"La identidad nacional forma parte de nuestros genes"
Raimon Obiols es un animal pol¨ªtico, porque s¨®lo as¨ª se entiende que siga en la brecha sin siquiera haber acariciado una direcci¨®n general, cuando casi todos sus compa?eros de partido -el de los Socialistes de Catalunya- llevan a?os conviviendo con la vara de mando. Harto, se supone, de que le pregunten.por qu¨¦ est¨¢ serio cuando en realidad est¨¢ contento y por qu¨¦ est¨¢ enfadado cuando simplemente est¨¢ serio, Obiols comenta en esta entrevista su compleja visi¨®n de Espa?a.Pregunta. ?Usted tambi¨¦n cree necesario refundar Espa?a?
Respuesta. Refundar un Estado no significa nada, y en todo caso, si algo significa, es traum¨¢tico. Supone pasar por la catarsis deuna dispersi¨®n de los pueblos que lo conforman para despu¨¦s establecer un acuerdo. No es ¨¦se el caso. En Espa?a estamos solventando un proceso peculiar de adecuaci¨®n a la realidad plurinacional, y debemos alegrarnos de ello, sobre todo si observamos los funestos procesos de Europa centrooriental.
P. Pero la idea de refundar Espa?a ha sido formulada por personas ideol¨®gicamente tan distantes como Jordi Pujol y Pasqual Maragall.
R. En la formulaci¨®n de Maragall est¨¢ -la idea de que el viejo pleito de agravios, incomprensiones, de concepciones monol¨ªticas tratando de imponerse sobre otras, est¨¢ dando paso a perspectivas muy positivas. Hay mucho m¨¢s reconocimiento mutuo, actitudes much¨ªsimo m¨¢s liberales en el conjunto de Espa?a, un gran respeto por la diferencia sin identificarla con desigualdad. La igualdad, que no supone ser uniforme, debe ser en derechos, en deberes, en oportunidades, pero puede significar tambi¨¦n ser muy distinto desde el punto de vista de tus matrices culturales. Estamos abri¨¦ndonos a una etapa en la que los distintos pueblos aceptan sus diferencias.
P. Su discurso es optimista...
R. Tal vez, pero creo que este proceso es mayoritariamente aceptado. Y es una l¨ªnea de futuro que debe ser recorrida sobre la base de una gran tolerancia, sin acelerar el motor, sin forzar nada, con el recuerdo permanente.de lo que han sido las tragedias de la intolerancia en Espa?a. E insisto en el contrapunto sangriento que significa el tratar de resolver los problemas nacionales a trav¨¦s de la estricta identfic¨¢ci¨®n entre naci¨®n y Estado, de las premisas falsas en la l¨ªnea de: 'Puesto que somos una naci¨®n, debemos tener un Estado, y puesto que somos un Estado, debemos ser una naci¨®n homog¨¦nea y uniforme'. Porque, en el fondo, hay un denominador com¨²n entre el nacionalista espa?ol y el nacionalista perif¨¦rico Mirando al Este vemos lo que significa la aplicaci¨®n mec¨¢nica de este criterio: si cada sentimiento colectivo de identidad se concreta en un proyecto de construcci¨®n de un Estado, la consecuencia es el enfrentamiento entre los pueblos.
P. ?Qu¨¦ le sugiri¨® la imagen del Rey en trando en el estadio Ol¨ªmpico a los acordes de Els segadors? Algunos puristas dd la simbolog¨ªa no lo digirieron bien: unos acusaron al Monarca de falta de respeto al himno catal¨¢n por no ponerse firmes, y otros consideraron una cesi¨®n al independentismo renunciar a que la Marcha real sonara en solitario.
R. Lo m¨¢s positivo es que unos y otros representan franjas minoritarias. Y que la gran mayor¨ªa del pueblo, en Catalu?a y en toda Espa?a, lo ha encajado positivamente. Ahora bien, ?esto soluciona los problemas? No, aunque ha abierto simb¨®licamente grandes perspectivas.
P. ?No le parece inquietante polemizar tanto sobre himnos y banderas cuando no dejan de ser componentes irracionales de cualquier tipo de nacionalismo?
R. S¨ª, pero hay. que fijarse tambi¨¦n en el enorme poder que tiene la instrumentalizaci¨®n de los sentimientos de identidad colectiva. No hay nada m¨¢s peligroso. Estos sentimientos son reales, todos los compartimos. Forman parte de nuestros genes individuales y colectivos. Los sentimientos de identidad pueden llegar a ser cosas muy funestas, pero son tambi¨¦n elementos de movilizaci¨®n positiva de los pueblos. En este aspecto estarnos, como siempre, en el filo dela navaja, con el riesgo de derrapar, de convertir lo que son sentimientos normales de identidad colectiva en elemento de agresividad, de xenofobia, de racismo. Y sabiendo tambi¨¦n que un determinado internacionalismo, que sosten¨ªa que los nacionalismos eran cosas del pasado, ha sido brutalmente desmentido por la fuerza de los hechos.
P. ?Cree que el nacionalismo conservador catal¨¢n ha digerido bien el ¨¦xito de los Juegos?
R. Este sector pol¨ªtico tiene dos caras. La caracter¨ªstica normal de sus representantes m¨¢s respetables es que valoren aquello que ha ido bien para Catalufia; pero despu¨¦s tienen. la tendencia a considerar que cuanta m¨¢s sensaci¨®n se d¨¦ de agravios, mejor para su propia opci¨®n nacionalista. Pero los Juegos han dado una lecci¨®n dif¨ªcil de olvidar: hacer las cosas sin ret¨®rica nacionalista, sin pretendidos enemigos exteriores, ha reportado much¨ªsimo m¨¢s para Catalu?a que todas las pancartas y gritos de los que dicen querer m¨¢s a Catalu?a que nadie.
P. ?No teme que este tipo de formulaciones acaban siendo ca pitalizadas pol¨ªticamente por el nacionalismo?
R. En este caso no lo veo as¨ª, aunque en otros s¨ª. En un contexto de problemas nacionales sin resolver, de heridas que siguen abiertas, siempre existe este riesgo. En muchas ocasiones, quienes hurgan en la herida sacan m¨¢s provecho que quienes desean cicatr¨ªzarla. Pero eso est¨¢ ah¨ª, y no caben lamentaciones. S¨ª hay que alegrarse de una evoluci¨®n tan positiva que hasta la violencia naci¨®nalista est¨¢ desapareciendo...
P. S¨ª, pero ciertos medios nacionalistas catalanes, que han aplaudido operaciones antiterro.ristas contra ETA, cuestionan la aplicaci¨®n de la misma terapia policial a Terra Lliure.
R. Las detenciones ordenadas por el juez Garz¨®n constituyen una decisi¨®n muy discutible. Hay unos . detenidos que dan unos nombres y se detiene a esas personas, lo que me parece llevado por los pies. Muy probablemente, aunque estas cosas son imposibles de esclarecer, se han producido malos tratos en alg¨²n caso. Y es l¨®gico que haya gente que se sienta indignada.
P. ?Apoyar¨¢ la creaci¨®n de un Comit¨¦ Ol¨ªmpico Catal¨¢n?
R. Buscaremos una f¨®rmula de acuerdo, y si es posible, excelente; de lo contrario, no pasa nada.
P. ?Qu¨¦ f¨®rmula?
R. Nuestra apuesta es permitir la libre expresi¨®n de las identidades colectivas de todos, estableciend¨® mecanismos d¨¦ uni¨®n. F¨®rmulas federalistas...
P. F¨®mulas como el equipo unificado la CEI...
R. Je, je... No creo que sea el caso.
P. Felipe Gonz¨¢lez no estuvo en la ceremonia de clausur¨¢ de los Juegos y ha aducido motivos personales como la muerte del ex ministro Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. D¨ªas despu¨¦s visitaba de nuevo la Expo. ?Tan cansado est¨¢ como para no cumplir en Barcelona el aforismo seg¨²n el cual todo cargo es una carga, o llevas la carga o dejas el cargo?
R. El presidente est¨¢ bien de ¨¢nimo, sin cansancio. Con Fern¨¢ndez Ord¨®?ez le un¨ªan v¨ªnculos de amistad, y hay que respetar el hecho de que no estuviera por la labor de una ceremonia de clausura. Tal vez se hubiera sentido m¨¢s motivado a estar presente en el caso de que hubiera habido problemas en los Juegos.
P. ?Est¨¢ convencido de que encabezar¨¢ el cartel socialista en las pr¨®ximas legislativas?
R. S¨ª, claro que s¨ª. Aunque Felipe Gonz¨¢lez se ha manifestado en repetidas ocasiones sobre la carga personal que comportan sus reiponsabilidades, las especulaciones period¨ªsticas sobre su retirada son meras elucubraciones.
P. ?Se ve usted como cartel en las auton¨®micas de 1996?
R. He sido candidato tres veces, y mi decisi¨®n es no serlo de nuevo. Pero, pol¨ªticamente, la decisi¨®n corresponde a los afiliados, y estoy convencido de que respetar¨¢n mi decisi¨®n personal.
P. ?Debe ser una labor¨¢rdua hallar un sustituto que corra el serio riesgo de perder ante Pujol?
R. Yo he afrontado la derrota en tres ocasiones...
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