Armas de juguete, v¨ªctimas de verdad
Muere un joven en Boston en una batalla con pistolas de agua que degener¨® en tiroteo
En los juegos infantiles un simple palo de madera puede convertirse en una mort¨ªfera metralleta. Ahora, los ni?os norteamericanos no necesitan imaginarlo: los superempapadores, unas pistolas de agua cuyo chorro a presi¨®n puede alcanzar m¨¢s de 15 metros, ya se han cobrado la primera vida. Un joven negro de 15 a?os muri¨® en Boston cuando en una batalla callejera de pistolas de agua alguien le dispar¨® con un rev¨®lver de verdad.El artefacto, mezcla de arma gal¨¢ctica y metralleta al estilo del filme Terminator, puede guardar en su carcasa de pl¨¢stico dos litros de agua, pero los gamberros prefieren usar lej¨ªa, amoniaco u orines. Los superempapadores se han puesto de moda en los barrios m¨¢s violentos de la capital de Massachusetts y existen dos millones de estos artefactos en EE UU.
Desde que los superempapadores inundaron las tiendas de Boston con la llegada del buen tiempo, no han parado las peleas juveniles y los asaltos a transe¨²ntes. La muerte del adolescente y las graves heridas causadas en la cara a una nina de cuatro a?os colmaron la paciencia del alcalde de Boston, Ray Flynn, que ha pedido la retirada de las tiendas de estos juguetes. Pero los clientes se le han adelantado y los superempapadores, vendidos a 2.500 pesetas, est¨¢n ya agotados.
Tambi¨¦n en el barrio neoyorquino de Harlem se han producido heridos a causa de las pistolas de agua. Un hombre se defendi¨® a tiros de los chorros de agua que le lanzaban dos adolescentes y ocasion¨® graves heridas en las piernas a uno de ellos. Seg¨²n los m¨¦dicos el joven puede quedar paral¨ªtico.
"El problema no es el juguete, sino la gente que lo usa", dice un vendedor de Roxbury, el barrio donde muri¨® el chico. ?Qu¨¦ hay de malo? Esto es mejor que las balas. Adem¨¢s, es una forma como otra cualquiera de refrescarse en verano", dice Frankie Morales, tambi¨¦n del barrio.
Boston y Chicago se han sumado a Nueva York, Los ?ngeles y Houston en el liderazgo de criminalidad escolar. Cada vez m¨¢s, para los ni?os una pistola es s¨ªmbolo de poder, y resuelven a tiros sus diferencias con los compa?eros de colegio o los vecinos del barrio. Disputas por unas zapatillas deportivas, una cazadora de cuero o unos pocos d¨®lares suelen acabar en muerte.
Las taquillas donde los colegiales guardan sus cosas se han convertido en verdaderos arsenales y muchas escuelas han instalado en la puerta detectores de metales. Otras los usan por sorpresa, pues los chicos se inventan sistemas para evadirlos.
En los ¨²ltimos cuatro a?os, los arrestos por homicidios entre j¨®venes han aumentado un 93%. Educadores y medios de comunicaci¨®n afirman que esto es la herencia de "la cultura norteamericana del rev¨®lver" y que los ni?os no s¨®lo beben violencia del cine y la televisi¨®n, sino tambi¨¦n y cada vez m¨¢s de la vida real: bandas reinando en las calles, altercados en casa y ahora peleas a muerte en la escuela.
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