"?Rabin o Shamir? Nos da igual"
Los ¨¢rabes israel¨ªes no apoyar¨¢n en las urnas ni al Likud ni a los laboristas
Kafr Kassem, un pueblo de poblaci¨®n ¨¢rabe en territorio israel¨ª, tiene un aspecto pr¨®spero. Se construye mucho. En el centro de la aldea hay una calle peatonal rodeada de cafeter¨ªas llenas de j¨®venes Pero s¨®lo hay muchachos. Las mujeres ¨¢rabes no van al bar. ?Qu¨¦ piensan ellos de las elecciones del 23 de junio? Risas. "Los periodistas, como los pol¨ªticos, s¨®lo se acuerdan de nuestra existencia cuan do se acercan las elecciones", dice un muchacho ri¨¦ndose.
?Rabin [el candidato laborista] o Shamir [el actual primer ministro]? "Nos da igual", dice un joven m¨¦dico con barba. Los dem¨¢s asienten. ?C¨®mo que da igual? Rabin quiere intercambiar paz por territorios y Shamir no quiere ceder en nada. "Es lo mismo", insiste otro, obrero de la construcci¨®n. "Despu¨¦s de las elecciones, Rabin formar¨¢ un Gobierno con Shamir y todos los bonitos discursos habr¨¢n quedado olvidados".?A qui¨¦n votar¨¢n? A Hadash, de la candidatura comunista. ?Nadie votar¨¢ a otro partido? ?Al Likud, por ejemplo? (Risas.) ?Quiz¨¢s al Meretz (el bloque de la paz formado por los partidos Ratz, Mapam y Shinouy)? No, a ning¨²n partido sionista. "Shoulamith Aloni [del Meretz] habla bien. A favor de la paz, de los derechos de los palestinos, de la igualdad entre jud¨ªos y ¨¢rabes; pero apenas haya sido elegido, ¨¦l y sus amigos se a liar¨¢n con Rabin, el hombre que ordena partir los huesos a los j¨®venes palestinos de la Intifada". "Ellos se pondr¨¢n siempre de acuerdo en contra de los ¨¢rabes", a?ade un joven de gafas oscuras.
A la entrada de la aldea, una gran pancarta reza: " Votad al Meretz". Taha Salah, de 47 a?os, camionero y secretario del Meretz en Kafr Kassem, nos invita a pasar a su jardin. Es un antiguo comunista que votar¨¢, por primera vez en su vida, a una for maci¨®n sionista.
Apoyo al Meretz
Muchas personas de este pueblo se pasaron del Partido Comunis ta al Meretz, nos dice. ?Por qu¨¦? Meretz defiende la independencia palestina, al lado de Israel, y la igualdad entre jud¨ªos y ¨¢rabes en Israel. ?Acaso no luchan por lo mismo los comunistas? "Sin duda", contesta, "pero los comunistas no hacen m¨¢s que gritar y protestar. Con el Meretz, si los laboristas y sus, aliados de izquierda obtienen la mayor¨ªa, los ¨¢rabes estar¨¢n quiza presentes en el Gobierno".
Taha Salah s¨®lo tiene una queja: que los dos partidos ¨¢rabes, el del diputado Meari y el del diputado Daraushe, no se hayan unido, tal y como hicieron el Ratz, el Mapam y el Shinouy. De haberlo hecho, el 99% de los ¨¢rabes hubiesen votado por ese bloque ¨²nico ¨¢rabe, dice. Adem¨¢s, el jeque Darwish hab¨ªa prometido llamar a todos los musulmanes a que. votasen al partido ¨¢rabe unificado.
"Podr¨ªamos haber obtenido 10, e incluso 12 diputados ¨¢rabes en la Knesset, pero no han querido escuchar los consejos del jeque". ?Por qu¨¦ un secretario del Meretz y antiguo comunista como ¨¦l se preocupa por la opini¨®n del jeque Darwish? "Yo era comunista, pero no ateo. Ni siquiera laico. Soy un buen musulm¨¢n. Rezo, hago lo que pide Al¨¢, pero no soy un fan¨¢tico".
Consciente de la creciente importancia del voto ¨¢rabe -en esta ocasi¨®n, casi 400.000 ¨¢rabes figuran en las listas electorales-, todos los partidos tratan de ganarse sus sufragios. Seg¨²n el profesor Benjamin Neuberger, cerca del 90% de los electores ¨¢rabes han votado, a los comunistas, a los laboristas y a la izquierda sionista durante las elecciones de 1984 y 1988. S¨®lo el 10% lo ha hecho por el Likud, la derecha ¨²ltranacionalista y los partidos religiosos. Esta vez se espera que el Likud y sus aliados bajen a¨²n m¨¢s el 23 de junio.
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