Tor¨¦eme al natural
En el famoso quinto de la tarde, seg¨²n la leyenda taurina, ocurri¨® que se puso a embestir con una calidad y bondad ideal. El noble novillo de Ortigao ped¨ªa que lo toreasen al natural con deleite y parsimonia. Y David Parra, novillero de La Mancha, lleg¨® a interpretar el natural con calidad y templanza, pero siempre en linea recta y sin ligar. Perdi¨® incluso la muleta cuando en los medios iba a iniciar un pase por el excelente pit¨®n izquierdo. Al final tuvo que recurrir a los molinetes en cadena y a un abaniqueo airoso para rematar su actuaci¨®n desigual.En el primero que tore¨®, Parra estuvo voluntarioso y su actuaci¨®n fue limpia pero encimista. Una labor discreta y sin brillos.
Costa / Zamora, Parra, Dinast¨ªa
Novillos de Ortigao Costa, bien presentados, dieron juego.Juli¨¢n Zamora: palmas; silencio; silencio. David Parra, de Ciudad Real: silencio; aviso, petici¨®n y vuelta. Dinast¨ªa, de Colombia: ovaci¨®n. Pas¨¦ a la enfermer¨ªa tras matar al tercero. Sufre cornada en un muslo, pron¨®stico reservado. Los dos ¨²ltimos, nuevos en esta plaza. Plaza de Las Ventas, 18 de Julio. Menos de media entrada.
Juli¨¢n Zamora tuvo que estoquear tres novillos por cogida del novillero colombiano, y, aunque se le aprecia oficio y aceptables formas toreras, no acab¨® de tener una tarde redonda. Ya que, si salvamos el cuarto de la tarde, los otros dos que tore¨® con capote y pa?osa, fueron buenos colaboradores en el ¨²ltimo tercio.
Se dobl¨® bien al comenzar los trasteos muleteriles, pero no alcanz¨® la brillantez necesaria, despu¨¦s de dar pases con ambas manos toreras y de buscar los recursos de las manoletinas, abaniqueos y muletazos de rodillas con ardor. Tambi¨¦n, como casi siempre, por aquello de los terrenos y las distancias adecuadas.
El novillero Colombiano tuvo la gallard¨ªa de matar al novillo que de salida, al recogerlo por ver¨®nicas, le hiri¨® en el muslo izquierdo. Le pusieron un torniquete la cuadrilla y cogi¨® muleta y espada.
Buenos pases por bajo de sometimiento y a los medios. La faena tuvo m¨¦rito, porque quiso torear con pureza y porque conforme avanzaba el tiempo se ve¨ªa como la sangre te?¨ªa la taleguilla.
Babelia
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