Francia se convierte en un inmenso atasco
Dos muertos al estrellarse un turismo contra uno de los camiones franceses en huelga
ENVIADO ESPECIAL, Comienza a chispear y el grupo de conductores, que como oficiales de Estado Mayor consulta un gran mapa de las carreteras de Francia sobre el cap¨® de un Audi, se dispersa a toda velocidad. Los conductores regresan a sus veh¨ªculos maldiciendo al Gobierno, a los camioneros y al cielo que env¨ªa la inoportuna tormenta. ?C¨®mo superar esta barricada de camiones pesados en la Autopista del Sol, una de las 150 que bloquean en esos mismos momentos otras tantas rutas de Francia?
Las noticias de la ma?ana eran malas. Las negociaciones entre el Gobierno socialista y los sindicatos de transportistas hab¨ªan fracasado. El Gabinete segu¨ªa insistiendo en mantener el reci¨¦n instaurado sistema de puntos para el carn¨¦ de conducir. Los sindicatos, empujados por los camioneros que desde el lunes obstru¨ªan las autopistas y carreteras de Francia, ped¨ªan la suspensi¨®n del sistema.
Cuatro millones de franceses iban a coger sus autom¨®viles, y, seg¨²n las emisoras, m¨¢s de la mitad hab¨ªa renunciado a hacerlo. Pero muchos parisienses, incapaces de soportar un d¨ªa m¨¢s la ciudad del cielo gris, el trabajo triste y las muchas prisas, se lanzaron a tumba abierta al asfalto.
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"B¨¦r¨¦govoy es un torpe o un provocador"
Viene de la primera p¨¢ginaHab¨ªa que proveerse de un buen mapa de carreteras -el art¨ªculo m¨¢s vendido en los ¨²ltimos d¨ªas en las librer¨ªas francesas- y, a la vista del cierre de muchas gasolineras de provincias por falta de aprovisionamiento, llenar el dep¨®sito en la capital. Pero, aunque densa y lenta, la salida de Par¨ªs por la A-6 en direcci¨®n a Ly¨®n y de ah¨ª al Mediterr¨¢neo no hab¨ªa sido tan mala.
Atr¨¢s quedaba el aeropuerto de Orly y la vida parec¨ªa bella pese a circular a una media de 40 kil¨®metros por hora y escuchar las alarmantes noticias de France Info. La emisora de informaci¨®n continua daba cuenta de las primeras v¨ªctimas mortales de la revuelta de los camioneros contra el carn¨¦ con puntos. A primeras horas de la ma?ana, cerca de Montpellier, un coche franc¨¦s se hab¨ªa incrustado contra. un cami¨®n colocado en una barricada y dos de sus ocupantes hab¨ªan perecido en el acto. La noche anterior hab¨ªa ocurrido algo parecido en Fontainebleau y un joven turista alem¨¢n hab¨ªa perdido la vida. En Cluses, otros veraneantes alemanes hab¨ªan sido apaleados por unos camioneros que gritaban: "Aqu¨ª la polic¨ªa somos nosotros".
Tarz¨¢n y los suyos
No, la vida no era tan bella. El puerto fluvial de Gennevilliers, que abastece de petr¨®leo a la regi¨®n parisiense, segu¨ªa bloqueado por Daniel Leiffet, alias Tarz¨¢n, y los suyos. El ultraderechista Jean-Marie Le Pen anunciaba que tomaba el partido de los camioneros, e incluso en la Autopista del Sol, a unos 60 kil¨®metros de Par¨ªs, reci¨¦n superado Nemours, los motoristas de la gendarmer¨ªa comenzaban a hacerse demasiado numerosos y el tr¨¢fico a espesarse de modo inquietante.
Un par de kil¨®metros despu¨¦s se impon¨ªa la definitiva parada. No era un peaje, no. O bueno, s¨ª lo era, pero con el agravante de una brigada de gigantescos camiones colocados a trav¨¦s del camino. France Info ten¨ªa raz¨®n: en la Autopista del Sol tambi¨¦n reg¨ªa la ley del m¨¢s grande.
Frustrados en su empe?o de seguir hacia el Sur, el mar, la libertad, los automovilistas descend¨ªan de los coches, avistaban el horizonte y comenzaban a confraternizar. "La culpa la tiene el Gobierno. ?A qui¨¦n se le ocurre comenzar a aplicar el carn¨¦ con puntos el 1 de julio?", dec¨ªa un parisiense de unos 30 a?os. "B¨¦r¨¦ [el primer ministro, Pierre B¨¦r¨¦govoy] es un torpe o un provocador", asent¨ªa una dama desde el volante de su Renault Space.
Dominaba la impresi¨®n de que B¨¦r¨¦govoy terminar¨ªa por ceder y suspender¨ªa el sistema de puntos para el carn¨¦ de conducir o suavizar¨ªa sus condiciones. Si los automovilistas franceses bloqueados parec¨ªan inclinarse por culpar en primer lugar a las autoridades, los extranjeros insultaban a Francia y todos los franceses. Paul y Helene, joven pareja brit¨¢nica en ruta hacia Italia, llevaban ya 38 horas sobre el asfalto franc¨¦s. "Hemos logrado esquivar cinco barricadas, nos hemos gastado 150 libras en comer y dormir y estamos a mitad del camino", se lamentaba ella. "Hijos de puta", dec¨ªa escuetamente su compa?ero. Unos tres kil¨®metros m¨¢s lejos, oficiales de la gendarmer¨ªa y los CRS (fuerzas antidisturbios) negociaban con los camioneros. Estos hab¨ªan aceptado dejar paso a las ambulancias. El ambiente entre las fuerzas del orden y los revoltosos era relajada, humor¨ªstico incluso. Indicando un cami¨®n cisterna con aspecto de contener algo muy explosivo, un transportista dec¨ªa a un gendarme: "SI carg¨¢is, se arma una gorda; ¨¦ste [el mechero que acababa de sacar del bolsillo] es mi lanzallamas". "Si aguantamos unos d¨ªas m¨¢s, cae este jodido Gobierno socialista", arengaba un camionero tripudo, barbudo y tocado con una gorrita de b¨¦isbol que beb¨ªa de una lata de cerveza. Sus compa?eros, con grandes risas, dec¨ªan que se llamaba Bud Spencer.
2.600 horas al volante
Acampados m¨¢s all¨¢, protegidos de la tormenta por una lona tendida entre dos camiones de 30 toneladas, un grupo de conductores calentaba en un infiernillo una lata de alcuzcuz. "Mire usted, si nos dan seis puntos por carn¨¦ y nos quitan uno por cada exceso ligero de velocidad, yo pierdo mi permiso en un par de a?os", aseguraba un normando llamado Jacques. Y explicaba que el pasado a?o, tras pasarse 2.600 horas al volante, hab¨ªa tenido tres multas por exceso de velocidad.
"Los patronos, los destinatarios de las mercanc¨ªas, los gendarmes, todos saben que estamos obligados a superar los l¨ªmites de velocidad [80 kil¨®metros por hora en las nacionales y 90 en las autopistas] y que no podemos pararnos cada cuatro horas como dice la ley", a?ad¨ªa el normando. En 1991 se pusieron 19.588 multas por exceso de velocidad a veh¨ªculos de m¨¢s de 10 toneladas y 7.015 por violaci¨®n del descanso obligatorio.
Para salir del atasco de la autopista A-6 no val¨ªa la pena aventurarse por la nacional N7, cortada en Fontainebleau y Nemours. Pero tras extra?as medias vueltas, circulaci¨®n por direcciones prohibidas y otras violaciones del c¨®digo, quiz¨¢ valdr¨ªa la pena intentar alcanzar en Montereau la N-105 a trav¨¦s de la D-403. El gozo en un pozo.
En Montereau tambi¨¦n reg¨ªa la ley del m¨¢s grande. S¨®lo cab¨ªa volver al cercado Nemours, secarse en el primer caf¨¦, llamar por tel¨¦fono a la familia y aceptar que se estaba atrapado.
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