Polonia sufre su m¨¢s grave crisis pol¨ªtica desde la ca¨ªda del r¨¦gimen comunista
La crisis polaca ya no es s¨®lo del Gobierno sino del Estado. Tras la destituci¨®n del primer ministro Jan Olszewski a petici¨®n de Lech Walesa, la derecha ha ganado la primera batalla de su contraofensiva pol¨ªtica. Con la publicaci¨®n de la lista de supuestos antiguos agentes de la polic¨ªa secreta, que incluye al presidente polaco, la derecha logr¨® lo que los comunistas intentaron hacer en vano durante 10 a?os: la ruptura entre Walesa y su propia base, el sindicato Solidaridad. As¨ª se derrumb¨® la ¨²ltima autoridad pol¨ªtica que, quiz¨¢, todav¨ªa quedaba en Polonia.Mientras tanto, el nuevo primer ministro, Waldemar Pawlak, no consigue sacar del atolladero las negociaciones sobre la formaci¨®n del Gobierno. La antigua oposici¨®n anticomunista est¨¢ dividida m¨¢s que nunca y es incapaz de reconciliarse para crear un Gabinete que contin¨²e las reformas.
Los partidos se fragmentan, divididos por la revelaci¨®n de la lista negra, que muchos tachan de selectiva o hasta de falsa. Nuevas soluciones pol¨ªticas est¨¢n bloqueadas porque Polonia no tiene ni una Constituci¨®n democr¨¢tica ni tan siquiera una ley electoral razonable.
En una s¨®la ocasi¨®n recibi¨® Lech Walesa fuertes aplausos en el Congreso de Solidaridad que termin¨® ayer en Gdansk: cuando dijo estar dispuesto a abandonar inmediatamente el cargo de presidente de la rep¨²blica. Su dimisi¨®n es lo que parece pretender justamente un importante sector de la derecha polaca, liderado por Jan Olszewski, destituido por el Parlamento bajo la presi¨®n de Walesa el pasado 4 de junio. Para consolidar su posici¨®n, Olszewski cre¨® ayer su propio partido, el Foro Democristiano, cuyos representantes ya proponen a Olszewski como candidato a la presidencia de la naci¨®n.
La intenci¨®n de Walesa de dimitir es s¨®lo ret¨®rica. El ex l¨ªder obrero parece estar dispuesto a defenderse hasta el ¨²ltimo cartucho y de momento hace todo lo posible para demostrar que el Gobierno de Olszewski preparaba un golpe de Estado.
Para fundamentar su tesis, Walesa cuenta ya con declaraciones del comandante de la guardia de ¨¦lite del Ministerio del Interior, quien sostiene haber recibido la orden de poner en estado de alerta sus unidades el d¨ªa de la dimisi¨®n forzada de Olszewski.
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