Desde Gorazde, por las ondas

"La ciudad est¨¢ destruida. Los serbios han establecido un triple cerco. Nadie puede entrar ni salir. Necesitamos alimentos y medicinas. El hospital est¨¢ en ruinas, y entre los pocos m¨¦dicos no hay ni un solo cirujano. No podemos atender a los heridos. En estos momentos siguen cayendo granadas de todos los calibres". La voz llega a trav¨¦s de un transmisor en alg¨²n lugar de Sarajevo. Quien habla es el ¨²nico radioaficionado que queda en la ciudad de Gorazde, a unos 80 kil¨®metros de Sarajevo, donde m¨¢s de 60.000 personas soportan un asedio de meses y un gigantesco ataque del Ej¨¦rcito serbio. El relato del radioaficionado es la ¨²nica fuente de informaci¨®n en Gorazde. Ayer intent¨® salir del lugar desde el que retransmite para acercarse a lo que queda del hospital y salv¨® milagrosamente la vida protegi¨¦ndose tras un autob¨²s con heridos cuando empezaron a caer las granadas.Gorazde consigue comunicar con Sarajevo casi cada d¨ªa, aunque es muy dif¨ªcil establecer una hora de contacto. Tras el comienzo de la guerra, muchos radioaficionados de Bosnia-Herzegovina establecieron espont¨¢neamente una red de comunicaci¨®n con frecuencias secretas. Un centro de coordinaci¨®n en Sarajevo mantiene contacto con 30 estaciones de poblaciones no ocupadas por las fuerzas serbias. Husein Crnovrsanin est¨¢ al frente de una estaci¨®n en Sarajevo. "Me ocupo b¨¢sicamente de recibir y transmitir informaci¨®n humanitaria y de la coordinaci¨®n de la ayuda a los ni?os atrapados en las zonas de guerra", explica. "Otros radioaficionados env¨ªan informaci¨®n a la radiotelevisi¨®n de Bosnia-Herzegovina. Nuestro Ej¨¦rcito tiene su propia red".

Las frecuencias est¨¢n protegidas y, para impedir la interceptaci¨®n del enemigo, la hora y duraci¨®n de los mensajes cambian constantemente, as¨ª como los lugares de retransmisi¨®n.