La cruzada moral de Dan Quayle
El vicepresidente norteamericano busca votos combatiendo a los 'enemigos de la familia'

Dan Quayle: "Yo estaba recientemente en Toledo, Ohio, y entr¨¦ en una tienda a comprar mis galletas de chocolate favoritas. A la salida encontr¨¦ a una ni?a y le ofrec¨ª una de las galletas. Ella me dijo: 'Mi mam¨¢ me ha dicho que no coja nada de extra?os'. Y yo le expliqu¨¦: 'Pero yo no soy un extra?o; soy el vicepresidente'. 'Es igual. De todas maneras, no tengo hambre', me contest¨® ella".
El vicepresidente utiliz¨® el martes esta an¨¦cdota para ilustrar el ambiente de inseguridad y miedo en el que se educan las nuevas generaciones de norteamericanos, pero sus detractores creen que se trata m¨¢s bien de un ejemplo de la escasa capacidad de convicci¨®n de Quayle.Bromas aparte -y el vicepresidente no cit¨® ese caso como una broma-, la cruzada de Quayle para introducir la crisis de los valores norteamericanos como un tema esencial de la campa?a presidencial forma parte de una estrategia para capturar los votos de la tradicional familia estadounidense.
Todos los votos que los republicanos pierden por la dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica, por el desgaste de George Bush o por el ascenso de Ross Perot, tratan de ganarlos coloc¨¢ndose como portaestandartes de los valores familiares. La idea no parece tan descabellada si se tiene en cuenta que una reciente encuesta demuestra que el 57% de los norteamericanos de m¨¢s de 25 a?os est¨¢ casado y tiene hijos, y que, de ellos, el 64% se declara pol¨ªticamente conservador. Esta cifra ser¨ªa a¨²n mayor si se considerara al n¨²cleo que con mayor frecuencia acude a votar, es decir, el de personas entre los 35 y los 50 a?os, de clase media y de raza blanca. Entre los casados con hijos, s¨®lo el 48% defiende el derecho al aborto; el 74% es partidario de que la mujer se quede en casa cuidando de los ni?os; ¨²nicamente el 28% acepta las parejas de homosexuales, y un 83% est¨¢ en contra de la legalizaci¨®n de las drogas.
Contra las ¨¦lites culturales
No es extra?o, por tanto, que los responsables de la campa?a republicana lanzaran el mes pasado a Quayle a criticar la inmoralidad de la serie de televisi¨®n Murphy Brown porque su protagonista decid¨ªa tener un hijo como madre soltera. Quayle volvi¨® el martes a la carga en un foro de lo m¨¢s receptivo, en la convenci¨®n de los Baptistas del Sur, la mayor iglesia protestante de EE UU, donde acus¨® a "las ¨¦lites culturales". "?stas creen que todos los estilos de vida son leg¨ªtimos. Creen que se puede prescindir de los padres, que las parejas no necesitan estar casadas o incluso que puede haber parejas entre personas del mismo sexo. Est¨¢n equivocados", dijo entre el clamor de una convenci¨®n en la que se ha decidido la excomuni¨®n de dos de sus sacerdotes por permitir las relaciones de parejas homosexuales.Dan Quayle reconoci¨® que los medios de comunicaci¨®n y la industria del cine se r¨ªen de ¨¦l cuando defiende los valores tradicionales. "Hollywood puede tener el dinero, pero nosotros tenemos la raz¨®n", asegur¨®.
La verdad es que ninguno de los principales candidatos electorales se ha atrevido a contradecir abiertamente a Quayle en un pa¨ªs donde jam¨¢s se ha visto un desnudo en los principales canales de televisi¨®n, aunque, sin embargo, se programan raciones abundantes de violencia.
Ross Perot es partidario de mantener el derecho de las mujeres al aborto, pero ha anunciado que no incluir¨ªa a homosexuales ni ad¨²lteros en su Gobierno. El dem¨®crata Bill Clinton es tambi¨¦n partidario de reconocer el derecho a la interrupci¨®n del embarazo, y es el ¨²nico aspirante a la Casa Blanca que ha buscado el voto de los homosexuales.
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