Comienza el gran proceso de la sangre contaminada por sida en Francia
Hoy se inicia en Par¨ªs, ante el Tribunal Correccional, el llamado "proceso de la sangre". Se trata de delimitar las responsabilidades de altos funcionarios de la Sanidad francesa en relaci¨®n a una serie de ciudadanos que contrajeron el sida debido a transfusiones realizadas con productos sangu¨ªneos que se sab¨ªan contaminados por dicho virus.En el banquillo de los acusados, los doctores Michel Garretta, y Jean Pierre Allain, ex director general del Centre Nacional de Transfusi¨®n Sangu¨ªnea (CNTS) y ex jefe del Departamento de Investigaci¨®n del CNTS, respectivamente; el profesor Jacques Roux, ex director general de la Salud, y el doctor Robert Netter, ex m¨¢ximo responsable del Laboratorio Nacional de la Salud. Se les acusa de haber dejado que centenares de hemof¨ªlicos contrajesen el sida por una doble irresponsabilidad.
Por una parte se acusa al CNTS de no tomar precauciones con los donantes, procediendo a los necesarios an¨¢lisis sistem¨¢ticos de su sangre. De otra, de no haber decretado la inmediata destrucci¨®n de los stocks de sangre contaminada a partir del momento en que se supo que lo estaban y existi¨® un procedimiento para esterilizar a trav¨¦s del calor los productos sangu¨ªneos.
En 1984, la revista especializada brit¨¢nica The Lancet recomienda calentar la sangre para desactivar el virus. Las autoridades norteamericanas adoptan el sistema a partir de octubre de 1984. El CNTS decida esperar.
El proceso lo es de unas personas, pero tambi¨¦n de un sistema transfusional en el que la l¨®gica industrial le ha podido a la deontolog¨ªa m¨¦dica. Y no s¨®lo eso: en varias ocasiones, distintos ministros fueron informados de lo que suced¨ªa. De momento, los ministros s¨®lo son "responsables, pero no culpables", en desafortunada frase de Georgina Dufoix ex ministra de Asuntos Sociales, pero nadie sabe si la opini¨®n p¨²blica y las m¨¢s de 1.500 personas condenadas a muerte por dichas transfusiones no van a lograr que la sangre de la culpabilidad tambi¨¦n les salpique.
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