La pol¨ªtica de embalses y el medio ambiente
El autor considera, desde una perspectiva ecologista, que debe desestimarse de forma definitiva la construcci¨®n de la mayor parte de los cerca de 200 embalses que existen en cartera desde hace muchos a?os, por su gran impacto ambiental y social. El autor opina que lo m¨¢s sensato por parte del Gobierno ser¨ªa volver a estudiar la conveffiencia o no de llevar a cabo cada uno de los regad¨ªos previstos.
La construcci¨®n de un embalse siempre generar¨¢, necesariamente, un impacto sobre el medio, al desaparecer de forma irreversi ble bajo sus aguas una porci¨®n de territorio, en la mayor parte de los casos bastante extensa. Este impacto ser¨¢ mayor o menor, dependiendo de las ¨¢reas que van a ser cubiertas, restos de inter¨¦s hist¨®rico-arqueol¨®gico, bosques, suelos de inter¨¦s agr¨ªcola, etc¨¦tera.Por otra parte, no cabe duda de que los embalses son necesarios en muchos aspectos para que se pueda llevar a cabo la actividad humana, al menos dentro de los par¨¢metros en que actualmente se encuentra planteada en nuestro pa¨ªs.La primera conclusi¨®n que podemos obtener de conjugar estas dos premisas es que una actuaci¨®n administrativa responsable y sensata debe pasar por recurrir a la construcci¨®n de nuevos embalses como ¨²ltima opci¨®n a adoptar para solucionar el problema, dado el trauma social y ambiental que suelen generar.Por otra parte, si anafizarnos con detenimierito el uso que actualmente se da a las aguas de los embalses nos damos cuenta de lo innecesario de construir lamayor¨ªa de los que existen en mente de las administraciones responsables.En Espa?a, aproximadamente el 84% del agua de los embalses se emplea en cultivos de regad¨ªo, frente al 12% empleado en abastecimiento a las poblaciones y el 4% requerido por la industria. Estos consumos var¨ªan, l¨®gicamente, de unas regiones a otras, lleg¨¢ndose, por ejemplo, en Castilla y Le¨®n a que el 93% de las aguas embalsadas se destinen a la agricultura.Sin embargo, no hay que olvidar que los vientos dominantes en la CE, en lo que a agricultura se refiere, soplan en otra direcci¨®n, apoy¨¢ndose desde los foros comunitarios al abandono de tierras y prim¨¢ndose la repoblaci¨®n forestal. De hecho, se est¨¢n llegando a dar casos, por ejemplo, en Castilla y Le¨®n del abandono de regad¨ªos actualmente existentes y sustituci¨®n por choperas.Por otra parte, tambi¨¦n es necesario hacer menci¨®n a la ineficacia y deficiencias que existen en los sistemas de distribuci¨®n de agua. De hecho, en el Ministerio de Obras P¨²blicas y Transportes se barajan cifras tales como que alrededor, del 50% del volumen de agua que sale de los embalses hacia los regad¨ªos se pierde en el camino.Por ¨²ltimo, hacer ver el desembolso econ¨®mico que requiere el paso de una tierra de secano a regad¨ªo. Incluyendo el precio de construcci¨®n del embalse, as¨ª como la red de distr¨ªbuci¨®n y adecuaci¨®n del terreno, se alcanzan cifras de inversi¨®n de hasta tres millones y medio de pesetas por hect¨¢rea. Cifra que jam¨¢s ser¨¢ amortizada, dado los bajos rendimientos (cuya causa no s¨®lo est¨¢ en la falta de agua) de la mayor parte del campo espa?ol y la direcci¨®n, adoptada por la pol¨ªtica agraria comunitaria.
Impacto ambiental
Tambi¨¦n es importante destacar el enorme impacto ambiental que generan una buena parte de los grandes embalses, desaparici¨®n de numerosos pueblos, absoluta destrucci¨®n de los ecosistemas, p¨¦rdida de numerosos bienes de inter¨¦s hist¨®rico y cultural, etc¨¦tera.Por todo ello, parece que lo m¨¢s l¨®gico ser¨ªa abandonar la idea de creaci¨®n de la mayor parte de los regad¨ªos que hay previstos, proceder a invertir en mejorar el estado de las redes de distribuci¨®n y desestimar de forma definitiva la construcci¨®n de la mayor parte de posibles embalses que existen en cartera desde hace muchos a?os.Sin embargo, la actitud adoptadapor las Confederaciones Hidrogr¨¢ficas, dependientes del Ministerio de Obras P¨²blicas y Transportes, parece ser bien diferente. En los documentos de directrices de los planes hidrol¨®gicos, que recientemente han salido a informaci¨®n p¨²blica, se plantea la construcci¨®n del mayor n¨²mero de embalses posibles, en algunos casos sin ni siquiera molestarse en explicar los motivos por los que se proponen: 19 en la cuenca del Duero, 14 en la del Tajo, 14 en la del J¨²car, etc¨¦tera, hasta un total pr¨®ximo a los 200 grandes embalses:No parece que el Gobierno sea consciente cuando de forma tan alegre y despreocupada saca a informaci¨®n p¨²blica documentos de estas caracter¨ªsticas, que la construcci¨®n de estos 200 embalses va a suponer la desaparici¨®n de alrededor de 200 valles de nuestro pa¨ªs, en muchos casos con pueblos, huertas, bosques, etc¨¦tera.Por otro lado, estas obras van a suponer un desembolso al Estado superior a los dos billones de pesetas. Todo ello, casi siempre con la ¨²nica justificaci¨®n del establecimiento de unos futuros regad¨ªos que en la mayor¨ªa de los casos jam¨¢s se llevar¨¢n a cabo, pues las leyes de mercado siempre acaban imponi¨¦ndose. En definitiva, los ¨²nicos beneficiados van a ser las empresas que construyan los embalses, cuyo ¨²nico objetivo es el de facturar la mayor cantidad posible de metros c¨²bicos de hormig¨®n. ?stas s¨ª que tienen motivos para estar a favor.Tanto en la CODA como en el resto del movimiento ecologista de nuestro pa¨ªs consideramos que lo m¨¢s sensato por parte del Gobierno ser¨ªa reestudiar de forma realista la conveniencia o no de llevar a cabo cada uno de los regad¨ªos previstos, tanto desde el punto de vista econ¨®micos y social como ambiental.A partir de entonces se deber¨ªa estudiar la forma de suministrar el agua que necesitan, optando prioritariamente siempre por las f¨®rmulas ambiental, social y econ¨®micamente menos costosas, como, por ejemplo, reducir las p¨¦rdidas en la actual red de distribuci¨®n. De esta manera, el n¨²mero de nuevos embalses que ser¨ªa necesario construir ser¨ªa m¨ªnimo, el impacto ambiental y social se reducir¨ªa ostensiblemente (muchos bosques y pueblos se salvar¨ªan de desaparecer) y el Estado se ahorrar¨ªa una considerable suma de dinero (cientos de miles de pesetas). Creemos que esta resoluci¨®n es la m¨¢s adecuada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.