Yo s¨ª quiero ser juez

Deseo salir al paso de la carta firmada por Mar¨ªa Jos¨¦ Garc¨ªa, de Moronta, Salamanca, publicada bajo el t¨ªtulo Nunca ser¨¦ juez en la secci¨®n de Cartas al Director del d¨ªa 7 de julio de 1992.Yo s¨ª quiero ser juez. Desde que termin¨¦ la carrera de Derecho, hace ya m¨¢s de 12 a?os, he venido ejerciendo la abogac¨ªa en sus variadas ramas y en distintas ciudades espa?olas, creciendo en m¨ª d¨ªa a d¨ªa la admiraci¨®n por la impresionante labor que los jueces pueden desempe?ar en la convivencia y soluci¨®n de los problemas sociales que se suscitan a diario. Por ello, hace ya un, par de a?os que he decidido firmemente reconvertirme profesionalmente tratando de servir a la sociedad desde tan digno como dif¨ªcil cargo.

Considero que una profesi¨®n como la de juez es eminent¨ªsimamente vocacional; por eso comprendo y valoro el buen criterio de la compa?era de Moronta al descartar preparar la oposici¨®n una vez que concluy¨® su carrera. Me entristece pensar que puedan existir jueces que no amen su profesi¨®n por encima de todo; que han accedido a ella como un medio de vida y tratan de escurrir el bulto lo mejor que pueden ante la responsabilidad que comporta el ejercicio de administrar justicia. Tambi¨¦n en una ¨¦poca no muy lejana los curas eran los terceros de las familias numerosas... porque les ven¨ªa as¨ª dispuesto. Cualquier profesi¨®n es triste si se vive sin inter¨¦s, sin vocaci¨®n, pero las de juez, m¨¦dico y sacerdote comportan responsabilidades inmensas que requieren vocaci¨®n por encima de la manida profesionalidad.

Es preciso que nuestros jueces est¨¦n sensibilizados con el concepto de justicia que tiene en cada momento el pueblo, de donde emana, seg¨²n el art¨ªculo 117.1j de nuestra Constituci¨®n, y sepan utilizar su buen criterio y conocimiento jur¨ªdico para administrarla en base al imperio de la ley. Por desgracia, los jueces son personas susceptibles de equivocarse, pero la grandeza del Estado de derecho que persigue la sociedad espa?ola actual consiste en saber afrontar ese riesgo y poder dilucidar en su momento, mediante instituciones como, por ejemplo, el jurado, tan esperado por todos, las aut¨¦nticas responsabilidades de los que se equivocan sin que ello merme las garant¨ªas de independencia de los dem¨¢s jueces.- Abogado.