El C¨¦sar y las luchas de las tribus
Nos damos cuenta, ante cualquier concentraci¨®n de masas, ya sean reuniones deportivas, espect¨¢culos musicales o muchos festejos, del af¨¢n del hombre por significarse como miembro de su correspondiente tribu. Estas tribus tienen unos jefes que son los encargados de contar las excepcionales virtudes que sus tribus poseen, as¨ª como de encontrar la coartada para justificar sus propias limitaciones, entre los C¨¦sares que hay en el planeta. En esta disputa nos encontramos hasta donde alcanza la memoria, pero estas tribus no son solidarias,y amigas en la b¨²squeda de un objetivo com¨²n; no, estas tribus son ego¨ªstas y excluyentes, y ocurre que a veces (las malas) se matan entre s¨ª y (las buenas) dejan morir de hambre a ¨¦sas (las de ah¨ª abajo).?Qu¨¦ m¨¢s da si la culpa es del C¨¦sar!- Jorge Garc¨ªa Garc¨ªa.
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