Ciudades y ciudadanos resilientes frente al fuego
La experiencia de ciudades que ya han avanzado en prevenci¨®n de incendios se podr¨ªa resumir en cuatro conceptos: reconocer, planificar, evitar y concientizar
17 mil edificios e infraestructuras urbanas, y la vida de al menos 28 personas, fueron algunos de los traum¨¢ticos efectos de los incendios forestales que envolvieron amplios barrios de Los ?ngeles en Estados Unidos. Al otro extremo del continente, la misma pesadilla de fuego ha arrasado en a?os recientes sectores poblados como Santa Juana, Santa Olga, Valpara¨ªso, Vi?a del Mar o Quilpu¨¦, por mencionar solo algunos.
Los incendios forestales han ocurrido siempre. La diferencia es que el cambio clim¨¢tico ha acentuado las condiciones de riesgo, multiplicando el impacto de los episodios naturales, la imprudencia humana o la crueldad de quienes queman un bosque de manera intencional. Si a esto le sumamos el crecimiento de las ciudades con una falta de planificaci¨®n y desactualizaci¨®n de instrumentos, entremezclando barrios o viviendas aisladas con naturaleza no siempre bien manejada, tenemos una peligrosa combinaci¨®n de amenazas que afecta con m¨¢s fuerza a seis de las 16 regiones de Chile.
Una vez que un incendio forestal crece, su extinci¨®n por parte de equipos de emergencia es cada vez m¨¢s dif¨ªcil. Bien lo saben pa¨ªses m¨¢s desarrollados que el nuestro como Estados Unidos, Canad¨¢, Australia o Nueva Zelanda, o bien en otros pa¨ªses de la regi¨®n como Bolivia, Colombia, Ecuador, Argentina y sobre todo Brasil. Los incendios forestales son un fen¨®meno mundial que se incrementa por el cambio global del clima, y que significa que distintos pa¨ªses inviertan millones de d¨®lares en tecnolog¨ªa para su detecci¨®n, contenci¨®n lo m¨¢s oportuna posible y prevenci¨®n en la poblaci¨®n.
De acuerdo con un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la organizaci¨®n ambiental GRID-Arendal, el calentamiento global, las sequ¨ªas y los cambios de uso de suelo generar¨¢n incendios incluso en zonas nunca antes afectadas, aumentando en un 30% para 2050 y m¨¢s de un 50% para fin de siglo. Por ello es importante mirar qu¨¦ ha funcionado (y que no) en otros pa¨ªses, sobre todo si ya sabemos que en todos los periodos estivales habr¨¢ localidades amenazas por incendios.
La experiencia de ciudades que ya han avanzado en prevenci¨®n se podr¨ªa resumir en cuatro conceptos: reconocer, planificar, evitar y concientizar. La resiliencia ante estos fen¨®menos parte entonces con el reconocimiento de la propia situaci¨®n geogr¨¢fica y clim¨¢tica, y c¨®mo los Instrumentos de Planificaci¨®n Territorial de los sectores de interfase urbano-rural (predios agr¨ªcolas, forestales, entre otros) se hacen cargo de los riesgos potenciales de esas ¨¢reas con normativas espec¨ªficas. Esos instrumentos deben contar adem¨¢s con estudios de las corrientes predominantes de vientos, tipos de vegetaci¨®n y topograf¨ªa para identificar las zonas m¨¢s propensas a la propagaci¨®n de incendios.
Con ello se puede proyectar y planificar, procurando la visualizaci¨®n de caminos perimetrales y ¨¢reas de resguardo en las zonas de interfase urbano-rural, y que la expansi¨®n futura de los asentamientos urbanos se planee idealmente en sentido contrario a las zonas m¨¢s propensas a ser focos de propagaci¨®n del fuego. Esta planificaci¨®n debiera incluir tambi¨¦n la definici¨®n y se?alizaci¨®n de v¨ªas de escape que permitan evacuar de manera oportuna y fluida ante un desastre.
De la misma manera, en estas ¨¢reas se debiera evitar la instalaci¨®n de recintos peligrosos (bombas de bencina, industrias con potencial de propagaci¨®n del fuego, entre otras), as¨ª como tambi¨¦n la de equipamientos cr¨ªticos como hospitales. Tambi¨¦n se puede evitar un inicio temprano del fuego o su propagaci¨®n explosiva con un adecuado manejo de la vegetaci¨®n en los espacios p¨²blicos y entorno. Hace un a?o, esta fue una de las medidas claves adoptadas en el Barrio Botania, de la comuna de Quilpu¨¦, donde las im¨¢genes de 70 casas intactas en medio de la devastaci¨®n en cerros y quebradas parecieron simplemente un milagro.
Ninguna medida de prevenci¨®n ser¨¢ efectiva sin una adecuada concientizaci¨®n de la ciudadan¨ªa. Quienes residen en zonas colindantes con la ruralidad debieran conocer sobre especies vegetales para el paisajismo de jardines no propagadoras de fuego, evitar el uso de ¡°cercos vivos¡± o divisiones entre propiedades levantadas con elementos altamente combustibles, y contar con l¨ªderes vecinales preparados para reaccionar y guiar a sus vecinos ante una posible emergencia.
Bajo estas premisas, las ciudades deben adaptarse integralmente al cambio clim¨¢tico en relaci¨®n con el manejo del agua, de las olas de calor y de los incendios en las zonas de interfase urbano-rural. Son millones los habitantes del planeta que necesitan acciones de prevenci¨®n desde la planificaci¨®n, dise?o urbano, gesti¨®n y trabajo comunitario de manera de promover ciudades y ciudadanos m¨¢s resilientes frente al fuego.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.