?l es un lago

Va ligero de equipaje, pero su almario est¨¢ lleno de mares y de inmensos r¨ªos. A pesar de ello, siempre estuvo enamorado de esta ciudad cuya potencia fluvial son dos estanques y un arroyo al que se llama r¨ªo con entra?able iron¨ªa. Hace poco m¨¢s de un a?o, Quint¨ªn Cabrera, al fin, se li¨® la manta a la cabeza y habit¨® entre nosotros, en Madrid. Atr¨¢s quedaron m¨¢s de dos d¨¦cadas en Barcelona y una larga temporada pateando escenarios por toda Euroopa. Hab¨ªa salido de su Montevideo natal en 1967.Tiene ese talante bondadoso y estoico que les queda a algunos viajeros despu¨¦s de correr mucho mundo y participar en m¨²ltiples batallas. Est¨¢ aliado con la ternura y con el sentido del humor. Transmite sosiego. Pero en los ¨²ltimos a?os de la dictadura y en la transici¨®n a la democracia, Quint¨ªn Cabrera fue uno de los cantautores m¨¢s belicosos y representativos. En muchos de sus recitales se armaba la de San Quint¨ªn y el acto acababa como el rosario de la aurora por causas ajenas al arte. Como cantante y compositor, aporta a la m¨²sica espa?ola un criollismo cosmopolita. Su proyecci¨®n internacional comenz¨® en el Festival de la Canci¨®n Protesta de Cuba (1967), del que surgi¨® la Nueva Trova Cubana. Posteriormente grab¨® varios ¨¢lbumes que siguen siendo referencia obligada en la historia de la canci¨®n de autor: Yo nac¨ª en Montevideo, Largo abrazo de agua, Como mi Uruguay no hab¨ªa...

Quienes le conocen bien destacan su exquisita honestidad, su coherencia, su fidelidad ¨¦tica y est¨¦tica, su amable socarroner¨ªa, su solidaridad con toda causa justa, su lucidez y su melancol¨ªa. Tiene los ojos serenos como un lago de quietas aguas. Esa serenidad est¨¢ presente tanto en su actividad musical como en su otra profesi¨®n, el periodismo radiof¨®nico.