La descomposici¨®n de un imperio
El fallido golpe de Estado de agosto de 1991 hiri¨® mortalmente a ese monstruo llamado Uni¨®n Sovi¨¦tica, que fue desintegr¨¢ndose hasta desaparecer junto con el ¨²ltimo mes del a?o. El 8 de diciembre, los l¨ªderes de las tres rep¨²blicas eslavas -Bielorrusia, Rusia y Ucrania- crearon la Comunidad de Estados Independientes (CEI); el 21 firmaron su ingreso en ella los l¨ªderes de Armenia, Azerbaiy¨¢n, Kazajst¨¢n, Kirguizist¨¢n, Moldavia, Tayikist¨¢n, Turkmenist¨¢n y Uzbekist¨¢n y pidieron al presidente de la URSS, Mija¨ªl Gorbachov, que dimitiera; el d¨ªa de Navidad ¨¦ste abandon¨® el Kremlin y la bandera sovi¨¦tica dej¨® de ondear en Mosc¨².Anteriormente, la URSS hab¨ªa reconocido la independencia de las tres rep¨²blicas b¨¢lticas -Estonia, Letonia y Lituania-, que se negaron rotundamente a ingresar en la CEI. La misma actitud adopt¨® Georgia, entonces gobernada por el nacionalista Zviad Gamsajurdia.
La desintegraci¨®n de la URSS mostr¨® que tambi¨¦n era falso que la "amistad de los pueblos" hubiera sido el elemento unificador de rep¨²blicas con culturas tan diferentes. Los conflictos inter¨¦tnicos empezaron a aflorar hasta desarrollarse en verdaderas guerras. Hoy, la antigua URSS es escenario de constantes enfrentamientos entre diferentes nacionalidades.
Armenia y Azerbaiy¨¢n est¨¢n enzarzadas en una larga guerra por el control de Nagorni Karabaj, enclave armenio en territorio de la rep¨²blica azer¨ª. Los georgianos luchan contra los osetios -verdad es que ahora se cumple el alto el fuego acordado- y, en estos instantes, contra los abjazos. En Moldavia, ha habido feroces enfrentamientos entre los rusohablantes y los moldavos. Tayikist¨¢n hace meses que pr¨¢cticamente vive una guerra civil entre diferentes clanes y provincias.
El problema del futuro del Estado, que era uno de los m¨¢s importantes en v¨ªsperas de la intentona golpista, hoy sigue vigente. Verdad es que las distintas rep¨²blicas se han afianzado como independientes, pero en la mayor¨ªa de los casos existe el peligro de una redefinici¨®n de las fronteras.
En los pa¨ªses de la extinta URSS, m¨¢s de 60 millones de personas viven fuera de sus fronteras nacionales, y en algunas provincias la poblaci¨®n de otros Estados representa la mayor¨ªa. Es precisamente el caso del Transdni¨¦ster, que ha declarado su independencia atemorizado por la rumanizaci¨®n de Moldavia. En varias provincias de Kazajst¨¢n los rusos son mayor¨ªa, lo que est¨¢ creando serias tensiones con las autoridades republicanas. En el norte de Estonia los rusos, tambi¨¦n mayoritarios, exigen alguna forma de autonom¨ªa.
El fen¨®meno de las minor¨ªas nacionales encierra el peligro de nuevas y sangrientas guerras o -cosa que ya se est¨¢ viendo- el ¨¦xodo masivo de personas que, de pronto, se han visto en un entorno hostil.
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