600 chabolistas marroqu¨ªes ser¨¢n avalados por la Administraci¨®n para alquilar un piso
El delegado del Gobierno en Madrid, Segismundo Crespo, proyecta sacar a 200 familias marroqu¨ªes (unas 600 personas) de sus chabolas de Pe?a Grande, en Fuencarral. Son inmigrantes que no pueden alquilar un piso porque los propietarios les piden fianzas astron¨®micas. Crespo asegura que les avalar¨¢, pero a¨²n no ha dado una fecha, El Gobierno regional, m¨¢s prudente, habla de un proyecto de avales oficiales para inmigrantes legales que no encuentren piso. Los primeros pasos, dicen, se dar¨¢n en oto?o.
La consejera de Integraci¨®n Social, Elena V¨¢zquez, precis¨® que los fondos para cubrir los avales proceder¨¢n del 0,5% del IRPF destinado a fines sociales. Asociaciones de inmigrantes y organizaciones no gubernamentales han denunciado que los extranjeros del Tercer Mundo encuentran graves obst¨¢culos para encontrar una vivienda de alquiler. El problema no parece ser la falta de medios econ¨®micos, muchos de ellos tienen permisos de trabajo y residencia, sino las reticencias de los arrendadores.As¨ª, las chabolas se han llenado de inmigrantes marroqu¨ªes o portugueses. Uno de los casos m¨¢s graves, consolidado ya como un aut¨¦ntico gueto, es el del poblado de Pe?a Grande o Ricote, con 200 chabolas. Seg¨²n el censo confeccionado el pasado abril por el Consorcio para el Realojamiento de la Poblaci¨®n Marginada, en el asentamiento habitan 600 inmigrantes marroqu¨ªes.
Acabar con los guetos
"Hay que sacarles de all¨ª y llevarles a vivir en pisos por toda la ciudad para acabar con los guetos", asegura Segismundo Crespo. "Hemos consultado con varios propietarios de pisos, dici¨¦ndoles que la Administraci¨®n avalar¨ªa a estas familias si aceptan alquilarles las casas", a?ade.La consejera de Integraci¨®n Social espera que el proyecto est¨¦ listo para el pr¨®ximo oto?o. "No vamos a regalar casas a nadie, nuestra intenci¨®n es tender un puente para que todas estas personas puedan arrendar un piso", explica.
"El proyecto ser¨¢ parecido al que ya gestiona la Direcci¨®n General de Juventud de la Comunidad, con matices diferentes al tratarse de otro tipo de poblaci¨®n", asegura V¨¢zquez. El sistema funciona de una forma simple: la Comunidad avala el pago de las rentas de los pisos habitados por los inmigrantes y suscribe una p¨®liza de seguro para cubrir posibles da?os en la vivienda. "No es un programa costoso", matiza.
Pe?a Grande ser¨ªa uno de los primeros asentamientos chabolistas de inmigrantes en desaparecer, ya que es el mayor de la regi¨®n. Con este programa se pretende dar respuesta a los problemas planteados por los propios inmigrantes y por los ayuntamientos del noroeste (Villanueva del Pardillo, Majadahonda, Boadilla del Monte), donde unos 2.000 marroqu¨ªes se hacinan en chamizos sin agua ni luz.
La mitad de los 130.000 inmigrantes legales que viven en la regi¨®n proceden de pa¨ªses del Tercer Mundo. En este colectivo, los marroqu¨ªes y africanos de la zona subsahariana son los que m¨¢s problemas encuentran para buscar vivienda. De los 33.837 inmigrantes que han obtenido el permiso de trabajo y residencia en el ¨²ltimo proceso de regularizaci¨®n, de diciembre a junio de 1991, casi el 30% son marroqu¨ªes.
Desde mi chabola se ve tu chal¨¦
"Vienen los del Ayuntamiento a preguntar que cu¨¢ntos somos", cuenta Yamna, una marroqu¨ª que ha trabajado como chacha desde hace a?os, "pero nada m¨¢s". El calor le vence m¨¢s que la tripa. Est¨¢ a punto de dar a luz.Su chabola de tablas y pegotes de moqueta lleva el n¨²mero 84. Es suya desde que la alquil¨® hace tres a?os por 10.000 pesetas a los gitanos. A dos pasos de la vaguada, por encima de las aguas negras, y el polvo, venden chal¨¦s de 360 metros con piscina por 67 millones. Hay en Pe?a Grande 191 chabolas, seg¨²n un censo de abril, casi la mitad compradas a los gitanos.
Yamna tiene suerte, ya no paga nada por estas dos habitaciones iluminadas por bombillas de luz temblona y animadas por la televisi¨®n, desde que se fueron los gitanos. Llega su marido con un par de cubos de agua de la fuente. Como uno de cada tres hombres, hace chapuzas eventuales. S¨®lo el 15% tiene un trabajo fijo.
Hay, caras j¨®venes en el poblado, la mitad tienen entre 26 y, 51 a?os. El matrimonio tiene permiso de residencia, como seis de cada 10 marroqu¨ªes de los que viven all¨ª. El 32% tienen permiso en tr¨¢mite. "Me ped¨ªan tres meses de fianza y 80.000 pesetas al mes por un piso", protesta la mujer.
La mayor¨ªa de los chabolistas (45%) gana entre 50.000 y 70.000 pesetas al mes, como Malti, cocinera en un chal¨¦ de Boadilla y que dice que si no deja la chabola, su hogar desde 1990, le quitar¨¢n a sus hijos, que est¨¢n internos. Ella duerme en una cama que le compr¨® a los gitanos por 2.000 pesetas. "Y pagu¨¦ una entrada de 40.000".
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