Los republicanos apelan al miedo para recuperar la confianza del electorado
Los republicanos apelan al miedo para recuperar la conf¨ªanza del electorado. La convenci¨®n republicana se ha centrado en una estrategia de desprestigio de Bill Clinton y del Partido Dem¨®crata, a los que se compara sin escr¨²pulos con los reg¨ªmenes de Cuba o Corea del Norte. Al mismo tiempo, el presidente George Bush, que todav¨ªa no ha conseguido remontar en las encuestas, promete cambios en su Gabinete para su segundo mandato, incluida la renovaci¨®n del equipo econ¨®mico, dirigido por Nicholas Brady, para que lo sustituya, probablemente, James Baker.
Bill Clinton, que hasta ahora hab¨ªa cedido d¨®cilmente el primer plano de la actualidad a sus contrincantes, reaccion¨® desde su residencia de gobernador en Lit¨²e Rock, Arkansas, para acusar a los republicanos de mirar hacia el pasado porque no tienen nada que ofrecer a los norteamericanos para el futuro.La estrategia del miedo lleg¨® el martes a la tribuna del Astrodome de Houston con dos de los pesos pesados republicanos, el senador de Tejas Phil Gramm y el secretario de Vivienda, Jack Kemp, el m¨¢s popular de los aspirantes a la sucesi¨®n presidencial.
Gastos dem¨®cratas
Los dem¨®cratas nortearnericanos aumentan impuestos, gastan alegremente el dinero del contribuyente, protegen a los criminales, desunen la familia y rninan el poder militar; Bill Clinton es un peligroso liberal y representa lo mismo que Jimmy Carter, Edward Kennedy o Michael Dukakis. Ese fue el mensaje transmitido al pa¨ªs por todos los oradores desde el podium de la convenci¨®n republicana.
La candidatura dem¨®crata es "el mismo autom¨®vil modelo a?os 70 que utilizaba Carter; tiene pintura nueva, pero tiene el eje roto y la direcci¨®n se sigue torciendo hacia la izquierda", dijo Jack Kemp.
Phil Gramm afirm¨® que "Clinton y los dem¨®cratas no quieren disminuir el gasto militar sino destruir la estructura de def¨¦nsa". "Si ellos ganasen, un mill¨®n de personas, de uniforme y civiles, perder¨ªan sus puestos de trabajo, y los gastos de defensa en proporci¨®n al total del presupuesto caer¨ªan hasta los niveles de 1941 ", a?adi¨®.
El presidente dedic¨® el martes el d¨ªa a conceder entrevistas a varios medios norteamericanos. En una de ellas, la de la cadena p¨²blica de televisi¨®n, George Bush anunci¨® que se ver¨¢n "nuevas caras, muchos cambios" en su pr¨®xima Administraci¨®n en caso de que cons¨ªgala reelecci¨®n el 3 de noviembre.
En los pasillos de la convenci¨®n republicana se daba por seguro que el presidente Bush se estaba refiriendo a la destituci¨®n del secretario del Tesoro, Nicholas Brady, cuya sustituci¨®n ha sido solicitada desde hace tiempo por personalidades de todo el espectro pol¨ªtico como consecuencia del negativo balance econ¨®mico actual. Este anuncio de Bush coincide con una informaci¨®n publicada ayer por el diario The New York Times, seg¨²n la cual el presidente tiene intenci¨®n de dejar en manos de James Baker, que el domingo pasar¨¢ a ser jefe de Gabinete, la direcci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica durante su segundo mandato.
Con ese movimiento, el presidente trata de convencer de que est¨¢ decidido a emprender un cambio de orientaci¨®n econ¨®mica. Es una decisi¨®n que define lo que ser¨¢ la estrategia de Bush en .esta campafia: el cambio prudente y controlado de los republicanos frente al cambio radical e incierto de los dem¨®cratas.
Por ahora estas iniciativas apenas tienen reflejo en las encuestas. Un sondeo del diario The Houston Chronicle muestra que Clinton mantiene una ventaja de 16 puntos. Pero anoche -madrugada de hoy en Espa?a- iba a subir a la tribuna de Houston una de las armas secretas de Bush: su esposa Barbara.
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