Notas infladas

Me dirijo a este diario para contestar a la carta de Marcos Ari?o Paternotre publicada por ustedes en la edici¨®n del d¨ªa 19. El se?or Ari?o se quejaba en ella de su baj¨ªsima nota de selectividad, como tantos otros j¨®venes, nota que contrasta con su muy elevada calificaci¨®n de COU (8,1, seg¨²n ¨¦l), y, c¨®mo no, echa la culpa al ministerio y a su dichosa prueba de madurez.

Por si le sirve de consuelo (y tambi¨¦n de advertencia), le dir¨¦ al se?or Ari?o lo siguiente: yo tambi¨¦n era de los que en BUP y COU sacaba ochos, nueves y hasta dieces. Cuando me lleg¨® el momento realic¨¦ la prueba de selectividad Gulio de 1989), y ?madre de Dios! me dieron un miserable 6,5, lo que redujo bastante mi nota media, forjada con el sudor de cuatro a?os de instituto. Llevo ya tres anos en la universidad, y hasta ahora he ido aprobando todas las asignaturas, pero mis calificaciones ya no son de 10, ni de 9, ni siquiera de 8, sino que suelen estar en tomo a ese 6,5 que ven¨ªa escrito en la papeleta que me dieron en aquella calurosa ma?ana de hace tres veranos.Lo que te quiero decir, Marcos (eres joven, como yo, y te voy a tutear), es que no debes culpar a la selectividad, como hice yo en 1989. En los institutos, los profesores son bastante expertos en la t¨¦cnica de inflado de notas (y de los colegios privados, mejor no hablar). Lo que ahora te ha pasado en la selectividad no es m¨¢s que una caricatura de lo que te puede suceder en la carrera que escojas (o en la que te escojan). Por ello te digo que esto, es un consuelo, pero tambi¨¦n una advertencia: piensa seriamente qu¨¦ vas a hacer con los pr¨®ximos a?os de tu vida. Los de selectividad ya te han puesto el cartel de adulto, y te dicen, de forma escueta y resumida, lo que pueden ser los cinco (o m¨¢s) a?os que tienes por delante.-