GENTE

Nastasja Kinski, de 31 a?os, int¨¦rprete de pel¨ªculas como Par¨ªs-Texas o Tess, por citar s¨®lo dos de sus m¨¢s famosas apariciones cinematogr¨¢ficas, se enfrenta en la vida real al m¨¢s dif¨ªcil de los papeles femeninos. Como una nueva Ana Karenina, se ve obligada a elegir entre sus dos hijos y su nuevo amor, el cantante de color Quincy Jones, de 58 a?os, productor, adem¨¢s, de las m¨¢s rutilantes estrellas de la canci¨®n, desde Barbra Streisand hasta Michael Jackson. El ex marido de Nastasja, Ibrahim Moussa, de 43 a?os, productor de cine con el que Nastasja ha estado casada durante 10 a?os, le reclama la custodia de los dos hijos habidos en su matrimonio: Aljosha Mohamed, nacido en 1984, y Sonja Leila, en 1986. Ambos residen con su madre desde que la bella Nastasja decidiera separarse amistosamente de su marido, poco despu¨¦s de conocer a Jones en el Festival de Cannes de 1991. Lo suyo fue un flechazo en toda regla, e Ibrahim, al principio, lo acept¨® con notable gallard¨ªa. Incluso encontr¨® correcta la soluci¨®n de que los ni?os continuaran viviendo con su madre; sin embargo, con el tiempo ha dado un vuelco a su actitud. Ahora reclama a sus ni?os, y para obtener su custodia ha demostrado estar dispuesto a utilizar artiller¨ªa pesada. De momento ha acusado a la Kinski de inestable emocional y de ad¨²ltera.