El general Noriega, condenado en Miami a 40 a?os por narcotrafico
El general Manuel Antonio Noriega, de 52 a?os y depuesto hombre fuerte de Panam¨¢, fue condenado en la tarde de ayer por el Tribunal Federal de Miami (Florida) a 40 a?os de c¨¢rcel por ocho delitos de narcotr¨¢fico y blanqueo de dinero. "Como no pudieron matarme ayer [durante la invasi¨®n estadounidense de Panam¨¢ en 1989] me traen aqu¨ª hoy para que usted les haga el favor de matarme en vida" dijo Noriega al juez William Hoeveler antes de que ¨¦ste leyera la sentencia.
Noriega hab¨ªa sido declarado culpable de los cargos el pasado 19 de abril, en un proceso que dur¨® siete meses y en el que declararon 78 testigos.La fiscal¨ªa hab¨ªa pedido al juez William Hoeveler que cuando decidiera la pena impuesta a Noriega midiera su sentencia "no en a?os, sino en d¨¦cadas". En la argumentaci¨®n de los fiscales, 20 p¨¢ginas que se conocieron esta semana, los abogados del Gobierno estadounidense se congratulaban por haber liberado a Panam¨¢ de "un tirano".
La sentencia puede considerarse moderada, ya que las penas podr¨ªan haber sumado hasta 120 a?os de prisi¨®n. Los 40 a?os a que ha sido condenado, sin embargo, son suficientes para que pase el resto de su vida en prisi¨®n.
El general paname?o se present¨® ante el juez Williams Hoeveler en su uniforme militar y se dirigi¨® a ¨¦l en castellano, en un discurso que dur¨® cerca de tres horas, para expresar por ¨²ltima vez sus quejas contra Estados Unidos, que lo arranc¨® del poder en diciembre de 1989 y lo puso en manos de la justicia norteamericana.
"El proceso ha sido forzado por aquellos que me temen Y que pensaron desacreditarme a trav¨¦s de acusaciones o matarme durante la invasi¨®n", dijo Noriega. "Dios os bendiga, fiscales, y Dios bendiga a los miembros del jurado. Me gustar¨ªa alabar a Dios del Universo. ?l es el m¨¢s justo de los jueces".
Fiesta de los fiscales
Los fiscales que han hecho posible la sentencia ten¨ªan previsto celebrar una fiesta cuyo motivo principal ser¨ªa patear la pi?a. Los acusadores del Gobierno norteamericano hicieron circular una invitaci¨®n a esta peculiar celebraci¨®n, en la que se ridiculizaba abiertamente a Noriega, a quien en Panam¨¢ le llaman despectivamente Cara de pi?a, por las profundas cicatrices del acn¨¦ juvenil que tiene en la cara.
El abogado de Noriega, Frank Rubino, que prepara ya la apelaci¨®n, expres¨® su indignaci¨®n: "Esa fiesta no me sorprende nada. Esto demuestra que los fiscales norteamericanos han ca¨ªdo tan bajo que se podr¨ªa decir que est¨¢n al nivel de las alcantarillas".
El anfitri¨®n de la fiesta, Guy Lewis, el m¨¢s joven de los tres abogados de la acusaci¨®n, rehus¨® hablar sobre el asunto. Noriega tiene ahora pendiente un juicio en Tampa (Florida) por tr¨¢fico de marihuana, as¨ª como tambi¨¦n acusaciones en Panam¨¢ por corrupci¨®n y asesinato.
Lo m¨¢s probable es que despu¨¦s de recibir su sentencia sea enviado a la c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad en Marion (Illinois), donde cumplen condena conocidos criminales como el narcotraficante colombiano Carlos Lehder, quien testific¨® en su contra.
La sentencia fue acogida con gran alivio" por el actual Gobierno paname?o, informa la agencia Efe. "La condena de Noriega cierra definitivamente un cap¨ªtulo muy doloroso en la historia de Panam¨¢", dijo el presidente Guillerma Endara.
Una oscura trama
A ra¨ªz de un art¨ªculo publicado por The New York Times en junio de 1986, en que se denunciaba la implicaci¨®n del comandante de las Fuerzas Armadas y hombre fuerte de Panam¨¢, Manuel Antonio Noriega, en el tr¨¢fico de armas y de drogas, el Departamento de Estado de EE UU se vio obligado a revisar su pol¨ªtica paname?a. En 1988 el Senado iniciaba una investigaci¨®n sobre el general, y ese mismo a?o, dos jueces de Miami y Tampa dictaban sendos autos de procesamiento simult¨¢neos contra Noriega que marcaron el fin de una etapa de entendimiento entre los gobiernos de ambos pa¨ªses.El 20 de diciembre de 1989, las tropas norteamericanas entraban en Panam¨¢. Tras unos d¨ªas en que se le dio por desaparecido, la Nunciatura Apost¨®lica comunicaba el d¨ªa de Nochebuena que el general Manuel Antonio Noriega se encontraba refugiado en su sede. El 3 de enero de 1990, Noriega se entregaba a las autoridades de EE UU y era trasladado a Miami, donde ingres¨® en la c¨¢rcel como preso com¨²n.
En mayo de 1991 Noriega declar¨® mediante un documento preparado por sus defensores, en el que afirmaba que hab¨ªa recibido millones de d¨®lares de la CIA destinados a combatir el r¨¦gimen sandinista y acus¨® a los servicios de inteligencia norteamericanos del asesinato de Omar Torrijos.
El 10 de abril de 1992, el jurado de Miami declaraba a Noriega culpable de ocho de los diez cargos por narcotr¨¢fico y blanqueo de dinero que se le imputaban. La sentencia quedaba pendiente hasta ayer.
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