Amables "fontaneros"

Estos d¨ªas van como locos, con el buscapersonas o con un juego de s¨¢banas en la mano. Son los fontaneros de la Cumbre Iberoamericana, que han organizado toda la infraestructura para acoger a las cerca de 300 personas que componen los s¨¦quitos de los pa¨ªses participantes y a los 2.100 periodistas acreditados. Los preparativos, que comenzaron el pasado mes de septiembre, tuvieron un rodaje improvisado: la Conferencia de Paz para Oriente Pr¨®ximo, que se celebr¨® en Madrid a partir del 31 de octubre. "Esta vez hemos ido con tiempo", dicen fuentes de la organizaci¨®n. "No ha habido sorpresas", a pesar de la ca¨ªda de cuatro presidentes del cartel.

Adem¨¢s de Presidencia del Gobierno, tres ministerios se han volcado en la organizaci¨®n: Portavoz del Gobierno, Exteriores e Interior. "Es imposible calcular el n¨²mero total de personas", comenta uno de los responsables. Cada delegaci¨®n tiene un cupo m¨¢ximo de 20 personas, que incluye al jefe de Estado y su esposa, el ministro de Exteriores, los edecanes, los responsables de prensa, las delegaciones pol¨ªticas y los guardaespaldas. A ellos se han unido los embajadores espa?oles en Iberoam¨¦rica y los embajadores latinoamericanos en Madrid. En total, unas 300 personas. A cada delegaci¨®n se le han asignado una media de cinco veh¨ªculos Mercedes blindados para su traslado y unas siete u ocho personas para la seguridad.La llegada escalonada de los mandatarios ha tra¨ªdo en jaque a los organizadores. El primero, el presidente de Ecuador, Rodrigo Borja, lleg¨® el lunes. Los ¨²ltimos -el primer ministro portugu¨¦s, An¨ªbal Cavaco Silva, y el presidente chileno, Patricio Aylwin- lo hicieron ayer por la ma?ana. El comit¨¦ de recepci¨®n iba y ven¨ªa. El ministro de Exteriores, Javier Solana, el subsecretario, M¨¢ximo Cajal, y el secretario de Estado para la Cooperaci¨®n, Inocencio Arias, se repart¨ªan los viajes.

El goteo de gobernantes se notaba tambi¨¦n el mi¨¦rcoles en el hotel Ritz, donde se alojan los jefes de Estado y una parte de sus delegaciones. El director del establecimiento, Alfonso Jord¨¢n, estaba en vilo. A cada rato, las sirenas anunciaban la llegada de un mandatario.

En el hotel, las medidas de seguridad son apabullantes. "Cada delegaci¨®n tiene un m¨®dulo de seis habitaciones", explica Jord¨¢n. En total, 154 de las 158 del establecimiento, que no ha ampliado personal ni ha preparado men¨²s especiales: las delegaciones s¨®lo desayunar¨¢n, y para eso ya tienen el afamado buf¨¦. "Impresiona ver a todos los gobernantes charlando entre ellos. El di¨¢logo es vital para resolver los problemas, y el Ritz es el hotel del di¨¢logo", dice Jord¨¢n, muy ufano.

Morbo por Fidel

El personal de servicio confesaba tener "especial morbo por ver a Fidel" por los pasillos. A unos metros del Ritz, el hotel Palace acoge a los restantes miembros de las delegaciones en 170 de las 480 habitaciones. Seg¨²n su director, Juan Jos¨¦ Berg¨¦s, lo ¨²nico que se ha desbordado es el servicio de fax.

Las comidas y las cenas de los mandatarios corren a cargo del restaurante Jockey. Gastronom¨ªa nacional es el lema, seg¨²n el director, Carmelo P¨¦rez. No habr¨¢ excepciones: que se sepa, ning¨²n mandatario est¨¢ a r¨¦gimen ni es vegetariano.

Los organizadores no informan del coste de la cumbre. "Es muy complicado de calcular", dicen. S¨ª se sabe que el dispositivo de prensa, ubicado en el pabell¨®n n¨²mero 10 del Recinto Ferial de la Casa de Campo, ha costado unos 230 millones de pesetas: 20.000 metros cuadrados, 2.500 puntos de luz, 1.200 tomas de corriente el¨¦ctrica y 360 l¨ªneas telef¨®nicas para los 2. 100 periodistas acreditados, adem¨¢s de despachos, estudios de televisi¨®n, locutorios y laboratorios. Todo funciona 24 horas al d¨ªa, incluida la atenci¨®n sanitaria: dos m¨¦dicos y dos enfermeras velan por la salud de los informadores, que hasta ahora se han resentido de alguna rozadura del zapato y de faringitis, por el potente aire acondicionado.

La empresa Eurest se encarga del avituallamiento: un restaurante (de pago) y dos cafeter¨ªas para los tentempi¨¦s (gratuito). El responsable de Eurest, Fernando S¨¢nchez Olabarr¨ªa, ha recibido una petici¨®n espec¨ªfica del Ministerio del Portavoz: que no haya servicio de bebidas alcoh¨®licas. Por lo que pueda pasar.