Contradicci¨®n europea

Con sorpresa y alegr¨ªa he seguido en su peri¨®dico el proceso de adaptaci¨®n de nuestra Constituci¨®n a las exigencias europeas. Tambi¨¦n con sorpresa, aunque esta vez con indignaci¨®n, he le¨ªdo el art¨ªculo que su peri¨®dico publica sobre los alumnos espa?oles en escuelas europeas que ven reducidas sus clasificaciones cuando regresan a Espa?a.Debo decir que ¨¦ste no es el ¨²nico problema al que los estudiantes ' espa?oles se tienen que enfrentar cuando salen a estudiar a otros pa¨ªses miembros de la Comunidad Europea. Por experiencia propia s¨¦ que en lo que respecta al pograma Erasmus los espa?oles somos, si no los m¨¢s, unos de los m¨¢s desfavorecidos en la convalidaci¨®n de asignaturas en nuestras universidades de origen.

En fin, digo todo esto para que entienda por qu¨¦ a m¨ª todo este tema de Europa me parece una gran contradicci¨®n. Por una parte respetamos hasta tal punto el principio de no discriminaci¨®n que incluso modificamos nuestra Constituci¨®n para poder recibir ciudadanos europeos en nuestros ayuntamientos, y por otro lado machacamos el mencionado principio de tal manera que ni valoramos ni reconocemos el esfuerzo que nuestros j¨®venes realizan en las universidades europeas.

Se me ocurren algunas soluciones a este problema, pero se supone que hay personas m¨¢s cualificadas o, al menos, m¨¢s poderosas que tienen el deber de encontrarlas y adoptarlas. -

A m¨ª s¨®lo me queda decir: ?no deber¨ªamos, a riesgo de parecer ego¨ªstas, empezar la "construcci¨®n de Europa" por nosotros mismos y, despu¨¦s, si tenemos ¨¦xito, seguir el proceso con los dem¨¢s?-