la polic¨ªa, y varios agentes efectuaron una inspecci¨®n ocular, pero no observaron nada extra?o.
La entidad bancaria est¨¢ enclavada en el edificio Intercontinental, junto a la plaza de Espa?a. Desde hace cinco meses, la fachada del inmueble, de tres plantas, se est¨¢ restaurando. De ah¨ª la mara?a de andamios que la cubren y que posiblemente sirvieron de parapeto a los ladrones.
El espesor del hormig¨®n horadado hace sospechar a la polic¨ªa que fueron varias las personas que intervinieron en la perforaci¨®n. Sobre los utensilios empleados todo son hip¨®tesis, aunque no se descarta la utilizaci¨®n de un martillo neum¨¢tico.
El rostro del director de la entidad parec¨ªa ayer un poema. "No sabemos nada", respondi¨® lac¨®nicamente. "Simplemente, que han hecho un butr¨®n y que se lo han llevado todo...". "Las cajas de seguridad son privadas y, por tanto, no tenemos ni la menor idea de lo que hab¨ªa en ellas. Imagino que lo sabremos cuando los perjudicados acudan al juez", agreg¨®. Algunos clientes las ten¨ªan aseguradas.
Hip¨®tesis
?C¨®mo llegaron los atracadores hasta el bar desde el que horadaron la caja acorazada? Ni la polic¨ªa ni los propios empleados se aventuraron ayer a responder.Una de la hip¨®tesis manejadas ayer es la siguiente: los ladrones entraron por la puerta de un inmueble de vecinos situado al lado del banco. Subieron hasta el primer piso y, por un pasillo largo y estrecho, llegaron hasta la puerta de lo que hace a?os eran los reservados del citado bar enobras. Una vez dentro, bajaron por una escalera de caracol hasta la planta baja, donde, cuando el bar funcionaba, estaba la barra. En la pared de este rellano, hoy sucio y derruido, hay una especie de habit¨¢culo oscuro, cuyo suelo, que colinda con la caja acorazada, taladraron.
Precisamente la oscuridad de este habit¨¢culo es la que observ¨® el director del banco cuando, ayer, anonadado, se asom¨® por el butr¨®n. Cuando el bar estabaabierto, su puerta principal estaba en la calle del Maestro Guerrero. La entidad funcionaba ayer con aparente normalidad. Los clientes parec¨ªan indiferentes o desinformados respecto a lo ocurrido.
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