La piel pintada de Demi Moore
Tina Brown, directora de 'Vanity Fair', se despide de la revista con otra pol¨¦mica portada
La portada de Vanity Fair con la actriz Demi Moore con un traje de hombre pintado sobre su piel como toda indumentaria vuelve a ser la sensaci¨®n de los quioscos norteamericanos. Hace pocos meses, la misma revista, que mezcla la frivolidad de Hollywood con art¨ªculos de actualidad pol¨ªtica y social, provoc¨® una ola de conmoci¨®n y censura cuando public¨® las fotos de la protagonista de la pel¨ªcula Ghost desnuda en avanzado estado de gestaci¨®n. Detr¨¢s de ambas portadas, protagonizadas por la audaz esposa de Bruce Willis, est¨¢ la no menos audaz periodista Tina Brown, quien dentro de un mes deja la direcci¨®n de Vanity Fair para hacerse cargo de la transformaci¨®n de una de las m¨¢s antiguas y prestigiosas revistas del mundo, The New Yorker.Brown tratar¨¢ de adecuar The New Yorker a los nuevos tiempos e intentar¨¢ captar a lectores m¨¢s j¨®venes para un semanario cuya renovaci¨®n ha permanecido paralizada por el mito que la rodea. Los propietarios del semanario apuestan por esta licenciada en Oxford, autora de dos libros y dos obras de teatro, que en ocho a?os consigui¨® triplicar la tirada de Vanity Fair hasta alcanzar el mill¨®n de ejemplares.
"Tina Brown es capaz de acercar su cabeza a la v¨ªa y escuchar el sonido del tren mucho antes de que aparezca". As¨ª ha definido su capacidad de anticipaci¨®n el presidente de The New Yorker, Steven Florio, elogiando el olfato superdotado de esta periodista. Con estas armas y sin hacer caso de las cr¨ªticas que consideran casi como un sacrilegio que la renovaci¨®n de The New Yorker se haya encargado a la directora de la revista Vanity Fair (Feria de Vanidades), Brown se enfrenta a la m¨¢s fuerte apuesta de su carrera.
Cuando se hizo cargo de Vanity Fair hace ocho a?os, centr¨® sus esfuerzos en la parte visual, con la intenci¨®n de impresionar a sus lectores con im¨¢genes nuevas y arriesgadas. Contrat¨® para ello a la fot¨®grafa de la revista Rolling Stone Annie Liebovitz, que ha aportado a la publicaci¨®n su particular visi¨®n de la realidad.
Tina Brown se enfrenta al reto de tratar de renovar The New Yorker, un semanario con 670.000 ejemplares de circulaci¨®n que no lleva ni una sola fotograf¨ªa y donde la extensi¨®n de sus art¨ªculos es ya una leyenda en el mundo intelectual neoyorquino.
Con toda la prudencia que requiere reformar una instituci¨®n, Brown ha adelantado que no va a hacer cambios traum¨¢ticos, anunciando, sin embargo, que piensa incluir fotograf¨ªas en blanco y negro y recortar la extensi¨®n de los textos. Quiz¨¢ Brown consiga as¨ª que The New Yorker se ajuste m¨¢s a la idea vanguardista e innovadora con la que hace 67 a?os la fund¨® el exc¨¦ntrico Raoul Fleischmann.
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