El gran sumo se exhibe hoy y ma?ana en Madrid
La lucha es el deporte con m¨¢s variantes en todo el mundo por su car¨¢cter ancestral. De todas ellas, la m¨¢s espectacular, sin duda, es el sumo japon¨¦s. Su complicado ceremonial, y sobre todo sus protagonistas, aut¨¦nticas moles humanas, son suficientemente elocuentes. El circo del gran sumo se presenta hoy y ma?ana con dos exhibiciones en el Palacio de Deportes de Madrid (ocho de la tarde). Dos hawaianos, ganadores de los dos ¨²ltimos torneos oficiales, son las m¨¢ximas estrellas: Konishiki, de 28 a?os, 1,87 metros y 262 kilos, es el m¨¢s pesado; Akebono, de 23, 2,04 y 198, el m¨¢s alto.
El sumo sale este a?o de Jap¨®n por s¨¦ptima vez en su historia. El primer torneo de exhibici¨®n en el extranjero fue en 1965, en la URSS. Despu¨¦s siguieron China (1973), M¨¦xico (1981), Nueva York (1985), Par¨ªs (1986), S¨¢o Paulo (1990) y Londres (1991). Este a?o, despu¨¦s de Madrid, el circo tambi¨¦n visitar¨¢ Duesseldorf (Alemania).Esta modalidad de lucha tiene 1.500 a?os y sus ra¨ªces, con m¨¢s raz¨®n en un pa¨ªs como Jap¨®n, son eminentemente religiosas. En sus comienzos se celebraban combates entre los pueblos como un rito sinto¨ªsta para dar gracias a Dios por las buenas cosechas de cereales. M¨¢s tarde, en el siglo VII, pasaron a celebrarse los combates en el Palacio Imperial entre los guardias y los soldados de todo el pa¨ªs. Ya en el XIII, cuando los samurais tomaron el poder, el sumo fue clave como medio para ejercitar el cuerpo y el esp¨ªritu. Como variantes suyas se acabaron desgajando el judo y otras artes marciales. El sumo volvi¨® a sus or¨ªgenes de lucha por los pueblos y de ah¨ª naci¨® la Asociaci¨®n Japonesa, que controla la parte profesional de este aut¨¦ntico deporte nacional.
Los combates (torikum¨ª) entre dos luchadores (rikishi) comienzan con el shiko (ejercicio de elasticidad y equilibrio levantando ambas piernas). Despu¨¦s, tras anunciarse sus t¨ªtulos por los yobidashi o portaestandartes, se colocan frente a frente varias veces (shikiri) durante cuatro minutos apoyando los pu?os en el suelo y lanzan sal para purificar el escenario en todos los sentidos. El ganador es aqu¨¦l que logra que su rival toque con alguna parte del cuerpo en el suelo (aparte de los pies) o el que saca al otro fuera del c¨ªrculo de tierra de 4,55 metros de di¨¢metro (dohyo), delimitado con una cuerda gruesa de paja (tawara). Existen hasta 70 llaves o t¨¦cnicas (kimarite). Es clave agarrar el cintur¨®n (mawashi), de 9,60 metros, que los luchadores se enrollan con cuatro y siete vueltas alrededor del cuerpo.
Seis grandes torneos
El sumo celebra seis grandes torneos al a?o (honbasho), cada dos meses y de 15 d¨ªas de duraci¨®n. Los luchadores se enfrentan todos contra todos. El ¨²ltimo, de primavera, se disput¨® en mayo en Tokio, la capital japonesa, que acoge tres al a?o. Los otros son en Nagoya (julio), Fukuoka (noviembre) y Osaka (marzo). Participan los mejores clasificados en la lista (banzuke) de los m¨¢s de 800 profesionales de los 43 gimnasios (heyas). En ellos no s¨®lo se entrenan f¨ªsica y t¨¦cnicamente, sino tambi¨¦n en el plano moral y ritual para ser ¨ªdolos y modelos respetados en la sociedad japonesa. En un pa¨ªs de personas con complexiones peque?as son toda una excepci¨®n.La comida que toman los luchadores de sumo es el chanko. El plato principal es el llamado chankonabe, una olla con distintos tipos de comida. Pero tambi¨¦n ingieren grandes cantidades de arroz y otros platos. Lo hacen dos veces al d¨ªa, tras los entrenamientos y el ba?o, siempre con el rito y el respeto absoluto a las categor¨ªas de los luchadores.
A Madrid han venido todas las figuras de la primera divisi¨®n (makuuch¨ª), incluido el ¨²nico Yokozuna o gran campe¨®n, t¨ªtulo concedido a los luchadores que alcanzan una gran t¨¦cnica, ¨¦xitos y prestigio moral. En los ¨²ltimos 300 a?os s¨®lo lo han conseguido 63 luchadores. Yokotoumi, sin embargo, de 28 a?os, 1,81 metros y 151 kilos, ya est¨¢ retirado por lesi¨®n.
Las estrellas
En la categor¨ªa de ozeki, campeones, est¨¢n el enorme Konishiki y Kirishima (33 a?os, 1,87 metros y s¨®lo 128 kilos), que ya no puede imponer su exquisita t¨¦cnica como antes. Con Konishiki precisamente se ha planteado, en los ¨²ltimos tiempos una gran pol¨¦mica al no ser promovido a yokozuna tras ganar el torneo de marzo. Antes del de mayo tuvo que arreglar unas declaraciones a The New York Times en las que se quejaba de ello diciendo que la negativa era por racismo al ser hawaiano. En todo caso, todo ha quedado pospuesto al perder vanos combates en el ¨²ltimo torneo. Realmente, la ¨²nica t¨¦cnica que utiliza Konishik¨ª es la de empujar a sus rivales fuera del c¨ªrculo con su gran volumen. Esa limitaci¨®n es lo que se le critica. Los combates que pierde son por ca¨ªda con su propia inercia al esquivarle sus contrarios.El esp¨ªritu nacionalista japon¨¦s, sin embargo, volvi¨® a temblar en el reciente torneo de mayo al ganarlo el otro gigante hawaiano, Akebono, uno de los dos sekiwake o luchadores del tercer nivel. El otro es Tochinowaka (30 a?os, 1,91 y 156 kilos). En el cuarto rango, komusubi, est¨¢n Musashimaru (21, 1,90 y 17 9), el joven repuesto inmediato hawaiano; Akinoshima (25, 1,76 y 137), que tuvo el m¨¦rito de ganar a Akebono (tambi¨¦n Konishiki) en mayo; Motoizumi (29, 1,94 y 186), otro de los pesos pesados, muy lento, pero con la curiosidad de lanzar enormes cantidades de sal, y Kotonishiki (24, 1,77 y 139), uno de los japoneses ligeros con mejor t¨¦cnica, como Tochinowaka y Akinoshima.
En el siguiente escal¨®n, los maegashira, militan algunos con el m¨¦rito de ser pesos moscas, como Terao (29, 1,85 y 110 kilos), Kyokudouzan (27, 1,83 y 104) y, sobre todo, Mainoumi (24, 1,74 y 95). Nunca llegar¨¢n a los m¨¢s altos puestos como ya han conseguido, en cambio, los hermanos Takajanada (19, 1,86 y 127), el ganador m¨¢s joven de la historia al vencer en el torneo de enero, y Wakajanada (21, 1,80 y 125), que ha tenido una actuaci¨®n espl¨¦ndida en el ¨²ltimo de mayo, cuando lleg¨® s¨®lo al final ante Akebono.
Las exhibiciones de hoy y ma?ana tendr¨¢n todo el aderezo ceremonial, empezando con el toque de tambor y el desfile, terminando con la danza del arco o de satisfacci¨®n del ganador y pasando por los peluqueros para los distintos modelos de los luchadores o los ¨¢rbitros (gyoji), vestidos como viejos samurais.
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