"Es tan est¨²pido decir que los nacionalismos son malos como que son buenos"
Josep Maria Castellet, editor de Pen¨ªnsula y Edicions 62, reflexiona sobre el siglo XX, que considera catastr¨®fico, y sue?a, desde la periferia, con la nueva Espa?a.Pregunta. Desde Catalu?a, ?c¨®mo ve el futuro de Espa?a?
Respuesta. Desde Catalu?a, yo veo que Espa?a debe ser menos jacobina, m¨¢s descentralizada, reconociendo la pluralidad de los diversos pueblos. Desde este punto de vista, creo que ya hace a?os que apunta esta nueva Espa?a, aunque en el 92 esto se ha precipitado. Pero de nueva Espa?a no me atrever¨ªa a hablar todav¨ªa, porque lo considero prematuro, sobre todo teniendo en cuenta el peso de la vieja Espa?a, que a¨²n es considerable. Aquello de las nacionalidades hist¨®ricas no llegaba a cuajar; en cambio, tengo la impresi¨®n de que si la Espa?a auton¨®mica se desarrolla, si se llega al final del traspaso de competencias previsto en los estatutos de autonom¨ªa, iremos hacia una Espa?a federal que tendr¨¢ un aspecto totalmente diferente de la de ahora ?Cu¨¢ndo tardar¨¢n todas esas cosas? La historia es, muy lenta, y nosotros no lo verenlos, pero si hay una cierta idea de democracia aut¨¦ntica en funcionamiento, creo que, de un modo u otro, la idea de la Espa?a ancestral y centralista cambiar¨¢ a marchas forzadas.
P. Despu¨¦s de la ceremonia inaugural de los Juegos, el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, manifest¨® que hab¨ªa nacido una nueva idea de Espa?a. ?Comparte usted esa opini¨®n?
R. Seguramente era m¨¢s expresi¨®n de un deseo que una realidad, aunque puede ser una de esas intuiciones de Maragall, y quiz¨¢ no le falta raz¨®n.
P. La presencia de s¨ªmbolos catalanes en los Juegos, sobre la que tanto se hab¨ªa especulado, no ha creado demasiada pol¨¦mica.
R. Esto es tan sencillo de aceptar que cuando se acepta no pasa nada. En todo caso, lo que se demuestra en estos momentos es que el que tiene imaginaci¨®n puede comenzar a hacer cosas.
P. ?Cu¨¢les ser¨¢n los escritores de la nueva Espa?a?
R. Actualmente hay posiciones absolutamente individualistas, y no creo que a¨²n se fijen en estas cosas. Pero tengo la impresi¨®n de que desde la periferia se entiende mejor esto que desde el centro. La dependencia de Madrid de los escritores ya no es tanta. El caso m¨¢s patente es el de Catalu?a, sin duda, porque aqu¨ª conviven dos clases de escritores: los que escriben en catal¨¢n y los que lo hacen en castellano. Los escritores que escriben en castellano en Catalu?a se sienten catalanes y son vistos desde el centro como catalanes.
P. Supongo que antes era m¨¢s f¨¢cil etiquetar a los grupos literarios.
R. Ahora se han individualizado m¨¢s y hay un rechazo por parte de los escritores a ser encasillados en escuelas. Pero en una perspectiva de a?os veremos afinidades que no se manifestaron en la escritura propiamente dicha, pero s¨ª en su posicionamiento ante el mundo.
P. Los cambios acelerados en el Este han transformado todo.
R. Todo esto acaba de romper esquemas viejos, y por tanto, que nadie se haga ideas prefijadas, ni tan siquiera sobre el nacionalismo. Los nacionalismos son hoy distintos los unos de los otros, y a m¨ª me sorprende a¨²n que no se haga distinci¨®n entre el nacionalismo agresivo y el defensivo. Por tanto, habr¨ªa que hilar muy fino, pero la b¨²squeda de la identidad se puede producir de un modo que no sea violento. Hay violencia en Yugoslavia o en el Pa¨ªs Vasco, pero hay otros nacionalismos que son pac¨ªficos. Hay una recomposici¨®n que en el caso de Europa anula la historia del siglo XX. Es tan est¨²pido decir que los nacionalismos son malos como que son buenos. Los nacionalismos existen y se manifiestan. En todo caso, los que son malos son los agresivos. La ¨¦poca de los nacionalismos que se est¨¢ viviendo tendr¨¢ una salida l¨®gica a lo largo de bastante tiempo. Se tender¨¢ m¨¢s hacia un universalismo en el cual se tendr¨¢ m¨¢s respeto por las peculiaridades nacionales o regionales o idiom¨¢ticas o dile como quieras.
P. En los JJ OO causaba cierto efecto comprobar la desaparici¨®n de la URSS y ver a sus atletas como Equipo Unificado.
R. Aqu¨ª ha habido muchas mentiras hist¨®ricas, Y una de ellas ha sido el universalismo proletario, que no ha funcionado. El siglo XX ha sido muy importante respecto a la ciencia y a la t¨¦cnica, pero ha sido tambi¨¦n un siglo catastr¨®fico, con guerras, dictaduras, masacres, campos de exterminio, pero los nacionalismos agresivos est¨¢n pagando la factura en esos momentos. La URSS finalmente es el rey desnudo. Se han hundido los imperialismos. La gran potencia mundial que es Estados Unidos es una potencia en ensis, econ¨®mica y de principios. Me parece que, faltan 50 a?os m¨¢s para saber c¨®mo ser¨¢ el siglo XXI.
P. ?Est¨¢n desorientados los intelectuales?
R. Creo que el intelectual ha perdido el papel que hab¨ªa estado representando durante a?os y que la humildad es en estos momentos la mejor insignia que puede enarbolar un intelectual. Algunos de los intelectuales que hab¨ªan jugado m¨¢s a fondo las cartas del Este, como pueden ser Sartre, quedan como piezas a estudiar, porque por ellos pasa el siglo XX, pero resulta que pasa equivocadamente...
P. Se habla mucho ¨²ltimamente de la llamada Escuela de Barcelona, en la que estar¨ªan Barral, Gil de Biedma, usted... ?Aparecer¨¢n nuevos. estudios?
R. Creo que en los a?os del antifranquismo se organizaron muchos grupos, y uno de los m¨¢s vanguardistas fue el liderado desde un punto de vista editorial por Carlos Barral. Pero una vez encuadrado y situado en su lugar, tampoco dar¨¢ m¨¢s de s¨ª. Fue un grupo decisivo, pero la denominaci¨®n Escuela de Barcelona es una denominaci¨®n madrile?a, y por tanto no corresponde a la realidad catalana. En aquellos tiempos hab¨ªa en Barcelona diversos grupos que no eran amigos en aquel momento, los de las revistas como Dau al Set, Ariel, Laie... Eran gente quefinalmente, en tiempos de la lucha antifranquista, se fueron encontrando. Creo que no se ha hecho un estudio global de los grupos que surgen en Catalu?a a partir del 47 o 48. Alg¨²n d¨ªa se ver¨¢ el papel que jug¨® en Catalu?a ese grupo ante el franquismo y que habr¨¢, m¨¢s que Escuela de Barcelona, una especie de Escuela Catalana.
P. Hace ya cuatro a?os que public¨® Los escenarios de la memoria ?Para cu¨¢ndo una nueva entrega de sus memorias?
R. Estoy trabajando en ellas, pero como precisamente toca este tema, es para m¨ª muy dif¨ªcil, hablar no s¨®lo de un grupo de amigos, sino de un grupo m¨¢s amplio de gente que procede de diversos campos. En todo caso, no tengo ninguna duda de que aqu¨ª hay una vanguardia latente. No s¨®lo una vanguardia art¨ªstica y literaria, sino una vanguardia pol¨ªtica. Y esta vanguardia est¨¢, en algunos aspectos, en relaci¨®n con las vanguardias pol¨ªticas espa?olas o de las que hac¨ªan resistencia en el franquismo. A partir de un momento determinado, a final de la II Guerra Mundial, hay una fuerza regeneracionista dentro del pa¨ªs que est¨¢ cuajando, 45 a?os despu¨¦s y a trav¨¦s de las nuevas generaciones, en un nuevo concepto de Catalu?a y de Espa?a.
P. Cuando Vargas Llosa visit¨® recientemente Barcelona habl¨® del peligro de que se convirtiera en una ciudad cerrada, en contraste con la ciudad abierta que era en los primeros setenta. ?Usted est¨¢ de acuerdo?
R. No. S¨®lo estoy de acuerdo en que hay peque?os reductos nacionalistas con un punto de fundamentalismo independentista catal¨¢n que para mucha gente es un fantasma y que luego se ve en las elecciones que es un grupo de porcentajes bajos. Es un grupo cerrado que no acepta realidades como el biling¨¹ismo, el biculturalismo en algunos aspectos, pero que si releyesen la historia de Catalu?a de hace siglo y medio ver¨ªan que es algo que de un modo u otro se ha ido reproduciendo. Creo que hay un sentimiento catal¨¢n profundo en Catalu?a, pero que no es exclusivista ni cerrado, sino que es abierto.
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