"La CE deber¨ªa acabar con los monopolios de ferrocarriles y aviaci¨®n
Richard Branson viste camisa y vaqueros. Pide que le sirvan un caf¨¦ cargado ("ayer sal¨ª con Mick Jagger y otros amigos y me, acost¨¦ muy tarde") en la glorieta que preside el jard¨ªn de su mansi¨®n londinense, un enorme caser¨®n repleto de antig¨¹edades y maquetas de aviones.
Pregunta. Usted tiene negocios en sectores tan distintos como la m¨²sica y la aviaci¨®n, y en ambos casos gana dinero. ?Cu¨¢l es el truco?
Respuesta. Yo creo que una de las mejores cosas en la vida es la variedad. En un momento dado he aprendido sobre m¨²sica, luego sobre aviones, ahora sobre trenes, y siempre he podido aplicar en un terreno las experiencias ganadas en otros. Me explico: nosotros, en Virgin, producimos ideas; cuando tenemos un buen proyecto, buscamos a gente capacitada para desarrollarlo. Pero siempre con un principio b¨¢sico: que ninguna compa?¨ªa se desarrolle con tal rapidez o hasta tal tama?o que se nos vaya de las manos. Queremos ser, para nuestros clientes, la mejor empresa del mundo, pero no la m¨¢s grande.
P. Pero la principal caracter¨ªstica de los megastores es, precisamente su gran tama?o.
R. S¨ª, es verdad. Esa es la excepci¨®n. Los megastores nacieron de mi frustraci¨®n como joven aficionado a la m¨²sica: ten¨ªa que ir a una tienda especializada en jazz, a otra de rock...Y pens¨¦ que tendr¨ªa ¨¦xito una gran tienda que lo tuviera todo y en la que los clientes pudieran pasar un buen rato. As¨ª naci¨® el primer mega, el de Oxford Street, en Londres. En octubre o noviembre inauguraremos en Barcelona el n¨²mero 27 de ellos.
P. ?Por. qu¨¦ se lleva usted tan mal con British Airways?
R. Desde que creamos Virgin Atlantic Airways, en 1984, British Airways ha intentado echarnos del mercado. Nuestra primera l¨ªnea fue Londres-Nueva York, un trayecto en el que British Airways carec¨ªa pr¨¢cticamente de competencia. Y, de repente, se la encontr¨®. BA es una compa?¨ªa elefanti¨¢sica, controlada directamente por el Gobierno brit¨¢nico hasta hace muy poco, y acostumbrada al monopolio, y ha utilizado tretas muy sucias para hacernos la vida imposible conforme extend¨ªamos nuestras rutas.
P. British Airways es muy grande, pero eso es com¨²n a la mayor¨ªa de las compa?¨ªas a¨¦reas. Y la tendencia general sigue siendo hacia la concentraci¨®n.
R. Es cierto, lo habitual en este negocio son los gigantes, todos muy parecidos entre s¨ª. Las grandes l¨ªneas, se llamen BA, Lufthansa o Iberia, ofrecen comidas parecidainente infames, tarifas parecidamente elevadas, asientos parecidamente inc¨®modos y una atenci¨®n parecidamente mala. En cambio, Virgin, que tiene s¨®lo ocho-. aviones y cubre seis rutas (Londres a Nueva York, Boston, Miami, Orlando, Los Angeles y Tokio), ha sido elegida Mejor Compa?¨ªa A¨¦rea del A?o en 1989, 1990 y 1991; ha tenido el m¨¢ximo ¨ªndice de ocupaci¨®n, y gracias a ello ha podido bajar las tarifas mientras mejoraba el servicio. Creo que si la CE quiere liberalizar de verdad este sector, y favorecer la competencia, deber¨ªa romper las grandes compa?¨ªas y dividirlas en entidades m¨¢s peque?as, m¨¢s ¨¢giles y especializadas, sin ¨ªnfulas monopol¨ªsticas.
P. Es de suponer que su filosof¨ªa ser¨¢ la misma para el sector ferroviario.
R. Exactamente la misma. Y se repite en este caso el problema de los monopolios. Las grandes compa?¨ªas estatales tienen como ¨²nico objetivo transportar pasajeros desde A hasta B, y no les importa qu¨¦ le ocurre al cliente durante el trayecto. Yo creo que debe pasarlo lo mejor posible, sentarse en asientos c¨®modos con pantalla de v¨ªdeo individual, y contar con la asistencia de una tripulaci¨®n experta y motivada. Un viajero debe ser tratado como una persona que ha pagado dinero por un buen servicio, no como una sardina en lata. Adem¨¢s, creo que el tren tiene un gran futuro, porque es mucho m¨¢s respetuoso que el coche respecto al medio ambiente. Hay que fomentar el retorno al tren.
P.?C¨®mo se financia una expansi¨®n constante como la de Virgin, durante una recesi¨®n como la actual?
R. Tenemos la suerte de poseer compa?¨ªas muy valiosas y de contar con un nombre, Virgin, que es relacionado con conceptos muy positivos: calidad, innovaci¨®n, creatividad ... Cuando necesitamos fondos, vendemos una participaci¨®n a un socio que quiera trabajar con nosotros (en los ¨²ltimos dos a?os, la gran cadena brit¨¢nica de librer¨ªas W.H.Smith y la sociedad japonesa Fujisankei, entre otras, han aportado dinero fresco a Virgin). En el mercado no es dinero lo que falta, sino buenas oportunidades de inversi¨®n. Nos expandimos modestamente y nunca arriesgamos demasiado.
P. ?Se siente usted un empresario mod¨¦lico, como le calific¨® Margaret Thatcher?
R. Nunca me he sentido empresario: yo quer¨ªa dirigir una revista, para hacerlo compr¨¦ una, empec¨¦ a distribuir por correo y una cosa trajo la otra. No me interesaba ganar mucho dinero, sino trabajar en lo que me gustaba. Pero quiero pensar que los empresarios relativamente j¨®venes compartimos una caracter¨ªstica: creamos nuestras empresas de la nada y nos sentimos vinculados a ellas. Lo pasamos bien y, al mismo tiempo, creamos riqueza.
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