Efusi¨®n sentimental
Soy un imb¨¦cil lector de su magn¨ªfico diario. Porque as¨ª, de imb¨¦ciles y faltos de juicio, se califica en su editorial del d¨ªa 7 de julio a quienes nos hemos opuesto a las detenciones de personas relacionadas con movimientos nacionalistas acaecidas en los ¨²ltimos d¨ªas.Lo que, en primer lugar, me
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sorprende, como lector habitual de su publicaci¨®n, es el tono tan alejado de lo que suele ser su l¨ªnea habitual de ecuanimidad y moderaci¨®n en el tratamiento de otros temas.
Como usted no ignora, la imparcialidad supone, antes que nada, la comprensi¨®n intelectual de las posiciones, ajenas. En este caso, sin embargo, se han limitado a expresar sus sentimientos de rechazo y repulsa a una confusa mezcla de posturas que van desde lo ideol¨®gico (la est¨²pida ideolog¨ªa independentista) hasta lo criminal.
Esta efusi¨®n sentimental (por referirme ben¨¦volamente a todo ese conjunto de descalificaciones e insultos) deja de lado cualquier elemento racional de valoraci¨®n y juicio de los hechos para, aprovechando el halo de rechazo social que la violencia provoca, proyectarlo y extenderlo a quienes sencillamente se oponen a la arbitrariedad de los aparatos del Estado.
Pero la emotividad es mala consejera: tan obvias les deben parecer sus razones... que se les olvida exponerlas. ?Por qu¨¦, por ejemplo -osar¨ªa preguntar quien no sucumba a la intimidaci¨®n de pasar por idiota-, es una forma f¨¢cil de mezclar violencia e ideas pol¨ªticas" la comparaci¨®n entre situaciones de limpieza de ¨¦pocas pasadas y las actuales?
Dado que no se ofrecen, razones, alguien podr¨ªa sospechar que se han limitado a aplicar el principio jesu¨ªstico de que "dos personas hacen lo mismo, pero no es lo mismo", pero supongamos que no: quiz¨¢ haya un argumento subyacente que podr¨ªa haberse formulado del siguiente modo: "Un Estado dictatorial no es lo mismo que un Estado en que se respetan las libertades; estamos en una situaci¨®n democr¨¢tica, ergo... ".
Sin embargo, lo que esta forma abstracta de. razonar escamotea es la situaci¨®n de arbitrariedad e indefensi¨®n real producida en los afectados por la combinaci¨®n de una ley reconocidamente nefasta con la ineptitud policial que da palos... de ciego, la absoluta falta de garant¨ªas en todo el proceso de la detenci¨®n (que permite el traslado, la incomunicaci¨®n y los interrogatorios durante ocho d¨ªas), y acaso la, presi¨®n pol¨ªtica suscitada por el deseo de llevar a cabo una profilaxis social a fin de que nada empa?e el pac¨ªfico disfrute de los fastos que se avecinan, pero, sobre todo, lo que el torpe argumento seg¨²n el cual de la premisa democr¨¢tica se sigue cualquier cosa deja de lado el que una situaci¨®n democr¨¢tica es justamente aquella en que se dan las garant¨ªas de que hechos como las detenciones masivas e indiscriminadas de los ¨²ltimos d¨ªas no puedan llegar a producirse.-
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