Las medidas de ajuste
EL GOBIERNO ha desvelado, con menos concreci¨®n de la esperada, los prop¨®sitos que orientar¨¢n el imprescindible recorte del d¨¦ficit p¨²blico, desbocado en su cuant¨ªa en lo que va de a?o. En menor medida, han podido conocerse las actuaciones que se instrumentar¨¢n para reconducir el resto de los desequilibrios econ¨®micos hacia una v¨ªa compatible con los objetivos de convergencia con el resto de los pa¨ªses en disposici¨®n de avanzar hacia la uni¨®n econ¨®mica y monetaria.La reducci¨®n de la brecha entre gastos e ingresos p¨²blicos en 326.000 millones de pesetas, hasta situar el d¨¦ficit correspondiente al t¨¦rmino de este a?o en el 2,6% del producto interior bruto, previsto en el programa de convergencia, es un objetivo razonable. El aumento de las retenciones en el impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas (IRPF) y en el tipo medio del impuesto sobre el valor a?adido (IVA) aportar¨¢n los 130.000 millones de pesetas en que se ha cifrado el aumento de los ingresos p¨²blicos, sin que por el momento vayan a modificarse otras figuras impositivas. Menor es la informaci¨®n disponible sobre las partidas de gasto de donde proceder¨¢ esa reducci¨®n de 196.000 millones de pesetas prevista ahora por el Gobierno.
Con todo, el ajuste propuesto no deja de ser ambicioso y de complicada aplicaci¨®n, a tenor de las circunstancias por las que atraviesa la econom¨ªa espa?ola. La desaceleraci¨®n del ritmo de crecimiento econ¨®mico tiene lugar en un contexto internacional que, lejos de aportar se?ales de recuperaci¨®n en las principales econom¨ªas, transmite las tensiones existentes en algunas de ellas, incorporando, cuando menos, dosis adicionales de incertidumbre y de inestabilidad en los mercados financieros.
El reciente comportamiento de las cotizaciones burs¨¢tiles, de los instrumentos de deuda denominados en pesetas y de la propia evoluci¨®n del tipo de cambio de nuestra moneda a?aden nuevos interrogantes. Su origen hay que localizarlo, de una parte, en la indefinici¨®n mantenida por las autoridades espa?olas sobre la naturaleza y el alcance de las respuestas destinadas a modificar el curso divergente de la econom¨ªa; de otra, en las tensiones monetarias procedentes de Alemania, y, en, general, del clima de inestabilidad creado en el Sistema Monetario Europeo.
Con independencia de las medidas que el Ejecutivo anuncie tras el Consejo de Ministros extraordinario del pr¨®ximo martes, la actitud de ¨¦ste merece una evaluaci¨®n favorable. La disposici¨®n al di¨¢logo con los agentes econ¨®micos y sociales; la definitiva creaci¨®n del Consejo Econ¨®mico y Social; el respaldo expl¨ªcito del partido que sustenta al Gobierno, quien, tras revisar en profundidad sus previsiones econ¨®micas de hace apenas seis meses, ha de poner en marcha las impopulares medidas de ajuste, y la aparente disposici¨®n a no demorar las reformas estructurales previstas en el programa de convergencia, constituyen aspectos positivos que han de contribuir al establecimiento de la credibilidad en esas autoridades para volver a situar a la econom¨ªa espa?ola en una senda de crecimiento sostenido, compatible con la inserci¨®n de Espa?a en el grupo central de la Europa unida.
Pero no es s¨®lo la situaci¨®n de las finanzas p¨²blicas la que justifica esa terapia de choque; la evoluci¨®n de los precios de los bienes y servicios espa?oles ha de ser igualmente objeto de un tratamiento riguroso, tanto m¨¢s cuanto que la composici¨®n del parco crecimiento que experimenta la econom¨ªa espa?ola pone de manifiesto un dominio excesivo del consumo y un estancamiento de la inversi¨®n.
El aumento anunciado en el tipo medio del IVA probablemente incidir¨¢ negativamente sobre la tasa de inflaci¨®n, tambi¨¦n distanciada de los objetivos gubernamentales. Ello, a su vez, dificultar¨¢ la aplicaci¨®n de cualquier medida de est¨ªmulo a la inversi¨®n empresarial y, en definitiva, a la necesaria creaci¨®n de empleo. De ah¨ª la conveniencia de no limitar las actuaciones de la pol¨ªtica econ¨®mica al saneamiento presupuestario anunciado. Es preciso extender esa disposici¨®n a la eliminaci¨®n de las rigideces e ineficiencias que lastran nuestro sistema econ¨®mico e impiden la convergencia con el resto de la Europa comunitaria.
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